Año a año, los rockeros de Cantabria y alrededores, esperamos con ansia el último sábado de septiembre para poder acércanos a nuestra obligada cita con el Rebujas Rock, en el pueblo de San Mateo de Buelna, siendo ésta su edición 23, en un año, este 2019, muy duro para los vecinos de esta localidad, o al manos para parte de ellos,que sufrieron un argayo a principios del mismo, lo que ha hecho que muchos sean los vecinos que se han visto en la necesidad de abandonar sus viviendas, mientras las instituciones aun están solucionando este problema…
Este año, y siguiendo la línea que emprendieron el año anterior, el festival mantenía la jornada matutina, en la pista donde tiene sus sede la peña que da nombre al mismo, a escasos metros de donde iba a tener lugar el grueso del evento, con la presencia de los madrileños Barracüda, así como diferentes Dj´s para que los más madrugadoras puedan escuchar música mientras van calentando.
Lógicamente, también se mantenía la zona de acampada, prácticamente pegada al lugar donde iba a celebrarse el evento, con una amplísima zona de aparcamiento, estando el lugar perfectamente comunicado por tren y carretera desde cualquier lugar de Cantabria y alrededores, y todo ello, una vez más, de manera gratuita.
Tampoco quiero olvidarme de ese punto morado para denunciar cualquier tipo de actitud machista o sexista, con el asesoramiento de la Comisión Feminista Ijanas; esperemos que no hayan tenido mucho trabajo y que el comportamiento de todas y todos haya sido modélico.
Y los grupos, que, como es habitual, puede que no sean del gusto de todos, pero yo creo que se apuntaron unos cuantos tantos, contando este año con Los Escapaos como representación local, Desastre que son parte del festival, los madrileños Dskarrila como una de las bandas emergentes más interesantes, la fiesta asegurada con los Talco, la vuelta de Koma en su gira de regreso y la presencia de una leyenda como son Los Barones, con la mitad de los Barón Rojo, y que daban unos de sus primeros conciertos; como podéis ver, había música para todos los gustos y con el suficiente peso como para que la campa donde se celebra el evento, contase con una buena presencia de gente.
Ambiente. Texto: Txutxy Cano
Por segundo año consecutivo, el Rebujas Rock contó con una sesión vermú cerca del local de la asociación, allí actuó el trío de punk rock de Ciempozuelos llamado Barracüda, con Aitor a la voz y guitarra, Millán al bajo y voz y Marcos “Givo” a la batería, joven banda que acaban de editar su primer trabajo “Profundidad”, y decimos lo de joven porque su batería tiene 16 años, quien los pillara. Disco grabado por Diego R. Archidona (Desastre), grupo con el que han hecho buenas migas y ya han tocado juntos en más de una ocasión.
Alrededor de un centenar de personas disfrutaron de un ambiente soleado en San Mateo de Buelna, el concierto comenzó minutos después de la hora anunciada mientras el público iba y venía con botellines de cerveza, un inicio de jornada a ritmo de punk rock melódico y coros del género.
Canciones reivindicativas muy en la onda de Reincidentes o Piperrak, donde la juventud manda y moderniza la temática, sonando temas como “Niñez Extinguida”, “Inmigrante” o “Desahuciado”, canciones tristemente de actualidad que la banda interpretaba con odio y rabia, sobre todo cuando iban dedicadas a la clase política del país.
Hubo fiesta con “Mi Amigo el Martillo” y “Ciempozuelos”, a ritmo de ska que buscaba la complicidad de un público al que le costó moverse, eso sí, cuando escucharon “La Republicana” de Reincidentes o “Pijos Power” de Gatillazo la cosa cambió. Finiquitaron al grito de “No es No” contra la violencia de género.
Un concierto participativo siendo este la primera visita de la banda a Cantabria, ahora a seguir avanzando.
Barracüda. Texto: Karlos G. Azpiazu
Como a todos los conciertos, y siempre que puedo, me acerqué con tiempo para poder vivir el ambiente previo, pudiéndose constatar que había bastante gente por lo lejos que tuve que dejar el vehículo, algo que pude constatar una vez llegué al recinto, con un área de acampada muy repleta y la zona del escenario aun con poca gente, aunque fueron llegando a medida que se acercaba la hora del festival.
