Viernes 04 octubre 2019

Surge un nuevo festival en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, el Miranda Urban Festival, que desde su primera edición quiere darle una vuelta de tuerca a la corriente festivalera que lleva extendiéndose por todo el Estado durante los últimos años.

La apuesta y objetivo principal es llegar a todos los públicos, desde los más pequeños hasta los que llevan escuchando y amando la música toda una vida. La organización preparó para los días 4 y 5 de octubre un programa de actuaciones en directo que se desarrollaron a lo largo de todo un fin de semana en varios puntos de la localidad y con amplios horarios para llegar a mucha más gente. La música en directo sonó, no sólo durante la noche, sino que también lo hizo a lo largo de todo el sábado, arrancando desde la hora del vermut, y continuando toda la tarde.

El cuartel general fue la Fábrica de Tornillos pero también hubo otros escenarios en diferentes puntos del centro de la cuidad, como la Plaza España, Plaza de la Constitución y la Iglesia de Santa María. Con esta estrategia, en Miranda no dejó de sonar la música durante casi todo el fin de semana. No había excusa para no acudir a la cita entre tantas opciones.

Y qué decir de la música, lo más importante y lo que nos lleva a los festivales. Como se suele decir coloquialmente, hay grupos para todos los gustos, desde el omnipresente Rock, pasando por el Rap y el Reggae, y hasta música de fusión y mestizaje. Música para todos los gustos y para que nadie se quede sin disfrutar de ella. En estos párrafos repasaremos los conciertos a los que hemos podido llegar desde Insonoro, ya que ante tanta oferta, digamos que, ¡es complicado estar en todos los sitios!

La difícil tarea de abrir el festival fue misión de los burgaleses Green Silly Parrots. Las 19:15 de la tarde de un viernes no ayudó a congregar a mucha gente en la Fábrica de Tornillos. Este trío rockero, cuenta con varios premios a sus espaldas conseguidos en los últimos y vinieron a presentar su último trabajo "Utopía". Ganas no les faltaban y sacaron pecho a pesar de la, todavía, poca afluencia de asistentes en la pista. Al menos sus fieles seguidores no faltaron a la cita.

Las 20:20 era la hora de Sinaia, el grupo metalero de la noche, o como les gusta decir a ellos: mezclan rock, punk y metal, lo revuelven todo hasta que suene potente y a voz en grito. Dieron buena muestra de ello en su enérgico directo haciendo vibrar hasta las chapas de pabellón.

Actualmente están presentando su último disco en la gira "Solo Humanos tour" durante el 2019 y 2020. Esta banda le pone muchas ganas y tiene energía para destrozar escenarios allí por donde pasen, y en Miranda no iba a ser menos.

El vocalista, Valen, hace vibrar la voz a su antojo desde letras melódicas hasta gritos oscuros y desgarradores, y todo ello, ¡sin despeinarse la cresta! Entre los temas que tocaron estaban "Ojos cerrados", "Sólo humano" y  la versión de Vetusta Morla: "Valiente". Los Sinaia atrajeron al concierto a una numerosa cuadrilla de Gometxa, pueblo alavés que les conoció en sus inicios, de donde guardan un buen recuerdo, y que no pararon de cantar y saltar durante todo el bolo. Y no es de extrañar, porque para mí, esta banda fue una de las grandes del festival.

Los terceros en subirse al escenario eran La Desbandada, llegados desde Tarragona, trajeron consigo mucha actitud y ganas de divertirse sobre el escenario. Los rockanroleros, con claras influencias de Marea en las voces rasgadas y guitarreos, llegaron hasta lo más profundo de sus seguidores, que cantaban todas sus canciones y no paraban de bailar su rock 'n' roll.

Usando como arma el buen rollo y la buena música se ganaron a su público desde el principio hasta el final. Durante casi hora y media de concierto tuvieron tiempo para repasar temas como "Hoy venimos a morir", "Buscando mi destino" y "Volver a empezar" de su último trabajo de estudio. Hasta aquí llegaba el rock de la noche, y tocaba cambio de tercio.

Sobre las 23:20, de repente, la Fábrica de Tornillos se llenó de golpe para recibir a FernandoCosta. El rapero movió masas de chavalería y gente joven, mientras los rockeros nos hacíamos a un lado.

Está claro que las nuevas generaciones van cambiando, y que los mensajes y reivindicaciones ahora se difunden a ritmo de rap. A pesar de no haber ya guitarras sobre el escenario, un servidor sentía curiosidad, y me planté en medio de toda la juventud. Verdaderamente FernandoCosta tiene algo que llama la atención y engancha, puede que su sencillez y cercanía, no sabía bien el qué, pero allí me quedé,  escuchando sus letras y rimas.

Sábado 05 octubre 2019

Sin duda, la idea de extender el festival con conciertos mañaneros, convence, y prueba de ello es la afluencia de gente y aficionados a la música que quieren disfrutar de ella y no sólo durante las noches. Así que durante toda la jornada del sábado la oferta festivalera estaba en las calles. Padres, niños y abuelos aprovechaban para dar una vuelta y dejarse caer por los escenarios dispuestos en el Miranda Urban Festival.

A las 12:30 abrían las puertas de la Fábrica de Tornillos, con entrada gratuita, y con la música de los pamploneses Lemon Y Tal, que amenizaron el vermut de la mañana. El dúo compuesto por Beatriz como vocalista y Gorka a la guitarra animaron a las familias cuyas niñas y niños no dejaban de bailotear siguiendo los ritmos variopintos de música callejera, folk y flamenco.

"Sueños coleccionables" es el primer trabajo de estudio de Lemon y Tal, un álbum con diez canciones llenas de música divertida y contagiosa, que sirvieron para empezar con alegría una larga jornada de conciertos.

Antes de ir a comer, todavía tenían que subirse al escenario Alfredo & Iker Piedrafita. Padre e hijo, antiguos componentes de Barricada y Dickers respectivamente, que han cambiado de tercio, dándole la vuelta a sus guitarras eléctricas y pasando del rock más cañero y sinvergüenza a un espectáculo más tranquilo en acústico.

Aposentados en sus taburetes, uno junto al otro, rescataron temas míticos de bandas con U2 y Oaisis que versionaron con sus guitarras acústicas. También revivieron grandes canciones de sus antiguas bandas dándoles un toque más tranquilo pero con mucho gusto y calidad para gozo de los viejos rockeros a los que nos trasladaron varias décadas atrás en el tiempo. ¡Los niños escuchaban buena música y sus padres recordaban viejos tiempos!

Y como todos nos sabíamos las canciones, Iker no pudo resistirse a bajar a la pista, micro en mano, y hacer partícipe a todos nosotros cantando “No hay tregua” y “En blanco y negro” de Barricada. Sinceramente, yo sentía curiosidad del resultado de esta reinvención, sobretodo de los Dickers, y fue una grata sorpresa y un grandísimo concierto en acústico para las poco más de 50 personas que estábamos allí tomándonos una cervecita.

Hasta ahora, y en lo que llevábamos de conciertos, gran acierto en la elección de los grupos y bandas del festival.

Tristemente una fuerte gripe nos impidió acudir a los conciertos vespertinos y nocturnos del sábado 5 de octubre. Pero, con lo vivido durante la jornada inaugural y durante los conciertos matutinos del sábado podemos decir que Miranda Urban Festival ha trabajado duro para sacar el festival adelante y que su apuesta por la música ha sido notoria.

Gracias por vuestro trato y, por querer acercar y hacer disfrutar de la música a un público muy diverso.