El fin de semana del 11 al 13 de abril, Jerez reunió ganas de fiesta, música y cantidades ingentes de emoción en el quinto aniversario de un festival que se va consolidando año tras año. Las buenas temperaturas y la calidad de los artistas en cartel atrajeron a unos 45.000 asistentes a esta esperada edición del Primavera Trompetera Festival.
El acontecimiento este año ha incorporado, además de los acostumbrados puestos de artesanías, comida y bebida, extras como un servicio de salto de altura y un concurso de disfraces.
La fiesta de bienvenida fue augurio directo de los dos días siguientes en los que una sucesión de artistas compartió con el público su música y su espectáculo.
El viernes, un grupo tan consagrado como Def Con Dos atraía a los asistentes que aún estaban entrando al festival como moscas a la miel. El despliegue de energía del grupo no deja indiferente, después de más de treinta años de escenario. Durante algo más de una hora dieron un repaso a sus éxitos de siempre. Su discurso, crítico y actual, destacó por su guiño a la lucha feminista con “Ellas denunciaron”.
Def Con Dos
Mario Díaz se rodeó de un público danzante y risueño, plagado de fieles seguidores que conocían todas sus letras, y con algunos novatos que quedaron prendados del encanto del cordobés. Sus letras, con un contenido de actualidad, crítica social y amor, se incorporan a una fusión musical que invitaba a quedarse.
En el trayecto de la tarde, Triple X hizo su aparición, un grupo que mantiene viva la llama del rap de antaño. Era mucha la complicidad con el abundante público. Después le tocó su turno a los conocidos Mojinos Escozíos y a su teatralidad vitalista. El peso de la puesta en escena es significativo cuando se trata de este grupo y su música. El Sevilla hizo honor al enorme tatuaje que lleva en el cuello “Nací para hacerte feliz”. Una selección de temas acertada con estribillos sencillos que invitaban a cantar. Una inyección de alegría.
Mario Díaz
Ayax y Prok fueron los encargados de teñir el cielo jerezano de noche, con esa energía y ese dramatismo que los caracteriza y que, inevitablemente, emociona. En cuanto al setlist, en comparación con su intervención en el festival pasado, asistimos a una selección en la que las canciones individuales son más abundantes. A pesar de ello, la complicidad entre los gemelos es evidente. “La Flauta de Hamelín” supuso un punto de inflexión, a partir del cual la energía fue creciendo hasta acabar todos (los chicos y el público) extasiados.
Miguel Campello desfiló por el festival mecido por un aire fresco de nuevo flamenco de fusión. La puesta en escena estuvo presidida por la percusión con la que siempre acompaña a este artista. Sobresaliente la conexión con el público . Un repaso brillante a sus temas de raíz clásica aderezados de talento y acrobacia. Raíces nuevas del árbol centenario.
Miguel Campello
Había llegado el momento de SFDK, tras romper la tensión previa al espectáculo con unos de sus temas más potentes, tanto en mensaje como en ritmo, “Lucifer”, hizo especial hincapié en su último lanzamiento, “Redención”. El dúo sevillano no olvidó sus anteriores éxitos, su album “Sin miedo a vivir” recoge varias de las piezas interpretadas aquella noche, todo ello para luego “Volver” a lo más clásico de SFDK con “El liricista en el tejado”. Como se podía esperar de tan experimentado grupo, la realización del espectáculo y el ritmo del mismo crearon una conexión innegable con su público.
Ambiente
Como cada año, El Canijo de Jerez fue recibido por una multitud que lo arropaba, es la ventaja de jugar en casa. Este artista es el símbolo característico del festival, el más trompetero y primaveral.
Paralelamente, en el escenario Libertad, inserto en una gran carpa, se sucedieron artistas como Alberto Gambino, Shotta, Kidd Keo y Locoplaya
El sábado arrancó como una afluencia masiva de público deseoso de disfrutar del cartel que había preparado la organización para ese día.
Shotta
La Excepción hizo su aparición, rap jerezano que generó un ambiente inmejorable. Más tarde llegó el rapero valenciano Nach, con un directo que resultó ser una delicia para el oído y la vista. El espectáculo fue impresionante: pantallas con videos que transportaban al recinto en el tiempo, uno para cada canción, además de un mapa estelar que conectaba las canciones del artista. En general, el público hizo mucho ruido, pero cabe destacar el momento de Rap Español, explosión de voces, de desgarros de garganta.
Mala Rodríguez irrumpió a golpe de fusión de músicas populares urbanas y flamenco. El espectáculo destacó por el gran número de bailarines.
Ambiente
420 Backyard Battle, una competición nacional de rap freestyle underground, trajo al escenario Libertad ,raperos de calidad, con buenas rimas y el ambiente característico de las batallas, en las que el público interviene sin cesar con ovaciones y abucheos.
Destacable también el grupo británico de música electrónica Apollo 404 y su fusión de electrónica y rock.
La explanada junto al circuito de velocidad duerme ahora esperando la nueva cita anual, un festival que ha conseguido consagrarse como referente en sólo cinco ediciones. Una celebración de la vida.