Ya he hablado en otras ocasiones que hay asociaciones que, ante el habitual inmovilismo institucional que sufrimos en lo referente a cultura sobre todo en la zona de Torrelavega, pero también en otras zonas de Cantabria, en vez de estar lamentándose, deciden apostar por hacer proyectos en solitario o bien buscando colaboración.
La gente de Noche de Rock el pasado 2018 se constituyó como asociación, entre otras cosa, para poder llevar las diversas músicas que se pueden escuchar en dicho programa en diferentes partes de nuestra autonomía, siendo una de las presentaciones de la misma la que dio pie a este Asubiadero Fest, aunque el pasado año no tenía ni nombre y que tiene lugar en la localidad de Requejada, en el municipio de Polanco, que es donde tiene su sede esta asociación.
Para esta segunda edición, y siempre en cooperación con el ayuntamiento de dicha localidad, de nuevo los sonidos más cañeros iban a llegar a la pista del CEIP Pérez Galdos, con un cartel muy muy atractivo, ya que, junto a los chavales de Seaweed, que repetían participación, y las bandas cántabras Duro y Reality Check, dos de las más importantes de la escena local, íbamos a tener con nosotros a los mallorquines Helevorn, primera vez en Cantabria y a los Mind Driller, esa formación alicantina, con la que el programa ya ha colaborado en más ocasiones y que cuenta con un directo increíble.
¿Y qué cuánto cuesta esto? Pues nada, es un concierto gratuito y que cuenta con una barra solidaria, siendo en esta edición el destinatario la ONG Ruta 6 que busca acercar la educación a la gente sin recursos de Nepal. Además, había dispuestos por la pista cubierta varios puestos de merchán, incluidos los de las bandas y los del programa, una buena manera de colaborar para que esto siga adelante.
Llegué a la pista con tiempo y ya Oskar, la cabeza de Noche de Rock, me comentó que las cosas se iban a demorar un poco, ya que faltaba de acabar de probar un grupo y de terminar de hacerlo otro, por lo que me lo tomé con calma y me dediqué a charlar con algunos de los presentes y a ir haciéndome con parte del merchán.
Ambiente
Y más o menos 45 minutos después de la hora fijada, se subía Oskar para presentar el evento y pedirnos disculpas por el retraso, dando paso a la primer actuación de la noche que fue la del ahora cuarteto Seaweed, que, a diferencia del año pasado, cuenta con una chica que se ha hecho cargo de la voz principal.
Y como hicieron el año pasado, suplieron su timidez con muchas ganas y una gran evolución musical, que demuestra que la banda ha estado trabajando para mejorar, algo que vimos ya, tras la presentación de los integrantes de la banda, con la versión del “For whom the bell tolls” de los Metallica, combatiendo esos nervios con la búsqueda de la complicidad de las primeras filas, con una buena presencia de amigos de la banda.
Sin pausa alguna, se lanzaron con ese “The kids aren' t alright”, de The Offspring, donde ya se le vio que habían superado esa rigidez inicial, mostrándose más sueltos y más cómodos sobre las tablas, mientras su cantante nos anticipaba que, como la mayoría de temas son clásicos, les podíamos ayudar cantando, siendo el momento del “Can't stop” de los Red Hot Chili Peppers.
Seaweed
Reiteraron su petición de que colaborásemos con ellos cuando se lanzaron a cantar ese himno que es “Smells like teen spirit” de los Nirvana, mientras su vocalista compensaba el que algunas letras no las supiera con simpatía y complicidad, continuando con “Historia triste” de Eskorbuto, la única versión que iban a hacer de un tema en castellano y que para algunos es un verdadero clásico.
Nos agradecieron nuestra acogida y a la organización el contar con ellos, ya que esto compensa todo el esfuerzo previo, antes de hacer una revisión de un tema de Arctic Monkey, perfectamente ejecutada, siendo aun más brillante su versión del “The Trooper” de los Iron Maiden, con su guitarra haciendo una gran labor.
