Estos días de agosto, y con las deseadas y necesarias vacaciones en puertas, la verdad es que me he animado a ir de concierto en días laborables, algo que en otra época del año sería poco probable, pero es lo que tiene el verano. Además, me lo ponen en bandeja con la oferta musical.
Y es que este martes tenía previsto otro plan, pero ver que en la vecina localidad de Suances iba a actuar Juan Abarca, si el cantante de Mama Ladilla, hizo que me decidiese por cambiarlo, ya que las actuaciones del genial artista madrileño son siempre divertidas y llenas de ocurrencias.
Con cierta premura, ya que la hora a la que estaba fijada el evento se acercaba mucho a la de la salida de mis obligaciones laborales y había que desplazarse 10 kilómetros más o menos, me acerqué a La Surfería de Suances, lugar en donde iba a tener lugar el evento, esperando que al menos éste se retasase unos minutos; ver para creer, yo esperando que un concierto se retrase.
Afortunadamente, llegué con el tiempo justo para aparcar, pedir una consumición y acto seguido empezó su actuación Juan Abarca, acompañado solo por su guitarra, comentándonos esa historia de cómo conoció el “Starbucks”, agradeciendo a la gente que le había prestado el equipo, que estaban en otra actuación, para después leer uno de sus relatos, que hizo que la gente no parase de reír.
El evento tenía lugar en la terraza del citado local, en donde había gente de todas las edades y gustos, pero, salvo una mesa que se tuvo que ir porque un niño se echó a llorar, el resto de la gente se quedó, lo que agradeció el artista, interpretando un par de canciones de su disco “La caja de nada” de hace 6 años, con las piezas “Teazotan” y “Estaba el majara”, mientras vacilaba sobre el hambre que le estaba entrando con la comida que estaban sacando los camareros.
Juan Abarca
Con muchos aplausos y la complicidad de los presentes, siguió contándonos esa divertida historia sobre lo que pasaría “Si los guisantes estuvieran prohibidos”, para seguir, tras sentir pena por los Abba, con la adaptación de la cita banda llamada “Monguis, monguis”, otra desternillante historia que provocó las risas entre los asistentes.
Seguía con esas adaptaciones de temas conocidos que hacía en aquel grupo que se llamaba Engendro, como ese “Lumbares” o, la más propicia para esta zona, ya que teníamos la playa pegada, ese “No quisiera”, que hace mención al color que cogen algunos extranjeros cuando vienen a España de turismo.
Es inevitable que, salvo que la espiches antes, acabes envejeciendo, aunque a veces pasa de manera prematura y de eso trata el “Háblame de tu”, adaptación de un tema de los Pecos, con el cachondeo consiguiente, tras lo que dijo que después de esto puede pasar de todo, siguiendo con ese “Erase una canción” de sus Mama Ladilla, en la que se lió un poco con la letra, aunque lo supo sacar adelante con gracia.
Regresó a su disco en solitario, con esa ininteligible “Yurriligomí”, en la que casi se deja la voz, para continuar reconociendo que los Kinks tenían dos canciones conocidas, la anterior y la siguiente, que él bautizo como “Te suda la polla”, muy divertida y muy cantada por la gente.
La siguiente canción hace referencia a la zoofilia, nos avisó, siendo el turno de ese “Quince gallos”, que estaba recogido en su disco, igual temática que la siguiente, en esta ocasión sobre animales más grandes, siendo el momento de ese “Chucho Valdés” de su etapa con Engendro.
Sin dejar ese proyecto, nos comentó que la próxima no la pensaba tocar pero, como nos habíamos quedado, ahí teníamos “La misa negra”, tras las que nos comentó que ya que nos gusta la zoofilia y la sodomía, vamos a ver como lo llevábamos con los personajes de ficción, interpretándonos “El cimmerio de los Chichos”, animándonos a dar palmas.
Volvemos a la etapa con Engendro, siendo el momento de “La bruja se avería”, dedicada a cierto triunfito, para, tras afinar, hacer un breve homenaje a Rocío Jurado a su manera, con la genial “Se nos rompió el condón”, unida a “Como a una oca”, provocando las risas de los presentes.
Juan Abarca
Empezaba el momento de la recta final, agradeciendo que aun siguiésemos atentos, interpretando ese “Rey mix”, que contiene piezas como “No te quieres afinar (yembé)”, la divertidísima “Sin monumentos”, ese cambio de mujer por dromedario en “Que ofertón”, siguiendo con ese repaso a la escala musical en “Sangre, sudor, sonrisas y lágrimas” y concluyendo con una que nos anunció que aunque estaba anticuada, ya que hemos cambiado de rey, sirve igual, siendo ésta “Vaya ful de rey”.
La siguiente pieza nos aseguró que era la anteúltima, siendo el turno de ese “Llorones mix”, que inició con la pregunta de si eran peor Los Pecos o Andy & Lucas, interpretando ese “Son llorones”, continuado con “Son pútridos”, esa ácida crítica, siempre presente en sus letras, que tiene “Su Santidad tiene un pastón” y el esperado homenaje a “Manuel Machado”, muy cantado por todos sus seguidores.
El ultimo mix comenzó con “Me lavaré”, muy divertida, seguida por ese “Bramo a Laura”, la genial “¡Ay, Camela!”, con ese ruego a tirar las casetes de la citada banda, el homenaje al “Hombre esponja”, el vacile de “Pobres monjas”, con un chiste entre el uniforme de las monjas y el de Batman, para terminar con ese deseo homicida en “Ana Rosa”.
Y, tras despojarse de su guitarra, y ya den pie, leyó un relato llamado “Somos las palabras”, muy interesante y que acabó con un “hijos de puta” y lanzando la carpeta donde iban las letras al suelo, con el aplauso de todos los presentes.
De esta manera, y tras poco más de una hora, terminaba la actuación de un Juan Abarca que reunió a mucha gente y que consiguió que éstos acabásemos más que contentos con sus ocurrencias y sus improvisaciones, que son las que hacen aún más entretenidas sus veladas, y que la gente no pare de reír y de disfrutar.
Esperemos que sigamos recibiendo estas visitas habituales del artista, ya sea en solitario o con la banda, ya que aquí tiene muchos seguidores que disfrutamos con sus proyectos.
Y de esta manera, tras hablar un poco con el protagonista, me fui de la Surfería, local que esperó siga apostando por traer actuaciones, como la de esta tarde noche, y animar así las noches en la localidad de Suances; siempre que podamos, allí estaremos.