Tenemos la suerte, por mucho que haya gente que se queje de lo contrario, de que vivimos en una comunidad autónoma donde los conciertos de rock suelen programarse con frecuencia en muchos locales, sobre todo en capital, lo que hace que, en bastantes ocasiones, se solapen varios eventos en los que me gustaría estar.
Este viernes 18 no era una excepción y había bien donde escoger, pero mi mente estaba centrada, desde hacía meses, en un solo evento: la vuelta de Ilegales a Cantabria, en este caso a Santander, donde, si no me falla la memoria, debía hacer muchísimo que no venían, al menos que yo recuerde, y lo hacían al Escenario Santander, un marco incomparable para este tipo de eventos.
¿Pero estáis preguntando de verdad que quienes son Ilegales? ¿Dónde habéis estado metidos en los últimos 40 años? Estamos hablando de la banda de rock más grande que ha surgido en nuestra vecina Asturias, habiendo creado, desde los primeros años 80 en que se crea la misma, un estilo muy propio de hacer rock, con un sonido muy característico, lo que ha quedado registrado en sus 11 discos de estudio, 3 directos y los diferentes singles y recopilatorios que han publicado hasta la fecha.
Hacía un par de años que había visto por última vez a la banda y desde entonces han publicado un nuevo trabajo, “Rebelión”, que se editó el pasado 2018 y que contiene toda la esencia de la etapa más popular de la banda, aunque sonando fresca y actualizada.
Como es habitual en nuestra tierra, la mayor incógnita era saber cuál iba a ser la acogida que iba a tener la banda, porque la respuesta de la banda, integrada por Jorge Martínez a la voz y la guitarra solista, Willy Vijande al bajo y los coros, Jaime Beláustegui a la batería y Mike Vergara, teclados, guitarra rítmica y coros, en sus directos está fuera de toda duda.
Una vez llegué al local, se podía vivir ese aire de gran evento, con un goteo constante de gente que, según nos informaron, superamos las 500 personas, que no está nada mal para lo que suele ocurrir, aunque siempre me gustaría que fuera más la gente que asistiese a estos eventos para que así fueran más frecuentes las visitas de bandas de esta envergadura, pero es lo que hay.
Ilegales
Y sólo 10 minutos después de la hora fijada, comenzaba la actuación de los Ilegales, que fueron subiendo a las tablas uno a uno, con una intro de fondo y un Jorge, que fue especialmente aplaudido, mostrándose muy animado, gritando eso de “…me entran ganas de matar a mama…” de aquel “Stick de Hockey”, que estaba registrado en su segundo disco, el imprescindible “Agotados de esperar el fin” de 1984, para lanzarse a la primer a canción que sonaría de su nuevo trabajo, en este caso ese “No tanta, tonto”, con la gente aun expectante, pero con esa ilusión en los ojos de estar viendo a una banda a la que tienes muchas ganas de ver.
Pero esa tranquilidad duró muy poco, porque las primeras notas del conocidísimo “Hola, mamoncete”, de su disco debut, llamado como la banda y publicado en 1983, revolucionaron a la gente, siendo muy aplaudido y cantado por todos los presentes, mientras Mikel Vergara, como haría durante toda la velada, cambiaba los teclados por la guitarra rítmica, como en este caso, o alternando ambos instrumentos en la misma canción, como ocurrió en “Suicida”, también de su actual obra y que es un gran tema, muy pegadizo y directo.
Sin pausa alguna, llegaba el momento de otro gran clásico, siendo éste “Ella saltó por la ventana”, de aquel magnifico “Todos están muertos” que, en 1985, cerraba lo que podemos entender por etapa más popular de la banda, y que también recibió una gran acogida, como también la tuvo “Suena en los clubs un blues secreto”, que abría el disco de 1990 “Todo está permitido”, quizás no de los más conocidos de la banda, pero con grandes temas, mostrándose Jorge muy motivado.
Precisamente su cantante se dirigió a nosotros para decir que Ilegales son conscientes que el presente está hecho de pasado y futuro, continuando con “Agotados de esperar el fin”, ese temazo que daba nombre a su segundo trabajo, con una gran respuesta por parte de los presentes, para lanzarse a ese “Todo lo que digáis que somos”, de su tercer disco que hizo moverse a la mayoría de los presentes con ese sonido guitarrero que tanto le caracteriza.
Ilegales
Pero no vale solo con vivir del pasado, si no que la banda sigue publicando interesante discos como ese “La vida es fuego” del 2015, el primero tras ese parón que tuvo la banda entre el 2011 y el 2014, y que se abría con ese himno llamado “Voy al bar”, para de nuevo retroceder a su tercer plástico, que se iniciaba con ese contundente y potente “El norte está lleno de frío” y que, como en dicho trabajo, fue seguida por “Enamorados de Varsovia”, dos canciones condenadas a estar unidas y que hicieron que se me pusiera la carne de gallina, ya que son muchos los recuerdos que me traen estos temas.
No había tregua y los temas se iban encadenando unos con otros, regresando a su más actual plástico con “El bosque fragante y sombrío”, esa tranquila pero inquietante pieza que le cierra, para contrastar con la fuerza con la que se inicia ese “Chicos pálidos para la máquina”, que dio nombre a su cuarto disco, publicado en 1988, y que fue muy bien acogido, sonando especialmente potente.