Nos anunciaron que iban a tocar alguna canción propia, comenzando por una de la que su vocalista confesó no se acordaba bien de la letra pero que me gustó mucho, antes de presentar “Es tóner”, llamada así debido a que tienen una impresora donde componen, siendo un tema muy elaborado.
Se despidieron con “Levántate”, avisándonos que era la última y que teníamos que cantarla, siendo una pieza que trasmite un mensaje optimista y de lucha y con la que acabaron su concierto, agradeciendo a sus compañeros del IES Besaya que hubieran venido a arroparlos, dejando así el escenario tras 40 minutos.
Es más que evidente la mejora en la banda del año pasado a este, no solo en su nivel musical, sino también con la confianzas con la que interpretan los temas, con algunos momentos brillantes, mostrando muchas ganas e ilusión, compensando así que su vocalista aun no se haya aprendido bien las letras, pero eso solo son ensayos y tablas.
Siguen avanzando, que es muy importante, pero lo fundamental es que sigan teniendo esas ganas por tocar y por pasárselo bien, que es lo verdaderamente esencial dentro de la música. Además, vienen del IES Besaya y de ahí sólo puede salir algo bueno.
¡Ojala les veamos muchas más veces!
Seaweed
Y con bastante rapidez se hizo el cambio y enseguida estaban sobre las tablas el trió Duro, previa presentación de Nuria, colaboradora de Noche de Rock, formación que viene presentando su actual disco “Vive”, publicado a finales del pasado año, sucesor de “Codicia” de un año antes.
El grupo sigue estando integrado, como desde hace 4 años en que comenzó esta historia, por Jon Manjon a la guitarra y voz, Alberto Maestegui al bajo y coros e Iván 'Chivi' Saiz a la batería y coros, y comenzaron su andadura con un corte de su primer trabajo, concretamente “Contigo a solas”, con su guitarra situado en la parte delantera del escenario, reclamando parte del protagonismo, algo que haría en reiteradas ocasiones.
Tras ese gran tema, y agradeciendo nuestra acogida, siguieron en su opera prima con “Reorganización”, un corte muy pegadizo y movido, para, tras pedir algún ajuste técnico, continuar ese repaso a su primera obra con “¿Que será de ti?”, mostrándose la banda muy solida, algo que no es ninguna novedad, ya que suena con mucha contundencia casi desde sus orígenes, y viéndoselos muy entregados sobre las tablas.
Cosechando muchos aplausos, se lanzaron a por el primer tema que caería esta noche de su actual referencia, siendo el turno del que le da nombre, es decir “Vive”, y es que ya estamos aquí habrá que vivir, notándose una mayor elaboración en las piezas nuevas, sin perder la esencia de la banda, pero como si hubieran querido dar una vuelta de tuerca a su estilo.
Se mostraron contentos por la fiesta que había montado la gente de Noche de Rock y el ayuntamiento del Polanco, antes de continuar con su nuevo álbum y ese “Tiempo perdido”, que como ellos mismo dijeron, nunca es perdido, donde se pudo demostrar esa mayor elaboración en los cortes más recientes, siendo seguida por “La escuela de la vida”, el tema que cierra su actual trabajo, con esa mayor madurez y con ese estilo tan característico que tiene la banda.
Duro
Explicaron a la gente que pudiera provenir de otras zonas la temática de “La arrancadera”, con la que regresaban a los temas de su primera referencia, una de las canciones que más me gusta de la banda y que fue muy cantada por el público, mientras la banda la alargaba buscando esa complicidad con los presentes, antes de continuar con el corte que daba nombre a ese disco debut, osea “Codicia”, y es que nos estamos cargando el planeta y no estamos dando cuenta ahora.
Tras preguntarnos qué tal íbamos, con positiva respuesta, regresaron su más reciente plástico para continuar con “Nuestra heroína”, otro gran tema, con ese sonido potente que poseen, con un cierto toque casi stoner, empezando a despedirse con otra del nuevo, en este caso “A fuego lento”, que se va a acelerando a medida que la misma va avanzando, conjugando muy bien los contrastes en las intensidades.