Y con la mayor puntualidad del mundo empezó a sonar por los altavoces el “Sírvela de nuevo Patxi” de Tijuana In Blue y un trozo del tema “Pazos” de Los Escapaos a modo de introducción del concierto del quinteto de Cabezón de la Sal, que salieron muy motivados, comenzando su descarga con “Rock´n´roll aunque moleste”, de su “Ruidos perdidos” del pasado año, bandera pirata incluida.
No hizo nada más que sonar esa primera canción y empezó a salir gente de todos los lados, algo que iría en aumento durante toda su actuación, lo que dio un más que decente color al concierto de unos Los Escapaos que se presentaron, para seguir con “Sisi emperatriz”, el corte que abría su anterior “Con la cruz a cuestas” del 2016, prosiguiendo con el que también lo hacía en dicho trabajo, es decir ese “Cicatrizes”, homenaje al desaparecido grupo gasteiztarra.
Más atrás en el tiempo retrocedieron, concretamente al 2014, cuando editaron su segundo trabajo, “Piso mierda, luego existo”, que contenía temas como ese popular “Duelo al sol” o ese homenaje a “El día de la bestia” en forma de canción llamado “Infierno en el baño”, con todos los seguidores de la banda disfrutando de la gran actuación que nos estaban ofreciendo.
Nunca han sido una banda de negar aquellas formaciones que les han influido y una de ellas es La Banda Trapera Del Rio, de la que han publicado, en su más reciente obra, una versión del “Ciutat podrida” y de los que dijeron eran el mejor grupo punk que ha habido en el estado.
Tras un brevísimo respiro, continuaron con ese homenaje a Aníbal Lecter en “Psicólogo listo” de su segundo disco, con Juanma su cantante diciéndonos eso de que “ya que no bailáis, dad palmas” y animándonos a hacer locuras aunque sea pronto, como relatan en su tema “En plan destroy”, de su actual trabajo, con la gente metiéndose aun más en el concierto.
Un nuevo vistazo por su anterior obra nos llevo al tema que le daba nombre, “Con la cruz a cuestas”, con Chivi, su batería, dándolo todo sobre las tablas, antes de que Cholo, su bajista, se pusiese a tocar la pandereta a modo de introducción de “Cocidu”, siempre muy bien recibida y que también pertenencia a su anterior disco.
Sorprendieron a parte de la concurrencia con esa revisión que han hecho del clásico “La Bamba”, con ese aire festivo que le han dado, siendo seguida de “Yonkiroll”, un nuevo tema de su plástico del 2016, con sus dos guitarras Santi y Cristian demostrando su gran labor en la banda.
Para la siguiente pieza, “La tradición continuará”, también de su anterior referencia, sacaron una cruz que pusieron invertida, tras la que empezaron a despedirse, agradeciendo al Rebujas y a los 15 que sois, según Juanma, nuestro recibimiento,continuando con “Antídoto”, también presente en su tercer disco.
Los Escapaos. Texto: Txutxy Cano
Con un alegato en contra de los hijos de puta maltratadores y lamentándose de haber tenido que recuperarla, era el momento de “Uno menos”, de su segunda obra y en donde, con la banda disfrutando a tope, Juanma subió a Santi a hombros, mientras este no paraba de tocar.
Después de tirar diferentes modelos de chapas al público, continuaron con “Señor agente”, ese vacilón temazo de su actual obra, con Santi cantando la primera parte de la misma, para, sin dejar este trabajo, interpretar el corte que le da nombre, esto es “Ruidos perdidos”, cerrando así los temas de este gran plástico.
Lamentándose que casi 10 años después de su fundación las cosas sigan igual, interpretaron “Futuro”, una canción de sus orígenes, que estaba presente en su maqueta “Cinco contra el calvo” del 2011 y que luego aparecía en su segundo disco, despidiéndose definitivamente con “Me enamoré de una del PP”, también de su plástico del 2014, con Juanma bajando a cantar con las primeras filas y dando así por finiquitada su actuación, tras una hora sobre las tablas.
Ya he dicho en más ocasiones que la mejoría de esta banda, en cuestión de más o menos un par de años, ha sido increíble, pasando de ser una buena banda divertida, a ser un grupo que hace muy buenos temas, ejecutados con brillantez y, sobre todo, con la solidez que parece tener la actual formación.
