Ya en la jornada del sábado, asistiríamos al que sería el concierto clausura de esta 39º edición del festival de la guitarra de Córdoba. De nuevo, en el teatro la Axerquia, donde pudimos disfrutar recientemente de los conciertos de Saxon y Marea, tendría lugar el concierto de Miguel Ríos con orquesta sinfónica en lo que han llamado “Symphonic Ríos”.
Para esta ocasión no había “pista general” para el público, habían situado sillas numeradas en la “platea”, y al igual que la grada, contó con casi un lleno absoluto. Esta noche el apartado orquestal corrió a cargo de la orquesta sinfónica de Córdoba, a la que Miguel bautizó con el nombre de la orquesta de la Axerquia, y fue con ellos con quien empezó el concierto, con un medley sinfónico repaso de grandes clásicos de la carrera de Miguel Ríos que duró casi 7 minutos.
Una vez acabado, salió Miguel Ríos entre aplausos de todo el teatro. A parte de Miguel y la orquesta sinfónica, acompañaban los “Black Betty Boys”; Una vez ya todos en el escenario comenzaría el show de rock sinfónico con “Memorias de la Carretera”, tema de una época más reciente (2008) pero sin duda nos serviría para ver lo bien que estaban acoplados los arreglos sinfónicos a los temas de Miguel. Y como si de aquel “Rock & Ríos”, de hace 37 años ya, se tratase, Miguel y sus músicos nos daba la bienvenida al concierto con su conocido tema “Bienvenidos”, y ya muchas personas en pie bailando y aplaudiendo al son de la orquesta y la música.
Siempre que escucho unión orquesta sinfónica y rock/heavy, pongo un pie en el freno de la euforia, porque han sido mucho los experimentos que hemos podido ver a lo largo de estos años, y al igual que algunos han sido gloriosos y serán siempre recordados como grandes conciertos (Kiss, Metallica, Deep Purple o recientemente Alter Bridge...), también ha habido auténticos desastres donde la música de la orquesta sinfónica nunca terminaba de estar ligada a la banda y era como poner en un vaso agua y aceite; Bien, dicho esto hay que decir que el concierto del sábado fue un auténtico lujo musical, consiguieron ir todos a una y los temas parecían que habían nacido para ser llevado al lado sinfónico, enhorabuena al que le corresponda por esos arreglos.
Miguel Ríos
Siguieron el concierto con “Directo al corazón” y “Boabdil el Chico (se va al norte)”, nos contaba Miguel que esta canción estaba dedicada a su tierra (Granada) que cuenta cuando se tuvo que marchar con dolor de ella. Entre tema y tema siempre había algunas palabras de agradecimiento o de anécdotas por parte de Miguel, la mayoría de las veces interrumpidas por algo piropo o comentario desde el público, al que éste siempre respondía de manera simpática y espontánea, un maestro ya de los escenarios que con 75 años se le ve más joven que nunca, y aunque él diga literalmente: “Tío, a mi edad yo lo que quiero ser es un hombre florero, venid y utilizarme como queráis” en referencia a ciertos piropos provenientes de las primeras filas, Miguel sigue cantando y rockeando como siempre y él como pocos saben.
La siguiente “En la frontera”, canción dedicada ,y muy de actualidad, a aquellas fronteras, en algunos casos líneas imaginarias y en otras por muros altos que separan países. Con “El Río” puso a casi todo el mundo en pie y aplaudiendo, y es que ya son más de 50 años desde que cantara este tema por primera vez, y el tono más rockero y la sinfónica le vino estupendamente, acabó con el famoso “Chiri-Chiri” que todos coreaban junto a él.
Llegó el momento donde Miguel lanzó otro mensaje de tintes sociales, hablando del maravilloso país que tenemos y que hace cosas maravillosas como la nueva sentencia caída a “La Manada”, defendiendo a las mujeres y que sepan que nunca estarán solas, y con ello, empezó “No estás sola”, aunque parezca irreal hubo gente entre el público donde yo me situaba que no le gustaba los mensajes sociales, y algunos políticos, que iba soltando a lo largo del concierto, si vienes a ver a Miguel Ríos, sabes lo que hay, y si no, es que andas muy despistado, puesto con la extensa carrera que tiene detrás, has tenido tiempo de enterarte.
“Reina de la Noche” y “Un caballo llamado muerte” dieron lugar a otro de los clásicos más esperados, “Todo a pulmón” que nunca mejor dicho, fue cantado a todo pulmón por Miguel y todo el recinto, que demostraba una y otra vez, saberse casi todas las letras de las canciones que iban cayendo esa noche. Miguel pedía un fuerte aplauso para todo el equipo que acompaña a la banda y a los músicos integrantes de ella y de la orquesta, hablando de lo duro que son a veces las giras, el personal que monta y desmonta los escenarios, para ellos, sonó “El Blues del Autobús”.
Miguel Ríos
Sin duda uno de los momentos más gracioso de la noche fue cuando Miguel dijo que le estaban llamando para recodarle que a su edad, ya no puede estar tanto tiempo sin ir al servicio, y que se ausentaría del escenario un pequeño tiempo, y fue entonces cuando presentó al teclista de la banda, Luis Prado, cuya banda según Miguel era “Sargento...” a lo que rápidamente Luis corrigió diciendo “Sr. Mostaza”; Miguel dijo que se merecía ser Sargento y que lo ascendía, y así nos dejó por 1 tema. Luis se presentó y dijo que era curioso que su momento de gloria siempre venía gracias a la vejiga de Miguel Ríos, y si todo esto no dejaba de sonar muy cómico, el tema que interpretó “Estoy gordo” no lo fue menos, y no porque careciera de calidad musical, que no era así, si no por una letra cuanto menos curiosa en la que cuenta el declive, y la no aceptación, del ser humano.
De vuelta al ruedo, Miguel nos confesaba que hace tiempo que decidió ser un ser “Antinuclear” y nos dejaba este otro clásico del '83, del disco “Rock de una noche de verano”, disco cuya canción homónima fue interpretada después, pero antes nos dejaron la animada “El sueño espacial”. Iba llegando el final de la noche y Miguel quiso rendir homenaje a los clásicos del rock and roll haciendo un medley de los temas más clásicos como “Roll Over Beethoven o Rock Around The Clock” entre otros varios. Con ello se despedían brevemente, tomarse un respiro y volver a los escenarios todos para interpretar el primero de los bises, “Santa Lucía”, otro de los clásicos más esperados de la noche y que fue acompañado de la mano del público durante todo el tema. Ya con la mayoría de las gradas en pie, iba llegando el final, que no deseado, pero todavía quedaban un par de temas, como “Vuelvo a Granada”, y para acabar, por todo lo alto, “El Himno de la Alegría”, que puso los pelos de punta a más de uno.
No sabemos si será la última vez que lo veremos en un escenario, algo con lo que él mismo bromeó durante la noche, en referencia a sus varias “despedidas” de los mismos, pero si así fuera, no se me ocurre una manera mejor que hacerlo con el concierto que clausuró esta edición del festival de la guitarra de Córdoba 2019... y si no fuera así, y tenemos oportunidad de verlo de nuevo, no lo dudaremos, porque visto lo de la Axerquia...queda “Rock & Ríos” para rato.