El 2 de mayo era el día oficial para comenzar con todo lo que nos tenía preparado el Viñarock, trayendo un cartel donde nunca pueden faltar los grupos que ya se sienten como en casa año tras año en este festival.

Comenzamos a las 17:30 en el escenario Smoking, donde se presentaron los Rude Pride, en un momento del día en el que hacía un calor tremendo, por lo que se intentaba aprovechar al máximo las zonas de sombra. Ningún punki se perdió esta cita con los madrileños, para cantar junto a ellos su popular “Screaming Oi!”

Tras ellos, era hora de acercarse a uno de los escenarios principales donde tocaban Narco. A pesar de que fuera bastante pronto para un concierto de los suyos, ningún viñarockero se lo quiso perder, y el recinto ya estaba prácticamente lleno.

Los sevillanos salieron a darlo todo entre los rayos de Sol con “Suicídate”, seguido de otros temas como “Son ellos”, momento en el que tiraron una botella abierta al público para refrescarnos, pues a esas horas estábamos todos sudando la gota gorda; “La hermandad de los muertos”, con el mítico ritual por parte del público, en el que siempre se acaba levantando a alguien en posición de crucifijo; o “Yony el Robot”, presentándose un personaje en el escenario disfrazado de robot para darle ambiente al concierto.

Entre el público tampoco podían faltar disfraces, carteles rockeros, incluso hinchables que acompañaban el ritmo de las canciones. Decidieron terminar el concierto con el tema “Puta policía”, mientras las de Mafalda ya se estaban preparando para salir al escenario de al lado.

El grupo valenciano de Mafalda había sacado disco no hace mucho, por lo que decidieron meter algún tema nuevo en su repertorio, como fue: “Las que faltaron”, “Necesarias pero absurdas” o “Desde el suelo”. No se olvidaron de tocar las canciones que les han acompañado durante más años, que todos sus seguidores se saben desde el principio hasta el final como “La llorona”, “En guerra” o “Nuberu”, tema en el que aprovecharon para saludar a la familia de Desakato, grupo que ha colaborado en este tema.

Debajo del escenario no faltaron pogos, ni las caras pintadas, algo muy característico de las de valencia. Además, se vieron varios intentos de hacer castellers, igual por diversión, o para ver mejor el concierto, puesto que Mafalda siempre lo peta y era difícil poder ver entre el público lo que sucedía encima del escenario. No olvidaron dar un papel protagonista a los vientos, que se pusieron delante para “Absurdas, pero necesarias”. El concierto ya fue terminando cuando sonó “No habrá paz”, tema en el que se agachó la gente para, finalmente, darlo todo.

Ya era hora de cambiar un poco de estilo musical y, por eso, nos fuimos al escenario Biobizz a ver a los increíbles Iseo & Dodosound.

Comenzó pinchando Dodosound junto con los vientos que les acompañan siempre, antes de que saliera Iseo a darlo todo, momento muy esperado por todos los viñarockeros; pues en cuanto salió, la gente se volvió loca. Lo primero que recibió la navarra en el escenario fue un gorro que le tiraron desde el público, con el que estuvo jugando mientras cantaba, hasta que finalmente lo volvió a lanzar a la marea de gente que se encontraba escuchándola.

Se presentaron con temas con los que se han creado un estilo más diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar, como fueron “Microphone”, o la canción que Iseo dedicó a todas las mujeres “Im burning”. Antes de irse, no se olvidaron de deleitarnos con su mágico “Free”, y con su nuevo tema “Dame”.

Después de un descanso merecido para cenar, ya eran las 00:45 cuando muchos de los viñarockeros optaron por acercarse al escenario de Negrita a escuchar el rap de los sevillanos de SFDK, mientras los más jóvenes tenían una cita de rap también con los de Beret. Nosotros decidimos ir a Crim al escenario de Smoking, para escuchar el punk que venía desde Tarragona, con una música estremecedora que no podía hacer parar de saltar a la gente, consiguiendo ser uno de los mejores directos de la noche. Hicieron que todos desfasáramos con temas como “Verí Caducat”, “Hivern Etern” o “Pare nostre que esteu a l’infern”.

Tras este conciertazo, era hora de acercarse al escenario Cutty Sark, para ver a Desakato y los bailes que se marca Pepo encima de la gente. Nada más empezar el concierto, se pudo divisar entre el público una bandera del PP, nada acorde a la situación, pero que no faltó en varios conciertos.

A Pepo parece que cada vez le gusta más disfrutar de sus canciones rodeado de sus seguidores, pues a medida que pasa el tiempo, prefiere tirarse más y más veces encima del público. Tras tocar “Animales hambrientos” y “La ira de los hambrientos”, o era muy tarde, o estaban recordando a la gente que en algún momento tendrían que cenar algo, pues no había tanta motivación entre los viñarockeros como horas antes. Pero Pepo consiguió motivarles cuando se volvió a tirar, esta vez en una barca que tenían que sujetar entre más personas.

En “Cada vez” los asturianos nos hicieron a todos protagonistas, pues decidieron que fuéramos nosotros los que cantáramos el principio de la canción, mientras acompañábamos el momento con mecheros y luces, hasta que más tarde se unieron ellos a nuestro coro. Este coro se alargó tras la canción cuando todos empezaron a gritar “a por el bote”.

Y qué sería de un concierto de rock como el que se marcan los de Desakato sin los pogos que se forman en el Viña. En el tema de “Cuando salga el Sol”, había pogos por todas partes, de forma que siempre acabábamos metidos en alguno; pogos que al final se convirtieron en uno enorme al final del concierto, antes de que se volviera a tirar Pepo.

Cerraron la noche los vascos de Skakeitan, un grupo que el año pasado cerró el Viña en el escenario pequeño, y esta vez cerraban el primer día en el escenario de Negrita. He de decir que me encanta ir a festivales, por el simple hecho de poder disfrutar de música que no había escuchado antes y descubrir grupazos nuevos, como me ha pasado con Skakeitan, un grupo que hizo que todos nos motiváramos para terminar la noche con un buen sabor de boca, o como pre-raves para los que más aguantan.

El cantante también optó por tirarse al público, pero con una tabla de surf, como los míticos Porco Bravo, en la que se subió mientras la gente lo aguantaba…  a pesar de que el día anterior había tenido una fractura en la rodilla, por lo que al final se terminó tirando de la tabla al público.

Tanto disfrutamos todos, que intentábamos seguir sus letras en euskera, obviamente inventándonos la letra en la mayoría de los casos, como pasó con “Mundu Berri Baten Mapa” u “Orekairak”; pero también se marcaron unas covers al final del concierto para que lo diéramos todo al máximo antes de abandonar el recinto, mientras seguíamos bailando el ritmo que nos habían hecho bailar durante su directo.