Los Escapos supieron aprovechar su condición de primera banda, en un festival con tan buenos medios como tiene el Rebujas, dando un señor concierto y sonando brutales.
Aquellos que no los conocían, estoy seguro que se los apuntaron para verlos más veces y, para los demás, fue la consagración de ese paso adelante que han dado con este último trabajo.
Suelen ser bastante ágiles los cambios en el Rebujas y este año no fue la excepción, y cuando nos quisimos dar cuenta, ya estaban sobre las tablas la gente de Dskarrila, una banda que se forma hace 4 años, con músicos ya conocidos de la escena madrileña y con su cantante y guitarra Laura lideran la misma.
La banda ha publicado el pasado año su primer disco “Alza el vuelo”, sobre el que, lógicamente, se asentó el concierto de la formación, que arrancó, contando con una ya importante presencia de gente, con una intro, que fue seguida por la genial “Latinoamérica”, muy cantada por la concurrencia, para, tras saludarnos, continuar con ese tema bailable titulado “Llamado mundo”.
Preguntándonos que tal estábamos, con positiva respuesta, dedicaron la siguiente a la casa real, siendo ésta “Hablando de coronas”, con la gente empezando a saltar y a desfasarse, para proseguir con una versión del “Por qué te vas” de Jeanette, en la que Laura dejó su guitarra para poder moverse con más comodidad.
Regresaron a su único trabajo para, con el sonido previo de un pasodoble, tocarnos esa canción a favor de la abolición de la tauromaquia llamada “Seremos su voz”, mientras animaban a la gente para que participasen más del concierto, proclamando que no son pocas y que “la manada somos nosotras”, dando paso precisamente a “La manada”, con, de nuevo, Laura mucho más motivada sin guitarra y subiéndose encima de la tarima de la batería.
Era el momento de una canción que no está presente en su disco pero que si que está en las plataformas digitales, siendo ésta “Un tren”, animándonos a viajar con ellos, para, tras agradecernos la respuesta, volver a su disco debut con “Usureras”, en la que hicieron cantar a la gente, mientras no paraban de bailar sobre el prao.
Uno de los momentos más entrañables de todo el festival fue cuando subieron a dos niñas a cantar con ellos “La escuela”, las cuales se sabían la letra entera y que pusieron todo la garra y la fuerza que la canción demanda, ya que es una pieza contra la violencia infantil; sin duda un gran recuerdo para todos.
Dskarrila. Texto: Txutxy Cano
Si estábamos teniendo fiesta, sin olvidar la reivindicación, ésta se desató aun más con la versión de “Skalari Rude Club (S.R.C)” de los Skalariak, que puso a botar a todo el mundo, haciendo que nos agachásemos en una parte del tema, antes de interpretar “Había una vez”, otra de esas canciones que no aparecieron en su trabajo y que clama contra la utilización de los animales como espectáculo y a favor de un circo libre de animales.
Encarando la recta final de la velada, agradecieron a la gente del Rebujas que hubieran contado con ellos, así como a los técnicos su labor y a nosotros nuestra presencia, pasando a presentar a los integrantes de la banda, empezando a despedirse con ese alegato en contra de las guerras llamado “Ell@s también”, tan bailado por los presentes.
Uno de los momentos de mayo locura de su actuación llegó cuando se lanzaron a interpretar esa versión del “Otra noche” de los Kaotiko, en la que la sección de vientos bajó a bailar entre el público, antes de que llegase el momento de “Skapar”, ese corte con el que se abría su disco y que fue un gran colofón a su hora sobre las tablas.
Dskarrila, al menos para mí, eran los grandes desconocidos del cartel, de hecho los escuché por vez primera unas semanas antes de esta actuación, pero dieron un gran concierto, muy animado y divertido, sobre todo en la segunda parte, pero sin dejar atrás esa parte fundamental en su música de reivindicación y lucha.
Habrá que ver cuáles son los pasos que sigue el grupo, pero demostraron ser una gran banda de directo, trasmitiendo un más que necesario mensaje de combate sobre algunos temas sobre los que deberíamos reflexionar acerca de si estamos haciendo todo lo correcto para vivir en un mundo más justo.
