Soria volvió a convertirse en la gran fiesta de la música negra con la celebración del Enclave de Agua, que ofreció un año más de forma gratuita tres días de música y naturaleza a orillas del Duero. El festival comenzó el jueves con una fantástica jornada de apertura en la que se pudo disfrutar de una jam comandada por Tonky de la Peña y del sonido de Nueva Orleans de la Nola Brass Band, y ya en el escenario principal, la música corrió a cargo de Ogun Afrobeat, de los gaditanos The Agapornis y del niño prodigio de R&B francés, Alexis Evans.
No hubo mucho tiempo para el descanso, ya que el viernes venía con una agenda muy apretada que comenzaba con los conciertos vermut desde las doce y media de la mañana. Mara Row y 44 Dealers actuaron en plena Alameda de Cervantes, mientras que Vanessa & The Criminals, Graham Foster y DJ Filmore lo hicieron en la calle conocida como Tubo Ancho. La tarde comenzó con de nuevo con una jam, esta vez a cargo de Alexis Evans, que dio paso al concierto de rock netamente americano de Red Beard.
Sua
El escenario grande recibió al rapero Rober Sua, que sorprendió a todos los presentes con su peculiar propuesta musical, que acerca el hip-hop a sonidos como el Rock, el Folk o el Indie, sin renunciar a su esencia callejera.
Secundado por una estupenda banda consiguió meterse en el bolsillo a un público quizás no demasiado familiarizado con una música tan urbana. La jamaicana afincada en Tenerife SumeR cogió el testigo y ofreció un enérgico concierto lleno de reggae y sonidos caribeños. Su voz potente pero cálida animó a bailar sin descanso sustentada por una banda que encabezó el veterano Ras Kuko. SummeR fue un auténtico torbellino que sacudió a cada espectador del Enclave de Agua.
SumeR
El último concierto de la noche corrió a cargo de The Main Squeeze. Los americanos son una banda difícil de clasificar que aúnan, bajo un sonido muy particular, blues, soul, funky, psicodelia y una guitarra, la del espectacular Max Newman, eminentemente rockera. Un coctel explosivo que dio muy buenos resultados. Fue un placer disfrutar de la magnífica voz de su cantante, Corey Frye, y de las largas instrumentaciones, elaboradas y potentes, con las que nos deleitaron, incluyendo curiosas versiones de Led Zeppelin, Pink Floyd y hasta de la popular sintonía de Juego de Tronos.
The Main Squeeze
El sábado 27 se retomaron de nuevo las sesiones Enclave Vermú con Sweet Baby James y The Wave por la mañana y Blues Deluxe, Richard Ray Farrelly y Txikito Sound System durante la sobremesa. Ya por la tarde, la lluvia provocó un poco de retraso en el comienzo del concierto de The Slingshots. Afortunadamente, dejó de llover definitivamente y los catalanes pudieron desplegar su buen hacer con el soul funk enérgico y bailable que facturan.
La nota más original del festival corrió a cargo de The Cyborgs, un dúo que se caracterizan por ir ataviados con máscaras de soldador y estética futurista y que ofrecieron un show tan bueno como divertido. Resulta espectacular ver al batería con dos baquetas en una mano marcando el ritmo mientras con la otra toca el piano. Además, el guitarrista se mezcló varias veces con un público que aplaudió con ganas la descarga de blues y boogie que dieron.
The Cyborgs
Una batukada llevó al público hasta el escenario principal, donde esperaban Dani Nel·lo y Los Saxofonistas Salvajes, buen adjetivo para un show visceral y trepidante que nos trasladó de inmediato a mediados del siglo pasado. Rock n’roll, swing, R&B interpretado con exquisitez por una banda de altura y con cuyo ritmo adictivo el personal no paró de bailar.
Cuando el ánimo del público estaba ya en lo más alto, apareció Steffen Morrison, que se mostró como un sobrado showman y un magnífico cantante. Morrison mezcló con habilidad su buen gusto para interpretar el soul más delicioso con un show poderoso, metiéndose a los espectadores en el bolsillo desde el principio. Con una banda de músicos de tremenda categoría, el holandés presentó los temas de su álbum debut “Movin’ On” y se lució con una soberana versión de “Hard To Handle” de Otis Redding, que terminó de poner al público a sus pies, si no lo estaban ya antes.
Steffen Morrison
Hubo que esperar hasta el último concierto del festival para escuchar a Judith Hill en directo. La que fuera corista de Michael Jackson y Steve Wonder y que fue apadrinada por el mismísmo Prince, es, a sus treinta y cuatro años, una de las grandes estrellas del soul mundial. Hill posee un magnetismo en escena innegable, que potencia sabiamente con una imagen muy cuidada. Alternó los temas más funkys, que bien podría haber firmado Prince, con el soul más elegante, coronándolo todo con una voz, la suya, grandiosa y de una modulación perfecta. Además de cantar, tocó el piano y la guitarra, y estuvo secundada por una estupenda banda en la que también tocan sus padres. Sus dos apasionadas coristas ayudaron a engrandar un maravilloso concierto que puso el broche de oro a una nueva edición del Enclave de Agua.
Es un lujo poder disfrutar de un festival gratuito en un lugar tan fantástico como la ribera del Duero en Soria y que además tenga, año tras año, un cartel y una propuesta tan apetecibles. Que dure.