En este mundillo del rock estatal en el que, desgraciadamente, muchas bandas más o menos conocidas tienen que dejarlo por determinados factores y donde los nuevos artistas cada vez lo tienen más difícil por el poco apoyo de público y medios, de vez en cuando tenemos que celebrar la vuelta de bandas míticas y que han forjado una historia desde abajo, algo que puede incentivar a los nuevos grupos.
En este 2019 hay dos bandas que han vuelto y que han hecho temblar los cimientos del rock estatal: por un lado la inesperada vuelta de La Polla Records y por otro el regreso de Marea, una de esos grupos de los que casi no sabes nada hasta que lo tienen todo ya hecho.
Los de Berriozar han editado un disco, “El azogue”, en el mes de abril y con ello han preparado una gira donde van a recorrer prácticamente todas las provincias del estado, siendo el primer concierto en el Extremusika el 1 de mayo y tres días después en el Palacio de Deportes de Santander.
Evidentemente, a un acontecimiento como éste no podía faltar pese a que me dolía mucho perderme unos cuantos eventos interesantes que había por toda la región, pero es que en todos los sitios no se puede estar.
Como suponía que iba a haber mucha afluencia de gente, como así fue, me acerqué con la suficiente antelación para poder aparcar relativamente cerca y llegar a tiempo para poder ver a El Desván, banda también navarra, que está en la misma discográfica que Marea y que los estarán acompañando en diferentes fechas a lo largo del territorio nacional.
Y, cuando fuimos a recoger nuestras acreditaciones, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que los medios acreditados solamente podíamos acceder al recinto una vez hubiese acabado la actuación de la banda invitada, impidiéndonos disfrutar de su concierto y de poder informar sobre dicha banda.
La verdad es que, habiendo pasado unos cuantos días ya, aun no consigo entender la postura de la mente iluminada que, en vez dar bola a las bandas pequeñas, para que sean conocidas a través de los medios musicales como éste, se dedican a ponerles trabas como si no hubiera bastante gente poniéndolas. Lamentable.
La verdad es que lo sentimos por El Desván, de cuya actuación nos hubiera gustado haber informado y haber sacado unas fotos para apoyar a que la gente los conozca un poco más, aportando nuestro pequeño granito de arena, pero no nos dejaron. Otra vez será.
Tras haber hecho tiempo y aun con cierto mosqueo por lo anteriormente relatado, ya pudimos acceder al local para contemplar la magnífica entrada que había en el recinto santanderino, con muchas gente conocida y de diferentes edades y es que esta banda ha trascendido diferentes generaciones y abarca a un amplio abanico de seguidores de la música.
Y con bastante puntualidad sobre la hora prevista, empezó a sonar una intro y subió Alén que se situó tras la batería y dando inicio, ya con todos los Marea sobre las tablas, a “En las encías”, tema que también abre su nuevo disco, el anteriormente mencionado “El azogue”, con la gente expectante y Kutxi saludándonos a medio canción, para seguir con el otro single que ha sido publicado de este disco, es decir “El temblor”, corte muy coreado y que acabó de enganchar a todo el público.
Con un impactante juego de luces durante toda la velada, nos llevaron a su anterior “En mi hambre mando yo” de hace 8 años con “La majada”, en donde Kolibrí nos deleitó con un gran solo de guitarra, tras el que Kutxi nos saludó y recordó lo mucho que hacía que no tocaban allí, diciendo que estábamos más viejos no como ellos y que había que disfrutarlo por si no se volvía a repetir, antes de llevarnos a “La noche de viernes santo”, uno de los temas que primero me ha entrado de su nuevo disco, que, como estáis viendo tuvo mucho peso en su repertorio, demostrando que Marea no es una banda que viva de rentas.
Sin embargo, hay que reconocer que la mayoría del público está deseando escuchar esos temas más conocidos de la banda como “Mierda y cuchara”, ese corte que estaba presente en su quinto disco “las aceras están llenas de piojos” del 2007 que hizo a la gente volverse loca y donde César y Kolibrí coparon el centro del escenario, para seguir con “Muchas lanzas”, que dijo que son las que se han clavado en su pecho, otra pieza de su más reciente disco, que tan buena acogida está teniendo.
Unida a la anterior por la guitarra de Kolibrí llegó uno de esos temas siempre muy esperado en sus conciertos que es “Manuela canta saetas”, de su tercer disco “Besos de Perro” del 2002, que puso a cantar a todo el palacio de deportes, tras la que Kutxi empezó a vacilar con que si estaban molestando se iban, con todo el mundo gritando que no, antes de anunciarnos “una canción con la que muchos de vosotros os disteis vuestro primer beso”, siendo ésta “Corazón de mimbre”, de ese discazo llamado “Revolcón” del 2000 y que provocó la locura total entre los presentes.
De vuelta a su quinto disco preguntaron que por donde estaba Evaristo, que colaboraba en el siguiente tema de su disco del 2007, siendo éste “Mil quilates”, en el que Kutxi tuvo que cantar con la particular voz del de Agurain, antes de motivarnos para provocar que se cayese la ballena, termino con el que en Cantabria se conoce al Palacio de los Deportes, y casi lo consiguen cuando todo el mundo se puso a botar con “Que se joda el viento”, el corte que cerraba su disco “28.000 puñaladas” del 2004, con un gran duelo de guitarra entre César y Kolibrí.