Es casi imposible imaginarse un Rebujas sin la presencia de Desastre, por todo lo que ha hecho la banda para que se conozca a este pueblo y a este festival y por el cariño mutuo que se profesan, algo que se pudo ver cuando este invierno el pueblo sufrió las anteriormente mencionados problemas y enseguida los de Usera mandaron mensajes de apoyo hacia sus vecinos.
Y allí estaba, por decimoctava vez de las 23 ediciones, el cuarteto madrileño, comenzando su velada, con una presencia muy importante de gente y es que son de la familia, con ese “D' Empalma”, que también abría su cuarto disco “Tres y medio” del año 2000, unida con “Dando que hablar”, el corte que daba nombre a su tercera obra que publicaron en el 1996.
Tras tomarse un ligero respiro, era el turno de repasar algunas de las canciones que están presentes en su más reciente obra, “No hay sito para nadie más”, del 2017, que se abría con “La cometa azul”, que fue la siguiente en sonar, y que contenía piezas como “El circo”, con alguien que subió brevemente caracterizado de payaso para dar más realismo al tema.
Para la siguiente pieza, “Incordiar” de su “Callejón desastre” de hace ya 10 años, invitaron a tocar la batería a Marcos de los jóvenes Barracüda y que hace unos días había cumplido 16 años, siendo felicitado por ello por los presentes, mientras Chus, el batería de los madrileños, hacia coros en el tema, para regresar a su trabajo de principios del milenio con “Algo mejor”, ganándose aun más a la gente nombrando a nuestra comunidad en su estribillo.
Una de las cosas más importantes en los festivales, especialmente en los gratuitos, es consumir en la barra, algo a lo que nos animaron los madrileños, antes de tocar ese “Tambores de guerra”, que aparecía en su anterior trabajo de estudio llamado “Soltando lastre”, de hace ya 7 años.
Y llegaba el momento de uno de los hechos más inusuales vistos en un concierto, y es que los Desastre cedieron, durante unos minutos, su espacio a esos locos maravillosos que son Cantaebria, del mismo Los Corrales de Buelna, que, como es en ellos habitual, lanzaron su proclamación de intenciones y se presentaron, mostrándose con todo el desparpajo del mundo y sin achicarse ante la gran presencia de gente a la hora de tocar “Más chulo que un ocho”, que fue unida con “Despojo de ciudad”, haciéndonos cantar y provocando que todo el mundo se quedase con ellos en sus diez minutos sobre las tablas. No tardarán mucho en volver pero ya con su nombre en el cartel.
Víctor, cantante de Cantaebria, se quedaría aún un poco más, para lanzarse a interpretar junto a Desastre una versión muy cañera del popular “Viento del norte” del grupo cántabro Tanea, un clásico de cualquier fiesta y romería en nuestra tierra, siguiendo ya la actuación de los madrileños con normalidad, tocando “Siempre hay otros”, de su cuarto obra, con mención a su barrio incluida.
Alfonso se dio cuenta que los Cantaebria se habían dejado una botella de Jack Daniels y aprovechó para dar un trago, antes de seguir con la muy celebrada “Soltando lastre”, que daba nombre a su anterior referencia, para regresar a su actual obra con ese “Super funky love machine”, animándonos a alborotarnos y es que es una pieza muy animada, pero con una parte central muy intensa.
Siguiendo con ese deseo de dar oportunidades a los que vienen detrás, invitaron a Millán, de los Barracuda, para que les acompañase con el saxofón durante la muy esperada “El loro”, de su disco de 1998, y que puso a cantar a toda la gente el estribillo, para regresar a su nuevo trabajo con “Tabernera”, aun con Millán, y que dedicaron a la gente que estaba trabajando en la barra.
Una nueva visita a su “Dando que hablar” nos llevó por aquel “Quien mucho abarca, poco aprieta”, uno de sus temas más coreados, con toda la gente cantando, para empezar a despedirse, saliendo una parte de la organización del festival a cantar con la banda ese emotivo y tan esperado himno del evento que es “Que no amanezca”, de su disco de hace 10 años y que siempre es un momento muy entrañable en todas las ediciones del Rebujas.
Se despidieron definitivamente, animándonos a disfrutar de la noche, pero antes era el turno de “Me piro”, la canción que abría su tercer trabajo y que sirvió también para presentar a los integrantes de la banda, terminando así su actuación tras poco más o menos hora y cuarto sobre las tablas.
