Ya he hablado en muchas ocasiones de la situación delicada que estaba pasando la cultura en la ciudad de Torrelavega, con muchas trabas por parte de las instituciones para poder realizar eventos tanto al aire libre como en locales, por lo que ya hace 6 años se creó una plataforma llamada Cultura Sin Techo para buscar una solución a esta anomalía.
Después de haber llamado muchas y muchas veces a las puertas de las instituciones, éstas, poco a poco y con todos los peros que suelen poner, han ido recogiendo algunas de estas propuestas, con la colaboración de algunos partidos políticos, consiguiendo que, primero la música vuelva a la calle en diferentes épocas y segundo que los locales empiecen a programar actividades culturales en su interior. Es cierto que queda mucho por hacer, pero está claro que se va recogiendo los frutos de esta pelea.
Y prueba de ello era la 1ª muestra de bandas de Torrelavega que han organizado mano a mano la gente de la Asociación Noche de Rock y el ayuntamiento de la ciudad, buscando que la música vuelva a diferentes zonas de la localidad, tomando de alguna manera el relevo de los ineficaces concursos de maquetas y evocando aquellas noches del auditórium de los años 90, donde las bandas tocaban solo por diversión. Esta muestra de bandas tendría lugar en tres sábados consecutivos entre finales de abril y primeros de mayo y con 4 grupos por día.
Por diferentes circunstancias ni había podido acudir la primera jornada y tampoco iba a poder hacerlo a la tercera, pero por nada del mundo me quería perder la segunda noche, ya que, al margen de que los grupos me gustasen más o menos, es obligatorio apoyar eventos como estos; además, los cuatro grupos que tocaban este día me gustaban mucho.
Con la amenaza de la lluvia pendiendo sobre el cielo de Torrelavega, el evento, que tenía lugar en jornada de reflexión en el Auditorio Lucio Lázaro, iba a comenzar con bastante puntualidad sobre la hora fijada, algo que no es nada de extrañar estando Oskar de Noche de Rock al mando y que fue quien presentó la velada. .
A los primeros en salir, The Spanish Peasant, sólo los había visto en directo creo recordar una vez, pero ya me dejaron un grato recuerdo. Esta vez venían presentando su cuarto disco ya, llamado “Pronóstico reservado” y que había salido a la venta ese mismo mes, basando su repertorio casi exclusivamente en el citado trabajo.
Abrieron, igual que en dicha obra, con “Hasta que el cuerpo aguante”, un bello tema en que juegan a las mil maravillas con esa combinación entre la voz de Gema y de Javi, también guitarra, uno de los sello de identidad de la banda y que hizo que la gente, que ya en buena cantidad poblaba los bancos del auditorio, empezase a prestar atención a la banda.
The Spanish Peasant
Tras presentarse y agradecernos nuestra presencia, nos recordaron que estaban presentando su nuevo disco, para proseguir con “El arte de lo abstracto”, otro gran tema, como todos los de este discazo, en donde la banda utiliza diferentes efectos de sonidos, y, sin pausa alguna, seguir con “Surada”, un corte donde nos llevan a sonidos más americanos por decirlo de alguna manera.
Una de las canciones que más ha calada de su actual disco es “La balada del silencio”, un precioso tema lento pero con muchos matices y con la que acabaron de conquistar a la gente presente, para seguir con “La ley de la gravedad”, otra bella pieza donde las voces y la guitarra acústica tienen un papel muy relevante.
Personalmente, el tema que más me gusta de su nueva obra es “El traje nuevo del emperador”, que, como todas las canciones de la banda, tiene una letra más que trabajada y es que estamos ante una banda que mima su trabajo hasta el último detalle; para prueba su actual disco y la fabulosa presentación del disco físico.
Era el momento de “Horizonte”, un tema que Javi quiso dedicar tanto a su padre como a Hubber, músico recientemente fallecido, siendo una pieza realmente entrañable, tanto por el mensaje como por la ejecución de la misma, siendo seguida por “Fernanda”, un homenaje a una concursante del programa de televisión “Saber y ganar” que se ganó su cariño.
Era el momento de tocar la única canción que no está presente en su disco, siendo ésta una versión del “Best dress” de Damien Jurado, un arista del que se reconocieron seguidores, para despedirse, no sin antes agradecer a quienes habían hecho posible este evento y que ellos estuviesen allí, recordando futuros conciertos de la banda, antes de dejarnos con el tema que da título y cierra su actual obra, es decir “Pronóstico reservado”, con el que finiquitaron su 45 minutos de actuación.
