Ya es costumbre que, desde hace algunos años, lo más interesante, al menos para mí, que hay dentro de las fiestas de Santander, sean los conciertos que se celebran en la Plaza Porticada, lugar en donde todo los años hay al menos un día con algún artista cercano a mis gustos.

En esta ocasión, el viernes día 26 y en la citada plaza, teníamos la actuación de la mítica banda viguesa Siniestro Total, próxima a cumplir los 40 años de trayectoria y que presentaba la misma formación que lleva consolidada desde hace 18 años, salvo el cambio temporal en la batería, por un problema físico de Angel González que le ha apartado de la misma desde hace más de un año.

Iba al concierto con toda las ganas del mundo, tras verlos el año pasado en el Torrelavega Sound city, en una actuación de la que no salí del todo convencido, aunque muchas veces puede ser más por cuestiones de uno mismo que de la propia banda; sea como fuere, esta vez la banda me convenció totalmente.

No era una jornada muy apetecible para ver música en directo al aire libre, ya que no paraba de llover, pero para allá que fui, consiguiendo aparcar después de dar mil vueltas para hacerlo y es que Santander es un lugar insufrible para ir en coche y más en fiestas.

Con la máxima puntualidad, como tiene que ser, comenzaba su actuación el quinteto gallego con esa mítica intro incluyendo la sintonía de la serie “Corrupción en Miami”, para, acto seguido, dar comienzo a la música en directo, con una sorprendente versión del “Loco por incordiar” del maestro Rosendo, que, confieso, me pilló totalmente desprevenido.

Tras saludarnos, Julián Hernández, guitarra electica y voz, comenzó a hablar sobre la figura de Velarde, cuya estatua está ubicada en la plaza donde tenía lugar el evento, antes de dar paso al maestro Javier Soto, guitarra principal, que dio pie al conocido “Ay Dolores”, de su mítico disco “En beneficio de todos” de 1990, para seguir con “A casa, aquel tema que estaba presente en su “Made in Japan” de 1993, último con su formación más exitosa, cambiando durante la misma Jorge Beltrán el saxofón por el teclado.

Retrocedieron de nuevo a su plástico de hace 29 años con la muy conocida “Camino de la cama”, que fue muy cantada, antes de hacer un breve descanso para tomar aire y retroceder aun más en el tiempo, concretamente a 1987 cuando editaron “De hoy no pasa”, el disco con el que les conocí, y en donde estaba incluido “Síndrome de Estocolmo”, que fue cantada por Javier Soto.

Nunca se ha achicado la banda en adaptar a su estilo aquellas canciones que les han parecido interesantes, como hicieron con ese “Vamos muy bien” de los Obús, editado en su trabajo de 1990, para, sin pausa alguna decirnos eso de “Vámonos al Kwai”, la pieza que abría su disco de 1985 “Bailare sobre tu tumba”.

Si la anterior canción hacia referencia a un local que frecuentaban, ahora nos hablaban del otro lado de los bares, con esa maravillosa “Diga qué le debo”, presente en su obra de hace 32 años, para volver a 1990 con esa muy cantada “Todo por la napia”, que reconocieron no era publicidad encubierta ni del producto local ni de serie o libro alguno.

Y seguimos por los mismos derroteros y es que todo los problemas vienen porque “España se droga”, un tema presente en su “Policlínico miserable” de hace ya 24 años, antes de rendir un homenaje a Manolo Tena y sus Cucharada con ese “Quiero bailar rock'n'roll”, que ya hicieron para su quinto disco de 1987, y que, como nos comentaron, era un buen momento para que se luciese la base rítmica, compuesta por Oscar Avendaño al bajo y Andrés Cunha a la batería.

Se dieron una vuelta por ese trabajo que publicaron en 1993, el primero después de su mítico directo, con ese “Cuenca minera” que quisieron dedicar a los asturianos presentes, dándose la casualidad de que, aunque hasta el momento el agua había respetado al concierto, empezase a llover nada más empezar a ejecutar este corte, para decirnos eso de que si la cosa se ponía así es mejor estar “A poco más (de metro escaso)”, el tema que abría su disco de 1997 “Sesión vermú”.