Nos pidieron que nos acercásemos un poco más, siendo el momento de ese auténtico himno que está presente en su nueva obra llamado “Arrepentido” y que es de esos que no puedes evitar cantar desde la primera vez que lo escuchas, despidiéndose, mientras se mostraban encantados de compartir escenario con el resto de banda, regresando a su primer trabajo con “Necesidad” y ese sonido potente, con el que finiquitaron sus 50 minuto sobre las tablas.
Es más que evidente que la trayectoria ascendente de Duro no parece tener fin, notándose a la banda sonar con mucha contundencia, merced a que la maquinaria está muy bien conectada y engrasada, por lo que están destinados a seguir dando grandes conciertos, como el de esta noche, que fue algo más corto que los que suelen dar en otras ocasiones.
Seguiré atento a los futuros pasos de la banda, que, supongo, pasarán por seguir dando más conciertos dentro y fuera de nuestra comunidad, y por un nuevo trabajo, ya que no son gente de estarse quietos y tienen mucho que decir en la escena.
Una grandísima banda, con un estilo muy personal, con unos músicos muy muy buenos, con unos grandes temas, y que en directo son mucho mejor que en estudio, que ya es mucho decir.
Conocedor de que ahora venía un cambio algo más largo, Oskar subió con Blanca de Ruta 6 para explicar un poco como era el proyecto y animarnos a colaborar con ellos y a pedir más información en la zona habilitada para ello.
Reconozco mi ignorancia y es que hasta apenas unas semanas antes del concierto a Helevorn solo los había escuchado en el programa Noche de Rock, y eso que la banda tiene ya una dilatada trayectoria de 20 años y 4 discos, el último de ellos, “Aamamata”, ha sido publicado a principios de este 2019.
Helevorn son uno de esos nombres que te suenas desde hace tiempo, pero a los que, por unas u otras, no había tenido ocasión de escuchar, aunque cuando lo hice, me enganché a ese Doom que practican, comenzando esta noche su actuación con esa maravilla que se llama “Aurora”, registrado en su actual obra, que vino precedido por esa maravillosa intro, mientras su cantante subía al escenario algo más tarde, siendo una pieza lenta y pesada, ofreciendo una calidad brutal desde el mismo inicio y con su vocalista mostrándonos una voz realmente increíble.
Sin pausa alguna, prosiguieron con el repaso al álbum que venían presentando con el corte que le abre, “A sail to sanity”, que reafirmó mis sensaciones de estar viendo algo que se salía de lo común, con una gran ejecución de sus músicos, que enseguida me hicieron comer de su mano, para pasar a saludarnos y reconocer que era su primera vez en Cantabria, mostrándose muy agradecidos a Noche de Rock, para pasar a dedicar el siguiente tema, “Goodbye, hope”, también de su actual trabajo, a toda esa gente que ha perdido algún ser querido, siendo una pieza melódica pero muy potente y con una parte importante teclado hacia la mitad del mismo.
Helevorn
Apostando fuerte por este nuevo plástico, que tan buenas críticas está cosechando, era el momento de “Blackened waves”, que quisieron que sirviese como recuerdo a esas 15.000 personas que han muerto ahogadas en los últimos años buscando un futuro mejor, siendo una maravilla de tema y del que te quedas enseguida enganchado, para, tras preguntarnos si seguíamos bien, retroceder a su anterior trabajo “Compassion Forlorn” del 2014, con el corte que precisamente le abría, “The inner crumble”, con un ritmo hipnótico, muy contundente y con la batería sonando muy fuerte.