The Spanish Peasant es una banda con una enorme calidad y muy buen gusto en lo musical, a los que no hay que poner ni un solo pero porque saben combinar la dulzura de su música con esa intensidad que hace que sus canciones tengan mucha personalidad propia y muchos matices.
Espero volver a verlos con más regularidad y seguir profundizando en su discografía ya que son una grandísima banda.
También hacia mucho que no veía en directo a Zientotreintaiuno, una peleona banda torrelaveguense que lleva ya más de 14 años dando caña y repartiendo leña por todos los sitios donde les han dejado, y que es un grupo con un directo muy contundente.
Y nada más subir a las tablas Eva, su cantante, nos pidió que rompiésemos esa barrera que había entre los asientos y el escenario, invitándonos a subir al propio auditorio con ellos, algo que fuimos haciendo de pocos en pocos, iniciando su actuación con “Jodete”, una autentica declaración de intenciones, para seguir, tras algunos ajustes en el sonido y presentarse, con “Aki al final hay concierto”, otro trallazo directo y potente, en donde pudimos apreciar lo bien que estaba sonando la banda.
Mientras nos pedían que nos acercásemos aun más, era el momento del “Rock & Roll”, una de las canciones presentes en su disco “Grabaciones perdidas” de hace 3 años, para luego dedicar a un amigo que hacía años ese día “No puedo respirar”, no sin antes agradecer a la organización el contar con ellos y mostrarse encantados de tocar en este mítico recinto que, como ellos dijeron, debería estar más utilizado.
No había tiempo para relajarse y la anterior canción fue seguida por la entrada de bajo con la que se inicia “Luchan”, para proseguir con la intensa “Adiós”, tras la que la banda se tomó un ligerísimo respiro, algo necesario teniendo en cuenta la actuación que estaban efectuando.
Volvieron a su único trabajo editado hasta la fecha con “Lárgate de aquí”, una pieza que dedicaron a esas personas que no podemos ni ver, para continuar con el tema que se llama como la banda, es decir “Zientotreintaiuno”, un gran tema donde escupen toda la rabia que la música del grupo trasmite.
Zientotreintaiuno
Pero para rápida y cañera “Hipotálamo”, un tema muy corto y directo y que ha acompañado a la banda desde sus inicios, para seguir con “Simple impulso”, un corte que quisieron dedicar a su anterior bajista y que sirvió de presentación del actual, siendo una canción potente e intensa.
No bajaron ni un instante esa potencia y contundencia marca de la casa como pudimos notar en “Todos caen”, para despedirse, agradeciendo a la organización que hubiesen contado con ellos y recordando a los grupos con los que compartían escenario, dejándonos con su canción emblema, “Reparte leña”, que dedicaron a todas la mujeres luchadoras.
Zientotreintaiuno sólo necesitaron 40 minutos para dejarnos un concierto muy intenso, quizás el mejor que les haya visto, y es que pudimos ve a una banda muy sólida y muy asentada, pese al cambio en el bajo.
La verdad es que da gustó disfrutar de este grupo, que es todo actitud y rabia sobre los escenarios como pocas bandas he visto.
Nuevo cambio de estilo y era el turno de A Duras Penas, los representantes de la rumba de autor, como ellos mismos se definen, en Torrelavega y que venían presentando su segundo trabajo, llamado “Narcovadonga”, que habían presentado sólo una semana antes en su barrio.
Y precisamente como en dicho disco comenzaron su actuación, con “Rock del barrio”, toda una declaración de intenciones con ese ritmo bailable que ellos saben impregnar a sus temas, para, tras agradecernos nuestra presencia, seguir con “Tinta y desquicio”, otro buen corte de su actual obra y que me gustó mucho.
Y es que, como nos anunciaron desde el escenario, estaban presentando nuevo disco e iban a tocar sólo canciones de ese trabajo debido al tiempo del que disponían, siguiendo con “Oro entre basura”, un tema muy animado y que trasmite muy buen rollo, continuando con el corte que da nombre al disco “Narcovadonga”, un autentico temazo pero que quedó un poco deslucido porque en ese momento la lluvia, que había estado amenazante, hizo acto de presencia.
Tras comentarnos algún problemilla que habían tenido por el nombre del disco, siguieron con “Caprichosa y perra”, otra pieza muy movida y que contrastó con el comienzo más lento y relajado de “Lobo de mar”, aunque luego la canción coge más ritmo.
A Duras Penas
Seguían dejando con la boca abierta no sólo a los que ya los vamos siguiendo sino a muchos otros que no los conocían, agradeciendo a Noche de Rock el que hubieran contado con ellos, para seguir con “Espina etílica”, una canción donde la percusión, fenomenal toda la noche, brilló aun con más intensidad.