Todos los conciertos de los Desastre son especiales en este festival, primero por lo que ellos mismos representan, segundo porque, además, se les ve muy a gusto, dando conciertazos como el de esta noche, pero y por encima de todo, por esos detalles que siempre han tenido, tanto con el pueblo en si, como con los jóvenes artistas y, una vez más, sentaron cátedra.
Musicalmente el concierto sonó genial, combinando perfectamente sus ya conocidas canciones con las más recientes que, de alguna manera, se han convertido también en clásicos, y es que, probablemente, este “No hay sitio para nadie más” sea el mejor de toda su discografía.
Y llegaba el momento más esperado por los metaleros cántabros, donde Barón Rojo siempre han sido una banda muy querida, pero que, en los últimos años, había sido muy criticada por los últimos recientes conciertos de dicha banda y ahora tenían la oportunidad de ver a los otros dos miembros de las formación clásica, Hermes Calabria a la batería y Sherpa a la voz y al bajo, con esa denominación de Los Barones, acompañados de Marcelo Calabria y Sergio Rivas a las guitarras.
Con los más metaleros acercándose a las primeras filas, salieron, tras una introducción, loas cuatro integrantes, para lanzarse con ese “El malo”, del tercer disco de la banda, llamado “Metalmorfosis” publicado en 1983, donde ya pudimos apreciar que nos esperaba una noche llena de magia, con Sherpa cantando como en sus buenos años y el resto de la formación sonando con una altísima calidad.
Tras saludar a los presentes, llegaba el turno del tema emblemático de la banda, “Barón Rojo”, de su primer trabajo “Larga vida al rock and roll”, con la gente totalmente enloquecida, mientras la banda alargaba el final, tras la que nos presentaron “Vive hoy”, ese corte que han sacado hace muy poco y en la que se quejan de que la vida es muy breve y hay que disfrutarla a tope.
Sin duda alguna, el “Volumen Brutal, publicado en 1982, es el disco más conocido de la dilatada trayectoria de la banda, y en este plástico estaba presente “Son como hormigas”, que fue el siguiente en sonar, con la que gente disfrutando, como también lo harían con esa maravilla llamada “Breakthoven”, que estaba editado en ese discazo que se llamaba “En un lugar de la marcha” de 1985.
No dejaron el citado disco, para seguir con “No ver, no hablar, no oír”, tema que dijeron que estrenaban esta noche, de esos cortes no tan conocidos pero que siempre me han gustado y que fue muy bien recibido, antes de presentar a los integrantes de la banda y lanzarse a ese magistral “El Barón vuela sobre San Mateo”, esa pieza instrumental que estaba registrada en su segundo disco y que sonó simplemente magistral.
Una de esas gemas que no aparecieron en ningún disco de estudio pero que si fue publicado en su exitoso “Barón al rojo vivo” de 1984 es “Campo de concentración”, una de esas canciones que es escucharlas y emocionarte, sonando muy potente e intensa, para llegar al clímax con ese “Cuerdas de acero”, en la que los guitarristas tomaron parte en su ejecución vocal, no haciéndolo nada mal ninguno de ellos.
La velada estaba siendo impresionante y embriagándonos de sensaciones positivas, algo que no iba sino a aumentar cuando se lanzaron a tocar esa pieza tranquilita, como ellos la definieron, llamada “Siempre estáis allí” que aparecía en su tercer disco y que puso los pelos de punta a más de uno, para empezar a decirnos que ya quedaba poco de concierto, continuando el mismo con ese tema que dijeron que tenían que hacer más largo por la gran cantidad de artistas que nos han dejado y que se llama “Concierto para ellos”, presente en su mítico segundo redondo.
Deseándonos una larga vida a todos y, a ser posible, que nos toque la lotería, era el momento de la pieza que daba nombre al primer trabajo de la banda, es decir “Larga vida al Rock and Roll”, con los guitarrista acompañando con las segundas voces, antes de anunciarnos que tenían que empezar a marcharse, interpretando la muy demandada “Hijos de Caín” o ya “Nietos de Caín” como la rebautizó Sherpa, de su disco de 1985, que sonó realmente genial y cantada con mucha clase por su vocalista.
