El pasado sábado 22 de Junio nos desplazamos hasta Avilés para disfrutar de una noche de heavy con mayúsculas en la Sala Malecón. Los protagonistas: los gijonenses NueveConDiez, los santanderinos Airare Nuf y los ahora afincados en Pravia, Westhia. Era una noche especial porque íbamos a despedir a nuestros amigos de Westhia de los escenarios (aunque les queda una fecha más a la que no íbamos a poder acudir), e íbamos a acompañar a nuestros queridos Airare Nuf desde la tierruca.

Con una sala a media entrada, pudimos ver caras conocidas y como se iba fraguando el ambiente astur, a eso de las 22h NueveConDiez, (grupo formado por músicos que ya conocíamos de otras bandas asturianas) abrieron con “Todo se pudre bajo el mismo sol” y “No hay piedad”. Su estilo baila entre la crudeza del rock duro y la melodía del heavy, y eran el complemento perfecto para el cartel de la noche con el heavy melódico cántabro y el heavy - thrash praviano.

Temas contundentes pavimentados sobre una base rítmica batería - bajo muy marcada, con guitarras pesadas, riffs de rock duros, y una voz en la onda de bandas como Koma, todo ello apoyado en un buen guitarra solista. Por su sonido nos recordaban un tanto a Leize. Su setlist fue apropiado, pudimos ver a sus seguidores más aferrimos totalmente entregados, cantando sus letras y con los cuernos en alto. La noche se iba caldeando. Para terminar escogieron “Ciudadano” y “A pasarlo bien”.

Tras unos 45/50 minutos de actuación y el pertinente cambio de backline entraron en escena los Airare con el sonido de la intro de su disco “Muerte y condena” y con el tema que da nombre al disco. Durante sus casi 60 minutos de bolo repasaron bastantes temas de su último CD y varios del anterior. Temas como: “Sirenas” o “No quiero verte sufrir” se intercalaban con “Cazador” o “Solo quiero luchar”, los cuales no dudamos en cantar. Los cántabros están en un gran momento de forma y eso se nota en sus directos, suenan perfecto como bloque y los temas suenan muy pulidos.

El combinado José, Chisco y Miguelín en la base rítmica, y los solos de Miguel quedan empastados a la perfección con la voz de Moisés que estuvo perfecta toda la noche con ese timbre tan especial que aporta mucha calidez a la crudeza de los riffs mas duros. Acabaron con su versión del “Living after midnight” de los Judas como ya nos tienen acostumbrados a los asiduos a sus apariciones en directo.

Tras el ultimo cambio de backline, éste un poco mas largo (porque al ser Jevo zurdo había que cambiar toda la batería), era el turni del plato esperado de la noche. Era la última vez que le íbamos a poder degustar y se notaba en el ambiente.

Los asturianos son una auténtica apisonadora en directo, solo he podido verles en dos ocasiones con sólo Diego a la guitarra pero dudo que hayan perdido algo de la contundencia que tenían cuando eran dos guitarras. Jevo es uno de esos baterías que hacen que "te tiemble el pecho" con la pegada, además de currarse unos coros muy chulos. Chus consigue que en ningún momento quede vacía la guitarra de Diego, ni si quiera cuando está punteando. Diego con sus riffs cargados de rabia y sus solos melódicos, y Roberto con la garra de su voz hacen que los conciertos de Westhia no te den ni un segundo de respiro.

Temas de su ultimo disco Triste Destino: “El Último Rey”, el tema que da nombre al álbum y "Santa Mentira”, y del anterior trabajo llamado Westhia como: “La muerte acecha” y “Pandora” sonaron durante su más de hora y cuarto de actuación, con la excepción de "Incomunicación" de Barón Rojo y su adaptación del "Touch too much" de ACDC con lo que cerraron su anteúltimo bolo (para algunos como para mi, el último) antes de cesar la actividad como Westhia. Una buena noche de música y reencuentros con un buen sonido (mejor cuanto más atrás de la sala) y una buena asistencia de público para lo que estamos acostumbrados por aquí.