En la Edad del Ruido no queda lugar para la música. Ni para la poesía.

Salvo contadas excepciones, los grupos de rock de calidad no tienen difusión en los medios multidudinarios... Todavía menos, si no son fácilmente asimilables.

En el caso de Berri Txarrak esta circunstancia ya no tiene trascendencia desde hace mucho tiempo, pues paso a paso a lo largo de veinticinco años se han ido ganando una posición destacada en ese arte, no solo en la escena local y estatal como en sus primeros años de carrera sino que enseguida fueron adquiriendo reconocimiento internacional. El motivo de su despedida es otro. Obviamente. Pero da que pensar...

En cuanto a la poesía, si bien en el primer disco Gorka Urbizu cantaba que no era un poeta, con el tiempo se ha convertido en un vate brillante, con letras más sutiles, cargadas de matices, desmenuzando la actualidad, retratando con unas pocas pinceladas todo aquello a lo que se refiere: pasando de tratar en un primer momento lo que le dolía de lo sucedido en su entorno próximo a situaciones más globales como las que detalla cuando cuenta que “las playas no quieren ser cementerios de inocentes” (“Pangea”), o cuando canta a La Excusa que dio otra vuelta de tuerca al mundo (“Irailak 10”)  o a la catarata de desahucios hipotecarios que sobrevino tras la explosión de la burbuja inmobiliaria y que no ha cesado aún de convertir numerosas vidas en una trampa de la que sólo se sale muerto (“Payola”), por citar tan solo unos pocos ejemplos. Y este cambio, así como su actitud, quedaron fielmente reflejados en “Folklore”: “Nos quisiste arrancar los dientes pero nosotros aprendimos a morder de otra forma”.

Para la cita de esta gira de despedida en El Teatro de las Esquinas de Zaragoza contaron, para abrir la noche, con Red Baleine, grupo local que ofreció sus composiciones en semipenumbra,  acompañados de un montaje visual con fragmentos de cine clásico (de “Lemmy contra Alphaville” (Jean-Luc Godard) a “Moby Dick (John Huston)), entre los que el editor del vídeo había insertado fragmentos propios.
 
Bastante representativa de la contundencia de Berri Txarrak es “Etsia”, con la que empezaron este concierto los de  Lekumberri:

“Son lobos quienes ejercen de pastores
que se les proporcionó una soga
para sacarlos del pozo
en lugar de atársela al cuello”.

Una forma muy cruda y directa de comenzar una actuación, y de recordar lo sucedido hace bien poco en la mal llamada Crisis. Como su declaración de principios de “Jaio.Musika.Hil”: “nací para esto y por esto moriré”; que vendría a continuación.

Con ellas pusieron otra velocidad en el Teatro de las Esquinas; y otra actitud. Y el público, que ya llenaba la sala, reaccionó: no paró de moverse y, mayoritariamente,  de cantar en euskera todas las canciones que sonaban; algo que resulta muy a tener en cuenta dado que pese a haber bastantes asistentes de fuera de Zaragoza, la mayoría del público era local. Pero se sabían las letras de corrido....

A lo largo de la noche irían ofreciendo veintiséis de sus más representativas canciones: desde dos de sus últimos hallazgos (“Spoiler!” y “Zuri”) a las clásicas “Ikasten” y “Oreka”, pasando por “Izena, izana, ezina” o “Dortoken Mendean, “Denak ez du balio”...

En el primer bis los momentos más celebrados serían los que se dieron mientras interpretaron “Sols el poble salva al poble” y “Katedral bat”.

Para el segundo bis solo saldría Gorka, quien tocando su guitarra sentado frente a la primera fila del público, ofrecería “Maravillas”. Después volverían David y Galder para tocar en “Oihu”, entre la insistencia y apasionamiento del público para que aquello no acabara nunca.

Para disfrutarla, se hizo un gran círculo vacío en el centro de la pista y se bailó un frenético pogo que pondría fin a la fiesta. Habían dejado claro eso de que “nuestra verdad también puede valer como la de ellos”.

Y, como siempre sucede, el último acorde es el que más se aplaude. Aunque mayor será el aplauso que se escuche al final de su último concierto de esta gira, ese que dará y producirá la más intensa soledad en sus seguidores; pero hasta que esa circunstancia suceda todavía quedan muchas actuaciones, pues han anunciado que van a hacer todo lo posible para que ningún interesado se quede sin poder verlos en esta gira. Y se proponen cumplirlo tengan que ir a donde sea. De hecho, en estos días se encuentran inmersos en una gira por Europa.

Todavía no sabemos hasta cuando durará la despedida que llegue en noviembre, si será definitiva. Como quiera que fuere:

Ikusi arte.