Los Barones. Texto: Txutxy Cano
Llegaba otro momento de lucimiento de los guitarristas, excelsos toda la noche, para dar paso a ese tema que no puede faltar en ningún concierto de la banda como es el “Resistiré”, presente también en su mítico plástico de 1982, y que sonó de manera impresionante, tras las que hicieron un amago de irse, pero ellos mismos nos dijeron que si queríamos otra más la cantaban, entre aplausos de los presentes, dando paso a “Los Rockeros van al infierno”, del mismo disco que la anterior, interactuando con la gente en medio de la canción, algo que siempre agradece este tipo de público, y con la que pusieron fin a su hora y medía sobre las tablas.
Es indudable que lo vivido esta noche con Los Barones quedará grabado a fuego para los que allí estuvimos, ya que fue un concierto donde todo sonó como se esperaba, desde la voz principal y las secundarias, pasando por una sección rítmica que espatarraba y unos guitarristas que no tienen que envidiar a nadie.
Además, el concierto fue muy ágil, haciéndose corto, pese a su duración, y es que todos hubiéramos queridos escuchar alguna canción más, pero lo que es seguro es que ninguna de las que sonaron sobraban.
No sabemos lo que durará esta aventura, ni tampoco si crearan más canciones nuevas, pero lo que está más que claro es que habrá que disfrutar de la existencia de esta banda, dure lo que dure, para seguir haciendo felices a los seguidores del Heavy Metal estatal
Nada más acabar la actuación de Los Barones, y mientras se cambiaba lo que había sobre el escenario para dar paso a la siguiente actuación, las chicas de la Comisión Feminista Ijanas leyeron un comunicado en el que animaron a denunciar, tanto por parte de las víctimas como de los testigos, cualquier tipo de actuación machista o sexista, quejándose, así mismo, de la escasa presencia de mujeres entre los grupos participantes. Es importante que la fiesta la podamos disfrutar todos.
Y una vez estuvo todo preparado, era el turno de los italianos Talco, una banda que no para de crecer y que tiene un gran seguimiento tanto en Cantabria como en el resto del estado, algo que pudimos presenciar en una campa que estaba a tope de gente, mientras el grupo se subía a las tablas con una intro que dio paso a “Il tempo”, el corte que abría su anterior obra, “Silent town” del 2015, y que puso a botar a todo el mundo.
Tras saludarnos, nos invitaron a divertimos, reconociendo que hacía un mes que no tocaban y que no sabían cómo iban a aguantar, siguiendo con “L'odore della morte”, el corte que abría su primer disco “Tutti assolti” del 2004, encendiéndose alguna bengalas entre el público, para seguir con “Bomaye”, el primer tema que sonaría de su actual obra “And the winner isn´t” del pasado año, con la gente disfrutando a tope.
Turno ahora para su cuarto disco, “La cretina commedia” del 2010, en la que estaba ese tema que nunca puede faltar en sus conciertos llamado “La parabola dei battagghi”, con Rizia, su trompetista, con una capucha de gallo en la cabeza, siguiendo su actuación con “La mano de Dios”, aquel corte que estaba presente en su tercer plástico “Mazel Tov” y que siempre es muy cantada en sus actuaciones.
Como suele ser habitual en sus conciertos, apenas hay tiempo para el respiro y era el momento de “La carovana”, de su segunda obra “Combat circus”, con todo el mundo bailando, para dar paso a uno de los momentos más álgidos en sus directos como es se himno que han dedicado al “St. Pauli”, presente en su tercer trabajo y que puso a todo el mundo a cantar y botar.
Sin tregua alguna y también muy celebrada fue su adaptación del clásico “Bella ciao”, que ya registraron en su segundo trabajo, para dar paso a ese corto y explosivo tema que también aparecía en la misma obra y que se llama “A la patchanka”.
Buscando nuestra motivación, nos preguntaron si estábamos cansados, antes de comentarnos que la siguiente hablaba sobre su país, siendo el turno de “Tarantella dell'ultimo bandito”, otra de su tercer disco y que enloqueció aun más a los presentes, para, sin dejar dicho trabajo, lanzarse con “Merlutz”, una pieza instrumental que hizo que la gente siguiese disfrutando de la fiesta.