Recuperando su etapa más clásica, era el momento de volver a su opera prima con “Yo soy quien espía los juegos de los niños”, con la gente entregada y aclamando eso de “…viejos festivales como eurovisión…”, con Jorge sintiéndose realmente cómodo sobre las tablas y buscando el calor de los aplausos, para interpretar ese “Si la muerte me mira de frente me pongo de lao”, que daba nombre a su noveno disco, editado en el 2003, el ultimo que publicó la banda antes de su separación antes mencionada.
¿Y para que estábamos aquí? Pues para “Hacer mucho ruido”, esa genial canción que estaba integrada en su tercer trabajo y que fue muy cantada por la concurrencia, como también lo sería ese “Mi amigo Omar”, una de su nuevo disco que ha sabido llegar a los seguidores de la banda por la temática que trata.
Tras un breve descanso para hidratarse y brindar a nuestra salud, Jorge nos preguntó que canción queríamos, con el lógico revuelo, a lo que el vocalista respondió aquello de “…como no os ponéis de acuerdo, vamos a tocar la que nos salga de los cojones…”, siendo el momento de “La casa del misterio”, de su primer trabajo y que tan bien acogida fue, antes de avanzar hacia 1992, cuando publicaron esa obra llamada “Regreso al sexo químicamente puro”, de la que precisamente caería el tema título, y es que no se querían olvidar en este repaso de todas las etapas y discos de la banda.
Ilegales
La siguiente pieza, “Me gusta cómo hueles”, de su trabajo del 1990, fue presentada como una canción de una gran fragilidad y que, por su temática sobre el suicidio, fue vetada en alguna emisora de radio de la época, para regresar a su actual referencia con ese “Mundo carapijo” en el que, desgraciadamente, nos toca vivir, siendo un tema muy cantado pese a ser tan reciente, lo que hace ver lo bien que han sido recibidas las nuevas composiciones.
Pero claro, nada pueden hacer los temas nuevos ante cortes como esa aclamada “Eres una puta”, de su tercer trabajo, que puso a cantar a todo el mundo, como también lo hizo el tema que abre su nuevo disco, es decir ese “Si no luchas te matas”, que se ha convertido en un autentico himno, a tenor de la gran recepción que tuvo, con la banda demostrando, como durante toda la velada, la enorme calidad de todos sus integrantes.
Tras secarse el sudor, y es que la intensidad de sus conciertos es grandes, era el momento de que sonase “Ángel exterminador”, esa maravillosa pieza antibelicista que aparecía en su cuarto disco, tras la que nos dijeron que hasta el momento todo había estado bien pero que es obligado tener un momento macarra, llegando el momento de la muy conocida “Soy un macarra”, que aparecía en su segundo plástico y que tan conocida fue en la década de los 80, sirviendo dicho tema como presentación de los grandes músicos que forman la banda.
Con la semana que estábamos teniendo con todo el asunto de Catalunya, parece que el tema que abría su primer disco, es decir “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, resumía perfectamente lo que allí estaba ocurriendo, con un Jorge magistral con la guitarra, antes de avanzar hasta el 1992 cuando publicaron “Dextro-anfetamina”, que acabó de enloquecer a la gente.
Tras esta pieza, Jorge nos comunicó que “…hemos ejecutado con cierta solvencia un buen puñado de temas y por tanto nos vamos…”, despidiéndose con el mítico “Bestia, bestia” de su tercer trabajo, con el que, momentáneamente, se marcharon al grito de “Ilegales, desde 1982, incluso desde antes”.
Ilegales
Con la gente pidiendo la vuelta de los músicos, estos salieron y Jorge dijo que cantarían algunas más con tal de que no dijésemos lo de “Oe oe oe”, siempre genio y figura, para continuar con “Hombre solitario”, uno los más queridos temas de su primer trabajo, en donde también aparecía la muy cantada “Problema sexual”.
Jorge, disfrutando toda la noche, nos recordó que la siguiente era la última y que no podía despedirse sin dejarnos con la bendición ilegal, que cayó sobre todos nosotros, antes de interpretar la siempre esperada “Destruye”, presente en su segundo álbum, y con la que pusieron punto final a su casi hora y tres cuartos de concierto, entre una fuerte ovación y un Jorge que parecía no querer irse del escenario.
Ilegales dieron un muy buen concierto, notándose a la banda muy en forma y desglosando temas de todos sus discos, haciendo hincapié, como es lógico, en los tres primeros, pero sin renegar de ninguna de sus obras, consiguiendo así convencer a todos los presentes, que salimos bastante contentos por lo vivido.
Me gustaron muchísimo los asturianos, cuyos músicos tienen una calidad indiscutible, arropados por esas canciones que han sido la banda sonora de la juventud de muchos, entre los cuales me incluyo, mientras siguen su camino aportando temas nuevos de mucha calidad, como los incluidos en este “Rebelión”.
Y así, con el regusto de las grandes citas, me fui del Escenario Santander, ese templo de la música que tenemos en Cantabria y gracias al cual podemos disfrutar, en optimas condiciones, conciertos como el que esta noche dieron los Ilegales, que, esperemos, sigan viniendo por esta tierra y si puede ser con más frecuencia mejor.