Volvemos a la carga. Volvemos a por más magia de la mano de los valencianos DragonFly y de los asturianos Avalanch. La segunda vez en unos meses y la tercera después de la presentación del mítico El Ángel Caído, regrabado con el epígrafe de “All Star Band”. 

Agradecer de antemano la amabilidad del equipo de la sala Republicca y el trato de los componentes de ambas bandas. Disfrutar de esta gente sobre el escenario es un verdadero placer, y hay que decir que deleitarse con un concierto en directo de ambas bandas es, como ya he comentado, poco menos que mágico.

Después de un concierto acústico maravilloso, toca ponerse las pilas y electrificar el ambiente.

Comienzan DragonFly que, después de unos minutos de rodaje, nos presentan “Estrella fugaz” perteneciente al que será su nuevo disco “Zeitgeist”, que saldrá a la venta el día 25 de octubre. Si hace unos meses disfrutamos del maravilloso acústico del “paberse”, esta noche, lo disfrutamos mucho más porque íbamos con los deberes hechos. Una gozada Juanba Nadal y sus agudos en coros y estrofas…nada que ver con el acústico, canela fina. Si para los adultos es una gozada cuando ves sobre el escenario que todo funciona como un reloj suizo, no os podéis hacer una idea de la cara de expectación y maravilla que puede tener una niña de once años y eso que no es su primer concierto.

Emulando al monstruo que vendrá después, Jorge Alcázar se marca un solo de batería tal, que mi hija que acaba de empezar a aporrear los platos, se encuentra en una nube. Flipa con las sacudidas de melena de Pablo y me dice:”¿Y tú tenías el pelo así de largo, papá?” :’(

Enarbolando por bandera riffs contundentes, pasamos por “Vuela conmigo”. Las canciones los valencianos nos demuestran que tienen todo lo que hace falta tener para ser un grupo de referencia en los años venideros, una sólida discografía y una maquinaria bien engrasada, como el momento balada con “Esclavo de tu amor” donde Isauro Aljaro salió de entre las sombras de la segunda línea, para brillar por méritos propios.

Después de presentar una segunda canción de lo que será “Zeitgeist” (Alter ego), le llega el turno a dos de las canciones que más nos conocíamos la familia y con las que cerraron un grandísimo concierto, “No lo verán caer” y “Sólo depende de ti” las cantamos muchos de los presentes.

Me consta que mi hija no era la única niña que había en la sala, y debo decir que todo el público asistente se comportó de lujo, y más si cabe, cuando veían niños cerca de ellos. Un diez para todos. Cosas así hacen que me sienta orgulloso de la comunidad heavyrockera y ver que no solo vamos las viejas glorias, sino que dentro de unos pocos años pasaremos definitivamente el testigo a nuestras pequeñas huestes, es motivo para sonreír. Pensar que estos mismos niños se volverán a encontrar en muchos más conciertos y posiblemente no serán conscientes de que han compartido sala con sus padres.

Después del pequeño interludio que nos da para hablar de churumbeles, hacen acto de presencia los todopoderosos Avalanch. Sigue al frente Jorge Berceo mientras Isra Ramos termina de recuperarse de su problema de garganta. No sabía que Magnus Rosen no formaba parte de la banda y en su lugar está Dirk Schlächter de los incomparables Gamma Ray.

Sobre el escenario Jorge Berceo aparece el último y lo hace cómodo, con fuerza. Como si llevase años encargándose del repertorio. Sigue ocurriéndome, hace ya 20 años que los vi por primera vez, pero cuando aparecen en el escenario, sigo sintiendo que tengo veinte años. No sé si Alberto me reconoce del último concierto y sin embargo creo que me sonríe al efectuar un ligero movimiento de cabeza en mi dirección (momento ego, él sabe por qué). Este hombre parece tener una segunda juventud y esa fuerza, esa energía, casi se puede medir desde aquí abajo, mirando a través del objetivo de mi Canon.

Lo ha vuelto a hacer, si bien cada vez que un grupo que me gusta mucho y saca un disco nuevo, no son pocas las veces que me cuesta decidirme a escucharlo, creo que Avalanch ha añadido un peldaño más a su evolución. Avalanch se ha sacado de la manga un álbum sólido y poderoso. “El secreto” se abre paso con “Demiurgus” y “El Peregrino” con un fantástico solo de guitarra que se marca nuestro querido Jorge Salán. Menudos dos tenemos al frente de las seis cuerdas en este grupo.

La complicidad de Berceo con Alberto es evidente y sabe cómo meterse en el bolsillo a los asistentes a la sala como hizo con “Otra vida” o “Delirios de grandeza” o el que fue uno de los momentos de la noche, en el que sobre el escenario quedaron Alberto, Jorge y Manuel para tocar “Alborada”, con un solo de Rionda que arrancó una más que merecida ovación. 

Debo hace un pequeño inciso y añadir mi admiración a los fotógrafos con los que compartí foso. Normalmente es mi compañero Ángel Moya el encargado de tan ardua labor y solo puedo decir que esa noche, pese al poco espacio que había en el foso, todo parecía encajar como un Tetris.

No os imagináis lo que es para mí, estar en el foso, girarme, y ver a mi hija en primera fila cantando tanto, que al día siguiente estaba afónica. Canción tras canción desgranan temas clásicos junto con la nueva hornada de canciones que seguro, seguiremos disfrutando como clásicos en los próximos años. Jorge Berceo se me antoja verlo crecer con cada canción, cada vez me gusta más sobre el escenario y es fantástico ver lo cómodo que está con canciones que han pasado por muchas gargantas y no le tiembla la voz para hacernos olvidar por un ratito, a los que quedaron en el camino.

Llega el turno de la bestia a la que emulaba Jorge Alcázar, el inconfundible Mike Terrana quien, durante un tiempo que, a los que nos quedamos embelesados, se nos hace corto (unos 14 minutos), despliega sus poderosos brazos sobre la imponente batería de platos rojos. “Alas de cristal” siguió a las poderosas baquetas para continuar con “Baal” o Alma vieja” que vino después de un solo del ex de Gamma Ray y que nos ofreció la sorpresa de la noche. Ante una enorme ovación Isra Ramos hace aparición, como el día anterior hizo en Murcia, del que me habían comentado que parecía totalmente recuperado y así lo pudimos constatar (aunque según sus propias palabras, no lo está del todo). Tras finalizar la canción, Isra pide un merecido aplauso para Jorge Berceo y continua con otra de las nuevas canciones, con la que nos deleitaron en el acústico de hace unos meses, “La flor en el hielo”.

Si hubiera faltado “Xana”, habría sido imperdonable pues el feeling que se produjo cantando a capela todos los asistentes antes de que la banda se uniera, fue mágico, como lo fue el retorno de Berceo para cantar junto a Isra la maravillosa “Lucero”, desde la zona VIP de la sala. Si Xana supuso un antes y un después en el concierto, la llegada de “Torquemada” hizo explotar la sala dejándonos con ganas de más y poniendo el broche final a una noche llena de epicidad, música y semillas de futuro.