La verdad es que tenía pensado pasarme un par de semanas desconectado de los conciertos estos primeros días de enero, pero no tengo remedio y en cuanto tuve la menor oportunidad, me dejé llevar por esta droga que es la música en directo.
También es cierto que me lo pusieron en bandeja, ya que el concierto era un viernes en el Parada de Bus de Torrelavega, local en cuyo interior no recuerdo haber visto ningún evento aunque los ha habido, organizado por Industrias Portugal, y con dos bandas, Dr. Farfisa y Ojo Pipa, de las que había oído hablar, pero a las que no había visto en directo.
Así que esa noche, víspera de las cabalgatas de reyes y pese al intenso frio, me acerqué a dicho local, curiosamente situado a pocos metros de donde vi el último evento del 2018, un local que en mi juventud frecuentaba mucho, ubicado en plena zona de vinos de Torrelavega y que suponía iba a contar con bastante afluencia de gente.
Tras llegar al local y ver acabar la prueba de sonido, me di cuenta que había bastante curiosidad por el evento, con gente viniendo a preguntar a qué hora iba a empezar, lo que da a entender la curiosidad que el evento había suscitado, algo que se pudo corroborar a la hora en que éste comenzó.
La banda que inicio la velada fueron Dr. Farfisa, una idea de Pepe Terán, encargado del bajo manual y del órgano, que, hace 10 años comenzó a grabar sus propios temas instrumentales, rodeándose en la actualidad por Eduardo Morante a la batería y Javier Vega a la guitarra, haciendo una música, llamémosle ambiental, que busca trasmitir sensaciones y sentimientos al oyente.
Comenzaron con “Consecuencias”, un tema que empieza tranquilo, para luego ir cogiendo velocidad en la segunda mitad, y que fue seguido por “Infracción”, una pieza con un cierto aire jazz, pero sin olvidar ese poso a The Doors que su música tiene, con una notable presencia de la guitarra.
Siguieron repasando sus canciones con “Muerte súbita”, tema que tiene un ligero toque como de western al principio, para luego avanzar hacia un final más sicodélico y que fue seguida por una pieza algo más breve llamada “Vals maldito”.
Más larga y elaborada resultó “Laika death song”, un tema que se inicia de manera lenta, pero que luego va cogiendo más fuerza y potencia, con cierto aire siniestro, debido a ese sonido como de organillo, siendo una de las piezas que más me gustó por sus muchos matices.
Dr. Farfisa
También muy elaborada, en este caso con un leve toque progresivo, por llamarlo de alguna manera, fue “Misántropo”, la siguiente en sonar, para regresar a ese sonido más como de película del oeste, sobre todo en la guitarra, en “Gente solitaria”, sin olvidar ese sonido tan especial de los teclados.
Como ya he dicho antes, la buena música instrumental puede expresar sentimientos sin necesidad de la voz, y eso hace Dr. Farfisa con su música, como pudimos comprobar en “Muerte de un ser querido”, en donde parecían trasmitir ese aire melancólico que el título de la canción evoca.
Nos anunciaron que iban terminando, antes de seguir con “Parricidio”, con efectos de guitarras al principio y un deje a The Doors sobre todo en el tratamiento de los teclados, acelerándose en ciertas partes gracias, sobre todo, a una potente batería y que fue muy aplaudida
Para terminar nos dejaron con una versión de Yo La Tengo "Autumn sweater", con el batería combinando el uso de las baquetas y el tocar una pandereta, teniendo un comienzo lenta, para luego coger fuerza y potencia, despidiéndose así de todos nosotros tras 45 minutos de concierto.
Dr. Farfisa demostraron que tienen una muy buena técnica, así como una gran calidad en sus composiciones, haciéndonos pasar un rato muy agradable con su música rica y variada en matices y llena de sentimiento.
Creo que muchos de los que no habíamos visto a la banda nos quedamos encantados con lo vivido y no fueron pocos los comentarios de aprobación entre los presentes.
Sin mucha demora, y con la gente ya acercándose a las primeras filas, siguieron la noche Ojo Pipa, un dúo musical formado hace poco más de un año por Daniel García a la guitarra y voz y Víctor Oliveira a la batería y coros, y que han actuado bastante, al menos recientemente, aunque por coincidencias con otros eventos no había podido verlos hasta esta noche.
Las referencias que tenía de la espontaneidad y genialidad de la banda se confirmaron nada más empezar con “Carné picá”, una autentica locura pero tocada de manera brillante y que fue seguida por “Burbuja”, un desfase total que, en parte, y por poner una comparativa, me recordó a los Mama Ladilla de su maqueta, todo locura.
Tras pedir unas cervezas para refrescarse, nos presentaron “Pifostio”, con un cierto aire country en algunas partes, pero con la banda creando sus propias reglas musicales, haciendo y deshaciendo a su antojo, todo ello hecho con brillantez y con una muy favorable acogida de los presentes, muchos de ellos ya experimentados músicos.
El siguiente tema, “Tarta de galletas”, fue dedicada a los enamorados, siendo una pieza que combina la agresividad del grunge primitivo, con otras que parecen recoger cierto pose a música de boda, por poner algún calificativo y para que os hagáis a la idea de la diversidad de su música.
Llegaba el turno de los agradecimientos, primero a Industria Portugal y luego Farfisa y a sus bigotes, para seguir con “Tate al solete”, un tema que empieza de manera casi pop, pero que luego tiene un final más potente, siendo el siguiente tema que nos presentaron “Jari de la yaya”, un tema muy divertido, mezclando funky y rock cañero.
Ojo Pipa
Empezaron a despedirse y a presentarse, para luego decirnos que hoy habían comido “Tortilla de patata”, un tema lento pero muy pegadizo y que, sus muchos seguidores, no dudaron en acompañar cantando su estribillo, antes de dejarnos definitivamente con “Ojo pipa”, el tema que da nombre a la banda y que habla sobre ellos, con esa locura que tanto les caracteriza, pasando de la caña a partes más melódicas y con un final entre stoner y grunge simplemente genial.
Y así, tras 45 minutos, terminaba la actuación de Ojo Pipa que dieron un concierto impresionante, con una propuesta muy original y haciendo lo que les da la gana sobre el escenario, demostrando que el futuro es suyo a poco que sigan así.
Sin lugar a dudas habrá que seguir más las evoluciones de la banda y lo que tengo claro es que, yo al menos, los veré más veces en directo, ya que pocas veces he visto una propuesta tan original como la que nos propone esta banda y, sobre todo, tocada con tanta grandeza y maestría pese a su juventud.
Y así concluía mi estancia en el Parada de Bus, un local que siempre ha pinchado música rock y que, ya hace algunos meses, ha empezando a programar conciertos con cierta regularidad, algo que siempre es de agradecer y más si además descubres bandazas como Dr. Farfisa y Ojo Pipa, dos bandas con propuestas no muy convencionales pero que llenaron el local con gente de todas las edades y gustos musicales.