La noche del viernes 5 de abril, la sala But de Madrid abrió sus puertas con un sold out en el cartel. Tremenda Jauría había conseguido llenar el concierto de la ciudad en la que comenzó todo. Y no es fácil para una banda que empezó a tocar (y siguen) en espacios más alternativos, como okupas, gaztetxes o fiestas populares de barrios. Esta fecha de la gira era de las más esperadas, ya que después de tocar por el norte (Iruña y Gasteiz) y en Las Palmas de Gran Canaria, había llegado la hora de que presentaran su último EP “IV” en el corazón de la bestia, Madrid.

Esta vez, el cuarteto de máscaras de gas, contó con una telonera con mucho flow: Jazzwoman. La exintegrante de Machete en Boca decidió emprender su proyecto en solitario y en 2018 sacó su primer disco “Bagheera”. La valenciana vino acompañada de algunos compañeros de la plataforma musical de la que forma parte, Periferia Norte. El rapero AGS y Dj Sema le acompañaron en su actuación, llena de ritmos que vienen desde el dancehall, el hip hop, el rap y hasta la electrónica.

El single del disco “Suavemente” y “Aspai que volques” fueron las canciones más potentes que hicieron mover las caderas del público. Un compañero de Periferia Norte, Hien, subió al escenario para aportar una esencia más reggae con “Chillin”. Pero, sin duda, la locura se desató al final con “Nano”, una canción más antigua que hace honor a la ‘terreta’ (Valencia), tanto en la letra como en el espectáculo, ya que Jazzwoman empezó a lanzar los fartons típicos valencianos al público. Y una vez cerrado el directo, se despidió a ritmo de drum and bass con “Cançons d’ofrena”, tema en el que colaboró cantando hace varios meses con el grupo valenciano Zoo.

Llegó el turno del reggaetón feminista, con toques de cumbia, rock, rap y auto-tune, era la hora de la bestia. Tremenda Jauría se presentaba en un escenario lleno de leds verticales de tonos rosas y con las caras cubiertas con máscaras de gas, toda una seña de identidad del grupo. Empezaron con la primera canción del último trabajo “IV”, que hace referencia a la hermandad y la amistad: “Brillando”.

Si algo subió puntos a este concierto fue por la numerosa setlist que preparon. Hicieron un mix de estribillos y trozos de canciones, en las que aparecieron hits como “Nos deseo” y “Madrid a quemarropa”. La marcha siguió al ritmo de la cumbia con “Dónde vas corazón”, pero tampoco faltó hueco para el punk, ya que al final de este tema cantaron algunos versos de “Cuidado” de Eskorbuto

De la misma forma también se hizo un grito de apoyo hacia los Centros Sociales Autogestionados de Madrid, como la Ingobernable, y a los movimientos que se crean para “hacer de Madrid una ciudad en la que se pueda vivir”, señaló la cantante. Y es que si algo caracteriza a las letras del grupo es esa mirada reivindicativa hacia la rutina de la vida y hacia los cuidados sanos entre las personas con temas como “Por todos lados”, “Semillas” o “Morir matando”.

También hubo hueco para una colaboración, puesto que aprovechando la presencia de Jazzwoman, la invitaron a subirse al escenario para cantar “Akelarre”, con la que estalló el baile más cañero. Asimismo, en el tema hubo un guiño muy bonito hacia Gata Cattana, ya que metieron unos versos de “Lisístrata” en el directo.

El final ya se acercaba, y para poner un broche de oro a esta noche reivindicativa, terminaron con dos de sus canciones más populares: “Con tol deskaro” y “Esta noche”, en las que el auto-tune y los toques de cumbia fueron protagonistas. Además, con la última canción bajaron a la pista para cantar y bailar con todo el público.

Sin duda, Tremenda Jauría dio un respiro de aire fresco a una ciudad en la que cada vez es más difícil vivir. Así que habrá que quedarse con sus mensajes y seguir tejiendo redes entre nosotras, ya sea encima de los escenarios o apoyando desde abajo. Dicen que el perreo va a cambiar de bando. Y ya está pasando.