Empezaron a despedirse retrocediendo aun más en el tiempo, concretamente hasta el 2010, cuando publicaban su segundo disco “Forthcoming Displeasures”, que se iniciaba con “From our glorious days”, un corte con mucha fuerza, mientras su cantante atronaban el recinto y nos ponía la piel del gallina cada vez que cantaba, mostrándose impresionante con su voz, como el resto de los músicos con sus instrumentos, para despedirse definitivamente, agradeciéndonos el haber estado aquí y a la organización por contar con ellos, con una pieza que nos avisaron era más movida, siendo ésta, “Burden me”, de su anterior trabajo, con un sonido más pegadizo y accesible, dentro de su estilo claro, con el que dieron por terminados sus 50 minutos sobre las tablas.
Cuando un estilo musical no es el que más escuchas y un grupo te deja con la boca abierta, eso quiere decir que lo han hecho realmente muy bien y eso me pasó esta noche con Helevorn, que dieron un concierto simplemente espectacular, con un nivel musical exagerado y con una gran presencia escénica.
Esperemos que, pese a lo difícil que lo tienen para poder venir al proceder de las Baleares, no tarden mucho en volver porque es un delicia para los oídos su música, pero sobre todo sus conciertos.
Un nuevo cambio nos llevaba a la presentación del Juanma, también colaborador en Noche de Rock, además de guitarrista en Soulbane, de la siguiente banda en actuar, los santanderinos Reality Check, banda formada hace ya 7 años por un grupo de amigos con una larga trayectoria musical y que han editado el pasado mes de julio su disco debut llamado “Fears, Hope and Eternity”, probablemente el mejor disco, al menos para mí, de lo que va de 2019.
Arrancaron, como en dicho trabajo, con “Heaven and Hell”, una pieza que se inicia de manera lenta y tranquila, para luego coger fuerza, siendo un tema pegadizo, dentro del complejo estilo de la banda, en donde los contrastes en las intensidades musicales son la tónica, dejando a todos los presentes con la boca abierta y cosechando una fuerte ovación.
Tras saludarnos y presentarse, era el momento de “Starting again”, con la banda mostrando la gran clase que tienen, viéndoselos mucho más a gusto que la anterior vez que les vi, que ya es mucho decir, con una excepcional compenetración entre ambos guitarristas, y con una importante presencia de los teclados en ciertas partes del tema, sin olvidar la excepcional voz de Ovi, al que se le ve muy suelto sin el peso de la guitarra y sacando mucho más partido a su voz.
La gente estaba disfrutando y eso se notaba por los aplausos que cosechaban, dando paso ahora a “Faith”, precedida de esa grabación que también está presente en el disco, para entrar a saco con las guitarras, metiendo buena caña desde el inicio, con una grandísima combinación rítmica y mostrándonos, con la ejecución de los temas, que esta banda no tiene nada que envidiar a nadie dentro de su estilo.
Reality Check
Con la gente entregada a la banda, llegaba el momento de la sorpresa en forma de versión y es que, si en la anterior vez que les vi tocaron una de Gary Moore, hoy nos deleitaron con ese clásico que, como ellos mismo anunciaron, reconocimos rápidamente y es que ¿quién no ha escuchado el “Perfect strangers” de los Deep Purple?, pues, lógicamente, muy poca gente, por lo que fue muy aplaudida y coreada, por todos los asistentes.
Llegaba el momento de la despedida y de los agradecimientos a quienes habían hecho posible esto, dejándonos con esa pieza magistral y extensa que se llama “Everything is ruined”, un tema que es el clímax del sonido de la banda, con esas excelentes contrastes de sonidos y esa maravillosa interpretación de una canción que, siendo genial en estudio, en directo es de dejarte con la baba colgando.
Y así, tras 45 minutos de concierto, acababa la gran actuación de unos Reality Check que siguen avanzando por este año 2019, el de su confirmación absoluta, habiéndonos dejados sendos conciertos de una calidad impresionante, todavía mejor éste que el primero, donde se les ha visto mucho más confiados y cómodos sobre el escenario, lo que nos hace ver que es una de las mejores bandas que han surgido en Cantabria en toda la historia del rock.