Marea
Era el turno de regresar a su nuevo disco con “Un hierro sin domar", otro gran tema y es que este es un disco que no defrauda para nada a los seguidores de la banda, tras el que Kutxi nos dijo que se nos estaba quedando cara de cántabros y dejarnos, como él dijo, con un cantante de verdad, cediéndole la parte vocal a Piñas, bajista de la banda, para interpretar “Pecadores”, el corte que cierra su actual obra, demostrando la fuerza que tiene su voz, algo que algunos ya hemos podido comprobar en su otro grupo Malaputa.
Sin perder un segundo y aun con Piñas a la voz, era el turno de una de su disco debut, “La patera” de 1999, siendo la misma “Trasegando”, una de las preferidas del público como se pudo observar a tenor de la reacción ante la misma, para, ya con Kutxi , que nos dijo que había traído su propio cenicero, dando un cigarrillo a uno de los presentes, continuar con por “Jindama”, un temazo de su actual disco y en donde al vocalista se le cayó el micrófono al foso, aunque sin más consecuencias.
Era el momento de relajar un poco el evento y para ello recurrieron a “Pájaros viejos”, un bello tema que está presente también en su reciente disco y que me gustó mucho, para seguir con la esperada “La Luna me sabe a poco”, de su tercer disco, y que volvió a hacer saltar a la gente, totalmente enloquecida con el concierto que estaban disfrutando.
Tras preguntarnos de nuevo que si seguían, con afirmativa respuesta, y tras asegurarnos que eran los Marea de verdad, no un grupo tributo, era el turno de un solo de Kolibrí que nos introdujo en “Ocho mares”, un nuevo tema de “El azogue”, con un gran trabajo de Kolibrí, aunque sin desmerecer la gran labor de toda la banda, siendo Piñas el que dio paso a “En tu agujero”, de su tercer disco y que, como era de esperar, fue muy cantada por la gente, entre los cuales me incluyo.
Avanzamos a su cuarto disco con “La rueca”, el tema que le abría, con Kutxi tirando monedas en la parte en la que canta eso de “me bastan 40 duros de felicidad”, otro de los temas más aclamados, como también lo sería ese temazo que es “Barniz”, la canción que iniciaba su segunda obra, tras la que la banda se marcho temporalmente del escenario.
Al regresar pidieron un aplauso para El Desván que les había acompañado y que estaban entre el público y diciéndonos que según lo que aplaudiésemos tocarían más o menos canciones, agradeciéndonos el estar pendientes del concierto y no grabando con los móviles, con Kutxi definiendo a Alén como un héroe, a Cesar como el jefe, a Piñas como el rock y a Kolibri como el maestro, antes de sacar a toda la gente que les acompaña en la gira, o al menos a los que podían dejar su puesto, para que fuesen aplaudidos por todos los presentes como reconocimiento a su labor.
Marea
Retomaron la actuación con “Bienvenido al secadero”, tema con el que se iniciaba su anterior disco y en donde Kutxi nos mostró su pecho como mostrándose desnudo ante todos nosotros, antes de confesarnos que él quería que Lorca le hubiera hecho un romance pero que llegó algo tarde así que se hizo el “Romance de José Etxailarena”, ese temazo que abría su tercer disco y que fue muy cantada por todos los asistentes.
Confesando que había allí mucha gente que conocía y que quería, a los cuales saludo desde el escenario, nos recordó que siempre será “El perro verde”, cantado por todo el pabellón y que estaba presente en su segundo disco, para luego reconocer que iba a haber tocado un tema con guitarra acústica pero que se la dejó en el local y que el grupo cántabro 4 de Copas le dejaron una pero sin afinar y no pudieron tocar el citado tema, antes de recitar un poema a modo de introducción a “Marea”, la canción que abría su primer disco y con la que pusieron fin a su actuación tras dos horas y cuarto sobre las tablas y todo el grupo reunido alrededor de la batería.
Pese a que estaban comenzando la gira y, lógicamente, la banda no está todo lo engrasada que puede estar cuando lleven 10 conciertos más, Marea ofrecieron una gran actuación, en un lugar donde el sonido no suele acompañar, aunque desde mi posición se oía bastante bien, dando a sus seguidores lo que tantos años llevaban esperando y haciéndonos disfrutar al máximo porque nunca se sabe si volverán alguna vez a actuar en cada ciudad que visitan, según ellos mismos han confesado.
Sobre el repertorio, como siempre que estamos ante una gran banda y con muchos temas exitosos, hay canciones que puedes echar en falta, pero he de decir que me pareció un setlist bastante equilibrado, con sus temas más emblemáticos y un amplio repaso a su nuevo disco, y es que siempre es bueno defender lo más reciente que ha publicado uno, sobre todo cuando, como en este caso, no desentona con las otras canciones más conocidas.
Sin duda, Marea esa noche conquistó el Palacio de los Deportes de Santander.
Y así me marché del citado local, junto a la riada de gente que nos habíamos dado cita en este emplazamiento, contento por el concierto visto a cargo de Marea, aunque molestos por el tema referido con El Desván; esperemos que sea un hecho puntual y que no se vuelva a repetir, porque los artistas invitados necesitan más que nadie que se dé cobertura a sus actuaciones.