Por cuestiones principalmente familiares, este 2019 está trayéndome muchos sobresaltos, lo que ha provocado que, entre otras muchas cosas, haya tenido que dejar de ir a varios conciertos a los que me hubiera gustado acudir, como por ejemplo en la primera semana de marzo en la que no pude ir a ningún evento.
En este día 8 de marzo, día internacional de la mujer, los astros parecían alinearse y finalmente pude, exactamente un mes después, volver a acercarme a la Lambiona de Torrelavega para ver la actuación de los locales Bilge Water, banda a la que había visto hace unos años en el auditorio de Torrelavega y a los que les debía una, ya que el pasado año no llegué a tiempo para verlos tocar en la Asociación Cultual Octubre; junto a ellos, estarían los thrashers asturianos Tyrant que ya han actuado en alguna otra ocasión por tierras cántabras pero a los que no había conseguido llegar a ver.
Por tanto, la cita era más que interesante, lo que hacía presumir una buena acogida, como así fue, por parte del público de la zona, tan habido de conciertos, con las ventajas que tiene el local, como el que la entrada es gratuita, los precios de las bebidas económicos y que los conciertos suelen ser muy puntuales, algo que, al menos para mi, hace que la balanza se decante hacia estos lugares que respetan los horarios.
Con la ya mencionada puntualidad, arrancó la velada con los locales Bilge Water, iniciando su andadura con una intro que dio lugar a “Pirate code”, un tema que, pese a empezar de manera algo caótica, luego sonó muy bien, siendo una pieza muy pegadiza.
Tras los saludos por parte del quinteto, siguieron con “Wenches & mead”, un tema que venía a cuento con el día que se celebraba, ya que habla de mujeres, siendo una de las piezas que más me gustaron, para seguir con “La Hispaniola”, un corte que, como nos anunciaron, era algo más largo, resultando ser también un tema más intenso y elaborado.
Bilge Water
Para quien no conozca a la banda, el mundo de la piratería es su temática preferida, algo que se puede ver en ciertos detalles de sus directos como ese ancla colocado delante del micro, y, por tanto, no es de extrañar que sobre la vida pirata hablé “Hold fast”, invitándonos a aguantar como un rudo marinero, siendo un potente tema.
La siguiente canción es una de las preferidas de su vocalista y teclista, como él mismo nos anuncio, siendo ésta “Sedezzione a mezzanotte”, pieza cantada en italiano y que trata sobre una sublevación en un barco, antes de dedicar a la mascota del grupo “Call of the manatees”, un tema nuevo que les quedó muy bien.
Siguiendo el aire festivo que la banda trasmite en su música, era el turno de “Tough like the sea”, que hizo moverse aún más a la gente, para empezar a despedirse con la versión del “Running blood” de los Running Wild.
Sin embargo, y ante la petición de algún tema más, la banda se ánimo a volver a efectuar “Wenches & mead”, un corte que volvió a ser muy bien recibido y muy coreado por la concurrencia, dando por finiquitada su actuación tras unos 45 minutos sobre las tablas.
Bilge Water dieron un muy buen concierto, yendo de menos a más, viéndose a la banda disfrutando y, por ello, haciendo que todos los presentes nos lo parasemos muy bien.
Espero poder ver en más ocasiones a esta joven banda, con muy buenos mimbres y muy buenas ideas, y que, con algo más de rodaje, puede hacerse un hueco en las escena metalera cántabra.
Llegaba ahora el turno de la gente de Tyrant, una banda que tiene subida a la red una maqueta en directo del pasado año y que fue la columna vertebral sobre la que se articuló su concierto, ya desde la inicial “Domination's march”, en la que arengaron a los presentes haciéndonos mover la cabeza a su ritmo.
Siguieron su actuación con “From the depths”, con un rollo más potente, mientras su batería machaba sin piedad su instrumento, para, tras saludarnos y agradecer a Bilge Water el haber compartido escenario, seguir con “Slaves”, quizás el tema que más me gustó de los asturianos, un corte muy pegadizo y en donde su bajista se volvió loco.
Como querían que la gente se involucrase aun más, nos ofrecieron un tema que deberíamos conocer todos, siendo éste el “Dawn patrol” de los maestros Megadeth, para invitarnos a hacer un Wall of death antes de “Hard to rise”, un tema que sonó muy rápido y potente y con un cierto regusto a los sonidos más pretéritos del estilo.
Nos preguntaron si queríamos alguna más, con afirmativa respuesta, para seguir con “(Millions of corpses...) In the name of no one”, un buen tema, que sonó muy potente y con muchos cambios de ritmo, para seguir con una muy buena versión del “Phobia” de los germanos Kreator y que tuvo muy buena acogida.
Tyrant
Empezaron a despedirse, con un fragmento del clásico “Whiplash” de Metallica, que vino precedido de una breve demostración musical de sus integrantes, para concluir inicialmente con su himno “Tyrant”, con su cantante llevando su voz hasta el límite.
Sin embargo, el cuarteto aún tenía una bala en la recamara y esa sería “Beer fan's song; canción que dedican a la cerveza y en la que todos los músicos, salvo el batería lógicamente, se mezclaron entre el público, haciendo aun mayor esa camaradería que existían ente amabas partes y dando por concluida su velada tras otros 45 minutos de actuación.
Tyrant dieron un concierto muy divertido y muy ameno, dándolo todo sobre las tablas, mostrándose muy entregados y es que a la banda se la ve disfrutar con lo que hace.
Gracias a John Man sé que la banda está grabando un disco que tienen intención de sacar antes del verano, por lo que el camino de estos asturianos va poco a poco afianzándose y sólo me queda desear volver a verlos a la mayor brevedad posible y si es con un disco bajo el brazo mejor que mejor.
Y así, nada más acabar la música en directo, me fui de La Lambiona, donde una vez más pudimos disfrutar de una gran velada, en esta ocasión de sonidos metaleros a cargo de unos Bilge Water que van poco a poco progresando dentro de la escena local y unos Tyrant que están a punto de que su nombre sea más conocido dentro de la escena estatal.