Llegaba el momento en que Óscar Avendaño, su bajista, se hiciese cargo de la voz principal en esa versión del “Sobre ti”, de los británicos Undertones, y que aparecía en el disco “Menos mal que nos queda Portugal” de 1984,  para seguir, ya con Julián Hernández  a la voz, con otra versión, en este caso su adaptación de The Ramones bautizada como “Rock en Samil”, y que aprecia en el trabajo posterior al anteriormente citado, es decir el de 1985.

Aunque sea original de The Revillos, “Opera tu fimosis” es un tema que se conoce más por estos lares por la versión de los vigueses, que la incluyeron ya en su segundo disco, “II-El Regreso” de hace la friolera de 36 años y así fue reconocida por un público que, pese a la lluvia, que parecía aminorar, no paro de saltar y botar con la banda.

Siguieron vacilando sobre la estatua de Velarde y buscando a Daoiz, anunciando que ellos venían de una tierra donde se deshacen de todo lo más pintoresco para que tenga poder en España, en clara alusión a ciertos políticos y demás elementos, siendo el turno de su conocida adaptación del famoso tema de Lynyrd Skynyrd y que ellos llamaron “Miña terra galega”, la cual, en buena parte y como ellos dijeron, resume parte de la esencia de ser gallego, corte presente en su tercer plástico.

No había tiempo que perder, y era el turno de esa muy esperada “Cuánta puta y yo qué viejo”, con esos míticos movimientos de los mástiles de la guitarra y que estaba en su disco de 1988 “Me gusta como andas”, despidiéndose, momentáneamente con ese muy esperado y celebrado “Ayatollah!”, que ya estaba presente en su primer trabajo “¿Cuando se come aquí?” de 1982.

Lógicamente la gente pidió la vuelta de la banda, mostrándose ésta agradecida por el recibimiento y por el clima que les hacía sentirse como en casa, sin olvidar la inestable ayuda del equipo técnico, que tan bien trabajo para que esto saliese adelante, siendo el turno de “La cultura popular” esa adaptación del tema de Moncho e Mailo Sapoconchos, grupo en el que estaba su saxofonista actual, y que daba nombre al disco de versiones que grabaran hace 22 años.

Seguramente la canción más conocida de la banda viguesa sea “Bailaré sobre tu tumba”, la pieza que daba nombre a su disco de 1985 y que fue especialmente cantada por la plaza, antes de llevarnos a esos grandes enigmas sin resolver contenidos en “¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?”, un corte que estaba publicado en su tercer trabajo y que también recibió una buena acogida.

Para despedirse, nos dijeron que todas las respuestas a las anteriores preguntas están en “Somos Siniestro Total”, su versión de AC/DC, que fue grabada durante las sesiones de su disco de 1990 y que hizo saltar a toda la gente, despidiéndose, como es habitual, mientras sonaba el “Himno de la URSS de fondo, algo que seguro que haría ruborizarse a más de uno de los asistentes.

Y así, tras una hora y media muy amena de actuación, terminaba esta velada con Siniestro Total, que me gustaron mucho, haciendo un concierto muy animado y divertido, que la verdad se me hizo corto, pero del que salí muy satisfecho.

Como en toda banda de dilatada trayectoria, eché en falta muchos temas míticos de la banda, pero disfrute mucho de lo que vivimos esta noche; no se puede tener todo jeje.

Esperemos que los vigueses sigan frecuentando nuestra tierra donde siempre son muy bien recibidos.

www.siniestro.com
twitter.com/siniestro_total

Y así, a punto de ponerse otra vez a llover, puse rumbo a casa, con el buen sabor de lo vivido esta noche en la santanderina Plaza Porticada, a la que espero volver el próximo año a degustar de algún otro concierto con motivo de las fiestas de la capital cántabra.