Córdoba se pondría sus mejores galas para recibir, de nuevo, a una de las figuras más icónicas de la historia del Rock, nada menos que Mark Knopfler, que casi con 70 años ha decidido, para sorpresa de muchos por su reciente anuncio, colgar las botas, al menos en lo que se refiere a tours en los escenarios. Después de visitar Barcelona, Valencia y Madrid, hoy tocaría el turno en Andalucía, y que lugar mejor para ello que la mítica Plaza de Toros de los Califas en Córdoba, donde ya estuvo el maestro hace 9 años, o donde pudimos ver el año pasado a bandas como Kiss o Scorpions hace otros tantos.
A pesar de llegar con varias horas de antelación, ya pudimos observar la cantidad de gente que aguardaba en las colas, tanto para pista como para gradas, suerte que la calor dio algo de tregua y no era tan insoportable como en otras ocasiones. Por supuesto, público de todas las edades, abuelos, padres e hijos, puesto que la música de Mark Knopfler y la herencia que nos dejó con Dire Straits es algo imperecedera.
Uno de los motivos de la gira es presentar su nuevo disco de estudio, “Down the Road Wherever” (Nov-2018), un disco elegante y aunque huido de los clásicos sonidos rockeros ya tan dejado atrás, resultó ser de muy buen gusto para la crítica musical. Precisamente con un corte de este nuevo álbum, Mark y su extensa banda decidieron abrir el concierto, “Nobody Does That”, con el rasgueo sordo de la guitarra y su característica voz comenzaba el show. Hasta 11 músicos pudimos contar en el escenario acompañando a Mark, batería y un percusionista, gaitero, saxofonista, trompetista, bajo y guitarras, teclado, coros, flautista... y todos ellos compenetrados al unísono, haciendo que el sonido durante todo el concierto fuera impecable, varios fueron los puntos por donde nos movimos durante todo el espectáculo, y siempre se escuchaba igual de bien, un 10 para técnicos y músicos en esta noche.
Para el siguiente tema, nos iríamos unos años atrás, 7, no mucho teniendo en cuenta la dilatada carrera del escocés, “Corned Beef City” con un sonido más “country y Folk” para ir entrando en calor en el concierto; Más años atrás, en este caso 2000, para uno de sus “clásicos” de su etapa en solitario, “Sailing to Philadelphia”, años son, pero pocos son comparados con algunos de los temas que escuchamos esta noche, el siguiente en sonar fue el primero de su añorada por muchos, etapa de Dire Straits, “Once Upon a Time in the West”, del disco “Communiqué”(1979), la guitarra que cualquier amante de la música sabría identificar a ojos cerrados, los dedos de Mark acariciaban las cuerdas, sin púa como siempre, para dar ese sonido suave y eléctrico tan característico suyo.
Mark Knopfler
Y como si no nos hubiéramos movido de esa época, caería la segunda de la noche de Dire Straits, “Romeo and Juliet” del disco “Making Movies”(1980), haciendo las delicias de toda la plaza de toros, que abarrotada se ponía en pie, una vez más, para aplaudir, no a un torero esta vez, pero si a una banda que estaba bordando un concierto excelente. Momento para 2 temas del nuevo disco, “My Bacon Roll” y “Matchstick Man”, es inevitable que temas tan nuevos no conectan tan fácilmente con el público, pero aún así sonaron muy bien y algo más rápido que en sus versiones de estudio. “Done with Bonaparte” es una demostración de como todos los instrumentos pueden participar sin estorbar lo más mínimo, al igual que en “Heart full of holes”, una balada lenta pero que preparaba el temporal para todo lo que quedaba por venir. Un pequeño corte, “She's Gone” de la B.S.O de la película “Metroland”, que sirvió para dar paso al saxofón tan reconocible del comienzo de “Your Latest Trick”, otro de los clásicos de Dire Straits seleccionado por Mark para dejarnos hoy.
A medida que iba avanzando el concierto, parece que iban subiendo las velocidades o que quizás nosotros, acostumbrados a ritmos más rápidos, nos habíamos adentrados en la atmósfera musical creada por Mark, el caso es que “Silvertown Blues” me pareció más rockera que nunca, y tiñó el escenario de más azul que nunca. El peculiar ritmo sudamericano nos marcaba la entrada de “Postcards From Paraguay”, y acto seguido, pudimos escuchar otro de los clásicos más esperado de la noche, “On Every Street”, con ella, se pudo observar que a Mark se le respeta en el escenario, el público calla cuando toca las notas en su guitarra y canta con la tímida voz que todos recordamos en sus discos, en este tema es quizás donde pudimos ver a Mark interpretar mas solos de guitarra, sin duda fue uno de los temas más espectaculares de la noche.
Mark Knopfler
Tristemente llegábamos a la parte final del concierto, pero todavía pudimos escuchar “Speedway at Nazareth” donde todo el público espera esa parte tan especial donde cada instrumento va despegando hasta llegar casi al cielo, para luego bajar, pausarse y tocar “Telegraph Road”, las luces del escenario eran todas azules y blancas, faltó algún rayo para poder vislumbrar esa portada de su disco, “Love Over Gold” (1982), que seguro muchos aún guardan en su versión de vinilo, un tema extenso y que imposible que pudiera sonar mejor de lo que sonó.
Con ello la banda se despidió, y aunque costó algo de tiempo, volvieron a salir para dejarnos algún tema más. No faltó, en esta ocasión en Córdoba, “we”, otro de los clásicos amado por todos los fans de Mark y Dire Straits, que no sirvió de despedida, puesto que la banda se marchó con “Going Home”, tema instrumental con esos sonidos tan característicos que todos tenemos en la cabeza y que nos sirvió para dejarnos un sabor de despedida muy dulce y amargo a la vez por saber que, para muchos, sería la última vez que veríamos a Mark Knopfler en los escenarios.
Un concierto, de 2 horas de duración, en el que por supuesto faltaron muchos clásicos de Dire Straits, pero eso es algo que ya sabíamos, y el que no lo supiera, pues es posible que se llevara una decepción, pero Mark está en ese selecto grupo que con la carrera que tiene, poco le pueden discutir que haga lo que quiera y no lo que los fans le piden, entre otras cosas porque el concierto era de Mark Knopfler y su banda, no de Dire Straits, y aunque todos nos quedáramos esperando que tocara “Sultans of Swing”, incluso sabiendo que no lo estaba haciendo en los conciertos anteriores, no queda otra que respetar las decisiones... siempre uno se puede poner el DVD del “Alchemy” y disfrutar de uno de los mejores directos de la historia del rock. Mark es y será siempre historia del Rock y sus temas seguirán sonando en las bandas sonoras de muchas personas, hoy muchos tuvimos el placer de despedirlo por todo lo alto en una plaza de toros, que como cabía esperar, “lo sacó a hombros” por la puerta grande.