Talco. Texto: Txutxy Cano
Un poco más atrás en el tiempo, concretamente hasta su segundo trabajo, se fueron para dejarnos con “Testamento di un buffone”, con un comienzo tranquilo que luego se va lanzando, hasta llegar a “Domingo road”, un temazo de su actual obra y que nos dijeron que habían tenido la suerte de poder grabar el video en el campo del St Pauli, siendo un tema muy pegadizo y que funciona muy bien en directo.
Una de las canciones que tampoco suelen faltar en sus conciertos, al menos desde que salió en su anterior plástico, es “Dalla pallida Mirò”, un temazo que fue cantado por toda la campa, para seguir luego con “Danza dell’autunno rosa”, de su quinto disco “Gran gala” del 2012 y con la que es imposible no disfrutar y saltar, como lo haría la gente, participando con el grupo, el cual se mostraba en todo momento muy motivado.
Tras tomarse un breve receso para descansar sin abandonar el escenario y con “And the winner isn´t” sonando de fondo, era el momento, como en el citado disco, de “La verita”, otro gran tema, que fue seguida, también de igual manera que en esta última obra, por la instrumental “Intervallo”.
Nos avisaron que iban a hacer unas cuantas seguidas porque si no se cansaban más, siendo el turno de “Punta Raisi”, de su cuarto disco, provocando la algarabía genera, seguida de la instrumental “Combat circus” que daba nombre a dicho trabajo, avanzando hacia su disco del 2012 con “La mia città”, también muy celebradas, como también lo sería “Ancora”, del mismo trabajo y “L´era del contrario”, de su tercer plástico, que empieza de manera lenta, para luego, tras preguntarnos que si estábamos listos, coger velocidad y hacer disfrutar a todos los presentes.
Nos dijeron que solamente quedaban dos, siendo la primera de ellas “Tortuga”, la pieza que abría su segundo plástico, para la que nos pidieron que hiciésemos un gran círculo, y es que es una pieza muy bailable, para, tras agradecernos nuestra presencia y recordarnos que en diciembre estarán en Iruña celebrando los 15 años como banda, a lo que estábamos todos invitados, despedirse con “La torre”, tema de su tercer trabajo y que provocó la locura de los presentes, acompañada de una sorprendente versión del “The Trooper” de los Iron Maiden, con la sección de vientos bailando entre el público y con la que dieron por concluida su velada.
Y así, mientras sonaba de fondo esa extraña adaptación del mencionado “The Trooper” de los Steve'n'Seagulls, se despidieron los Talco mientras saludaban a los presentes, viéndose a la banda muy motivada, más que en otras ocasiones, que ya es mucho decir, con ese mono de escenario que parecían tener y que fue tan celebrada por todos los presentes.
Sin duda alguna, Talco son una de las bandas más grandes de lo que podemos llamar el Ska Punk, habiendo tomado el relevo de la Banda Bassotti y consiguiendo una repercusión que, al menos en el estado español, no hace más que crecer y se debe tanto a sus grandísimas canciones como a sus inolvidables directos como el de esta noche.
Había una duda que surcaba el ambiente desde que nos enteramos que Koma, encargados de cerrar el cartel, tocaban unas horas antes en otro festival en Bizkaia y era saber en qué estado iban a llegar de cansancio, teniendo en cuenta la intensidad de sus conciertos y el viaje de un festival a otro.
Pues esas dudas se disiparon cuando, tras la intro de rigor, subieron a las tablas los cuatro integrantes de la banda, los mismos que iniciaron esta aventura en 1995, que hicieron un parón en el 2012 y que han retomado la actividad el pasado año, comenzando a dar caña con “Los niños de lapos guerra”, canción que también abría su sexto trabajo “Sakeo” de hace 12 años.
Tras saludarnos, prosiguieron su velada con “Menos mal”, la que abría su cuarto disco “Criminal” del 2000, sonando la banda de manera muy potente y con la gente entregada, para, sin pausa alguna, recordar lo que fue su primera obra, de igual nombre que la banda y publicada en 1996, y que se abría con la muy celebrada “Tío Sam”, que nos trajo un montón de recuerdos a los que seguimos la trayectoria de la banda desde sus comienzos.
Volviendo a su trabajo del 2007, era el momento de la cañera “El pato”, que provocó el desmadre entre los presentes, algo que continuaría con la pegadiza “La chulería”, de sus quinto disco “Sinónimo de ofender” del 2004, con algunos en las primeras filas encendiendo bengalas, con el consiguiente riesgo, mientras volaban los cachis sobre nuestras cabezas.
