Volvimos a disfrutar en la noche del viernes 4 de octubre de otro recital del cuarteto instrumental Toundra, con una buena entrada, unos tres cuartos de sala, en una ciudad como es Valladolid, un tanto caprichosa para según qué géneros.
Abrieron los locales La Noche de la Iguana, conocidos de sobra en la escena pucelana. Jóvenes, pero ya con una trayectoria destacable. Muy recomendables. Un acierto contar con ellos, pues sus atmósferas densas y melodías oscuras sirvieron de preludio a lo que vendría después.
La Noche de la Iguana
Tras el cambio, y ya pasadas las once de la noche, Toundra hizo las delicias de los asistentes, con uno de sus shows donde la intensidad y el buen gusto se mantienen en lo alto y su público les acompaña en todo momento. Tenía ganas de verlos de cerca, en sala, pues hasta ahora sólo me los había encontrado en festivales de gran aforo como Tsunami y Viña Rock, y sin duda es mucho mejor así. Los detalles no se escapan y la cercanía que transmiten no se diluye.
Con ya cinco trabajos en su haber, intercalaron ocho temas de los cuatro últimos, con algo más de protagonismo para el último, “Vortex” (2018), consiguiendo que todos terminásemos muy satisfechos, y ellos muy agradecidos por la respuesta.