Mississippi Queen and the Wet Dogs abrieron la segunda soleada jornada del Festival al ritmo del mejor Soul de Vizcaya. Esta joven banda bilbaína tiene como frontwoman a su exquisita cantante Inés Eleuteria y a su guitarrista Aitor Zurriketa procedente de formaciones como Quaoar o James Room& Weird Antiqua.

El quinteto se completa con Andre Alonso (batería), Kike Mora (bajo) y Miguel Nuñez (teclados). Presentaron las canciones de su EP "Try me" como el baladón " Long Gone", "Speak when sopen to" o el góspel " Ray of sunshine". Ah! y versionaron también a Aretha Franklin con la canción " Try Matty"s" ante la ovación del respetable.

El siguiente en comparecer en el Legends fue Watermelon Slim. El bostoniano ha sido galardonado con los premios más importantes de EEUU y presentaba en el Legends su último disco " Church of the Blues".

Ya desde el principio en canciones como "The Wheel Man" dejó claro su maestría con la steel, siendo también vehemente con su interpretación vocal en piezas como "Too much alcohol", " Gipsy Woman" en la que paseó su armónica entre el respetable o "Get out of my live woman". Sus músicos, bajo y batería, arropan perfectamente la aguardentosa garganta de Watermelon. "Highway 61 Blues" continuó la misma tónica mientras el centro Ola comenzaba a llenarse para ver las actuaciones de Little Steven y Ben Harper, al ritmo del mejor blues del Mississippi.

Con un set en vivo que incluye rockabilly, punk, R&B, jazz, soul, blues, ska, country, rock "n" roll se presentaba en Bilbao Kitty, Daisy and Lewis que revitalizaron la escena del rockabilly allá por el año 2005. Alejados de los presupuestos del mainstream más execrable, Kitty, Daisy and Lewis son una banda de las que no funcionan a golpe de tendencia.

Quizás no vayan sobrados de carisma, cierto hieratismo en su interpretación no deja de aburrir un poco al público, pero al mismo tiempo saben conjugar estilos presentándoles en una amalgama sonora de fácil digestión a un público que disfruta de canciones como "It ain"t you business" "Baby, bye, bye", "Black van" o "Just one kiss". Sus pintas setenteras y su revival conectó con una audiencia que empezó a montar la fiesta en jams de R&B, soul y rock&roll. Buen entrante para lo que estaba por venir.

Mucha era la expectación en Bilbao para ver a nada menos que uno de los miembros más insignes de la E Street Band del jefe Bruce Springsteen, nada menos que el jefecito Little Steven and the Disciples of soul. El boca a oreja de sus anteriores giras había funcionado y la afluencia de público cumplía con las previsiones de la organización. Pero volvamos a Stevie. Su carrera, forjada en conciertos en pequeños locales y salas de fiesta de la costa este de los EEUU, se debate en un viaje poliédrico por las distintas épocas y estilos de ese género tan vilipendiado y denostado llamado rock and roll.

Presentaba en el BBK Legends su último larga duración, el reciente y fantástico álbum "Summer of Sorcery" que explosionó casi canción a canción. El bolo fue impecable, mágico, diría más, apabullante. Con una puesta en escena colorista llena de vitalidad, autenticidad y magia se empezaron a oír temas como "Camouflage of righteousness", "Desaparecido", "Vortex" o " Soul Power Twist" que sonaron potentes, afilados, abrasivos. Steve Van Zandt se hace acompañar de una bandaza como los Disciples of Soul con hasta ¡14 músicos! y la cosa suena fantástica en una interpretación de género llena de entusiasmo y energía. Steve reivindica la profesión de músico desde las mismas entrañas.

En tiempos de hits inmediatos y grupos de diseño Steve y los suyos dan un auténtico repaso a la historia del rock and roll con verdadero amor y pasión por su obra. Se puede achacar a su propuesta que sea excesivamente nostálgica, que mire por el retrovisor a tiempos pretéritos y que sea un deja vu de otras bandas pero lo que es innegable es la maestría con la que ejerce su oficio, con mucha pólvora, salvaje y frenético rock and roll. Hail, Hail, Steve!!!!

Ben Harper & The Inocent Criminals se presentaba en el BBK Legends incurso en una extensa gira europea el reputado músico californiano. En su menú sonoro  caben géneros como el soul, folk, blues, r&b, reggae o country. Alumno de grandes de la música como Curtis Mayfield, ha conseguido aunar todas sus influencias en un sonido limpio y orgánico verdadera delicatessen del panorama rock actual. Abrió con eso de que siempre tuve que robarte los besos y, desde el principio, dejó clara su impronta personal y su carisma en un Sondika respetuoso por desmenuzar su propuesta sonora. La verdad que pese a su estatismo en las tablas, supo conectar a base de canciones afro-americanas tocadas con su steel distorsionado. Mención especial merecen los inocentes criminales compuestos por Juan Nelson y su bajo funky, Leon Mobley a la percusión y Oliver Charles a la batería.

Con una serenidad casi zen Ben canta su ramillete de canciones conocidas "Burn one down", "Diamonds on the inside", "Call it what it is" impertérrito, embutido en su sombrero Stanton con una voz melosa firmando una propuesta con gran calidad pero que con su parsimonia cuesta convencer a una parroquia dubitativa. Quizás no sea un cantante extraordinario pero instrumentalmente podemos señalarle sin más de brillante. Eso sí, como despedida eligieron el "Supersticious" de Stevie Wonder muy celebrada que puso el punto final a la música en el Centro Ola esta edición.

Damos las gracias a la organización de Derek Events y a todo el personal de barras que hicieron tan agradable nuestra estancia en el Festival. Abrazos y besos para todos,