No querían que nos enfriásemos y continuaron, sin parar, con “Protestantes”, otra de su quinto disco y que es una de mis preferidas, mientras tanto la banda como el publico lo daba todo, mostrándose el grupo en un gran estado de forma, algo que pudimos corroborar con “Vaya carrera que llevas chaval”, la primera que sonaría de su tercer trabajo “El catador de vinagre” que este año cumple 20 años y en donde Rafa, su bajista, canta la primera parte.
Ahora era el turno de su guitarra Nacho que se hizo de la primera parte de “El muro de Berlín”, ese tema que estaba presente en su trabajo de hace 15 años, antes de recordarnos que lo suyo siempre fue el Heavy metal, con ese temazo llamado “La almohada cervical”, que apareció en el que es su último disco hasta la fecha “La maldición divina” del 2011, muy coreada por todos los presentes que no paraban de saltar.
Koma. Texto: Txutxy Cano
Con un Brigi exultante en todo momento, llegaba el turno de regresar a su primer plástico con “Caer”, y que nos traía el recuerdo del impacto que tuvo en la escena estatal del momento la llegada de esta banda, siendo unida con “El pobre”, también de ese disco debut, interactuando con la gente, ya muy desfasada a estas horas, y dando cera sobre las tablas sin parar.
Como muchos de vosotros, yo estoy muy hasta los narices de todos los que nos mandan y de los que nos quieren hacer la vida imposible, pues para todos ellos nada mejor que “Imagínatelos cagando”, de su quinto disco, con toda la gente entregada dándolo todo, para continuar con el plástico que le siguió, precisamente con el tema que le daba titulo, es decir “Sakeo”, un autentico temazo que fue cantado por todo el mundo puño en alto.
Sin dejar ese mismo disco, llegaba el turno de la conocida “El sonajero”, que volvió a hacer que todo el mundo saltase, tras la cual la banda despareció brevemente del escenario, para regresar con un medley de canciones de su segundo trabajo “El infarto” de 1997, con los cortes “El marqués de Txorrapelada”, “Mi jefe” y la propia “El infarto”, ente las cuales interpretaron el tema con el que se dieron a conocer, es decir ese “Aquí huele como que han fumao” que aparecía en su opera prima, despidiéndose, con un Nacho totalmente enloquecido, dando gracias al Rebujas por haber contado con ellos.
Pero aun quedaba una última pieza por tocar y allí que salió el cuarteto para deleitarnos con ese “Bienvenidos a Degüelto”, que estaba integrado en su tercera obra y con la que pudimos ver como la gente sacaba las últimas fuerzas para saltar y bailar, dando así por finalizada su velada tras poco más o menos una hora sobre las tablas.
Lo de Koma esta noche fue un conciertazo con todas la letras, sonando de manera bestial en lo musical y mostrando una gran entrega hacia sus seguidores, sin notarse en ningún momento que venían de dar otro bolo, dándolo todo sobre las tablas.
Ojala la vuelta de Koma no sea algo puntual y se prolongue en el tiempo, de manera más o menos continuada, y es que ciertamente el panorama rockero estatal necesita de bandas como estos navarros, con canciones que han sido y siguen siendo himnos y dando concierto de verdad, sudando hasta la última gota y haciendo que el público goce de ese evento como si fuese el último de sus vidas.
Y así, cerca de las 05.00 de la mañana y tras casi 10 horas de festival más la sesión matutina, concluía esta nueva edición del Rebujas Rock, que ha sido un gran éxito, tanto en cuanto a público, se hablaba por parte de la organización de 12.000 personas, como por la calidad y variedad de los grupos, con una mayor presencia de sonidos metaleros en relación a otros años, y todo ello en un buen ambiente, que es el que siempre reina en este evento, ya que, los que acudimos a este festival, somos una gran familia. Por cierto, el sonido del festival fue en todo momento, al menos desde mi posición, sensacional.
Ahora solo falta contar los días para la nuevas edición, la del 2020, para la que, estoy seguro, la Peña Rebujas, empezará muy pronto, sino lo ha hecho ya, a trabajar.
Muchas gracias a la organización por el festival y por el trato con nosotros y…
28/09/2019 
Txutxy Cano 
Recinto, San Mateo, Cantabria