Acostumbrados a conciertos de mayor duración, preguntaron cómo iban de tiempo, antes de proseguir con “Kemasda”, un corte que fue muy aplaudido por los muchos seguidores de la banda allí presentes, continuando con “Huellas de libertad”, uno de esos temas en los que no puedes evitar mover los pies a su ritmo.
Con sus fieles seguidores cantando el mítico 39300, en alusión al código postal de nuestra Torrelavega, siguieron con “Cromosoma delincuente”, una pieza algo más rápida y con un cierto deje ska, pidiéndonos palmas antes de encarar la última canción que tocaron esta noche, “Las palabras hieren”, una pieza muy bailable y que me pareció ideal para acabar su actuación, tras 45 minutos sobre las tablas.
Ya no son una banda revelación, son una realidad y quizás la banda con más futuro que tenemos no ya en Torrelavega sino en Cantabria, dando un concierto tan bueno como en ellos es habitual y recogiendo muy buenos comentarios no ya solo de los que estamos rendidos a sus directos, sino de aquellos que no los conocían, que no son seguidores del estilo y que no paraban de alabar sus cualidades.
A Duras Penas siguen con paso firme y seguro su caminar, haciendo las cosas muy bien, poniendo muchas ganas y todo lo que llevan dentro para que su música llegue a todos los rincones de Cantabria y fuera de ella.
Y si lo que habíamos visto hasta ahora ya nos hacía pensar en una noche para el recuerdo, la actuación de Wet Cactus se convirtió en inolvidable y mitica, calificativos que seguramente compartirán la mayoría de los presentes que en gran cantidad se daban cita a esas horas de la noche.
El cuarteto de Suances comenzó su andadura con “Full moon over my head”, tema perteneciente a su actual disco “Dust, hunger & gloom”, publicado hace un año, con la banda sonando de manera brutal y dejando a todos con la boca abierta desde el principio, algo que no es de extrañar porque estamos ante una bandaza como llevo observando desde hace 5 años que les vi por primera vez.
Y llegó uno de esos momentos que perduraran en la memoria, ya que cuando estaban interpretando “Jim´s song”, esa pieza instrumental que abría su primer disco de hace 4 años, la gente que estaba al borde de las escaleras del auditorio no aguantó más y se subieron al mismo, acerándose al máximo al grupo y enloqueciendo con él mismo hasta el final del concierto. Realmente fue el momento de la noche, al menos para mí.
Con su cantante animando al resto de la gente a que se acercasen aun más, era el turno de la canción que abre su actual disco, “So long”, otro temazo que nos hizo movernos con su intenso sonidos, para, tras presentarse y pedir a las autoridades que se realicen más actividades en dicho recinto, seguir con “The road”, con esa entrada de batería que nos transporta a una genial canción que estaba presentes en su primera obra y que hizo que algunos tuviésemos dolor de cuello al dia siguiente.
Agradeciéndonos nuestro recibimiento y pidiéndonos que nos acercásemos aun más, era el turno de “Damned rope”, una pieza instrumental de su primer trabajo que fue también muy bien acogida, para empezar a despedirse con “Sleepy trip”, de su actual disco, no sin antes dedicársela a la organización y a Oskar de Noche de Rock, y que hizo que la gente se desmadrase aun más, algo que no me extraña ya que es un temazo y en donde Ernesto, uno de sus guitarras, llevó la distorsión, mientras Dani, cantante y bajista, se subía a la tarima de la batería de Jaime y Oscar seguía tocando con destreza su guitarra.
Wet Cactus
Se despidieron con un tema de su anterior obra, “Ride the way for free”, un corte que sonó realmente genial y con la que en un principio pusieron el punto y final a su actuación, pero, ante la petición del público, la organización les dejó tocar una canción más, siendo ésta una pieza nueva que irá en el próximo disco, con un inicio muy fuerte y cañero y que tiene muy buena pinta, con el que finiquitaron sus 50 minutos sobre las tablas.
Wet Cactus estuvieron simplemente brutales y es que podría poner mil adjetivos a lo visto esta noche pero cualquier cosa que diga no va a estar a la altura de lo que nos dio el cuarteto esta noche.
Y tras los agradecimiento de Oscar de Noche de Rock a los presentes por haber estado allí y pedirnos que colaborásemos en tirar nuestra basura a los lugares destinados a ello, me fui del mítico auditorio de Torrelavega, cambiando impresiones con parte del público entre los cuales estábamos unos cuantos que vivimos los míticos conciertos de los 90 allí mismo y que marchábamos emocionados por esta grandísima e inolvidable noche.