Reality Check han llegado no solo para quedarse, sino para inscribir con letras grandes su nombre en la historia del rock regional y estatal; son todos grandísimos músicos y tienen grandes temas que han recogido en ese maravilloso disco debut ¿Qué más se puede pedir?
Y llegaba el momento de los Mind Driller, presentados por Coral Sancibrian, también colaboradora de Noche de Rock, una banda que me sorprendió que muchos de los presentes no conociesen, ya que estamos hablando de una banda con ya 8 años de bagaje y con 3 discos publicados, el último de los mismos, “Invotution”, editado a principios de esta primavera.
Los había visto en directo hace ya 4 años, cuando venían presentando su anterior disco “Zirkus” de ese mismo 2015, pero en aquella ocasión había sido en una sala, con los lógicas limitaciones de espacio; esta vez, teniendo un escenario más amplio, la experiencia iba a ser infinitamente mejor.
Con una tela de ouija tapando el escenario, con todo a oscuras y una intro sonando de fondo, comenzó la actuación del sexteto, con “Ritual”, la pieza que abre su actual disco, mientras todos sus miembros comenzaban a bailar y a interactuar entre ellos, algo que sería la tónica de toda la velada, siendo un tema pegadizo y que nos puso a botar, con los tres cantantes tomando las posiciones centrales del escenario.
Tras presentarse y preguntarnos si teníamos fuerzas, con positiva respuesta de los presentes, siguieron el recorrido a su nueva obra con “The game”, una pieza con un ritmo más lento pero muy pesado, jugando muy bien con esas intensidades, siendo un corte que les acerca más a sonidos góticos, para recordarnos que venían presentando nuevo disco, aunque la siguiente en sonar “My own law”, pertenecía a su opera prima “Red industrial” del 2012, comenzando a ponerse diferentes máscaras, algo que harían en diferentes momentos de la velada, siendo una gran canción, muy pegadiza y con mucho dinamismo sobre las tablas, que hacía que no supiésemos a dónde mirar para no perdernos nada de lo que estaba pasando arriba.
Regresaron al nuevo trabajo con “Zero” y ese comienzo inquietante que nos introduce en un corte muy potente, tras la que nos preguntaron qué cuantos de los presentes les conocíamos, siendo muchas la manos levantadas, antes de continuar el repaso a su actual plástico con “M4n1k1”, un tema que dedicaron a aquellos que prejuzgan a los demás, para el que sacaron un pequeño púlpito, siendo una pieza muy contundente y en donde contratan partes lentas con otras más rápidas.
Uno de los temas que más me gustan de la banda, al menos hasta ahora, es “Psycho”, de su anterior disco, y para la que se pusieron diferentes elementos de las películas de terror, como máscaras o delantales ensangrentadas, mientras no paraban de interactuar entre ellos, para continuar con “Ein ende”, la que cierra su actual disco, para la que pidieron que diésemos palmas, un corte con una sección rítmica brutal, sin olvidar la gran labor de Javi a la guitarra.
Mind Driller
Sin dejar su actual obra, era el momento de “Wo ist dein gott?”, con ese inicio donde la parte instrumental tienen más importancia, con los integrantes de la banda sacando crucifijos para dar más ambiente a la temática de la misma, otra de la joyas que guarda este “Involution”, antes de recordarnos que podíamos buscarles por las redes sociales para saber más de la actualidad del grupo y que en breve sacarían un nuevo video clip, siendo el turno de “The last drop”, de nuevo con las máscaras haciendo acto de presencia, demostrando la variedad de sonidos de este nuevo trabajo, ya que de nuevo aparecen sonidos más cercanos a la parte más gótico de su estilo.
En este momento, Javi, alma matter de la banda y guitarrista de la misma, se hizo con el micrófono para agradecer a Oskar de Noche de Rock que hubiera contando con ellos, reclamando nuestro apoyo para esas bandas, como ésta, que están buscando un hueco dentro de la escena y que no sólo se vive de las grandes bandas, siendo el turno de recordar su anterior obra con “Escape”, mientras dos de los cantantes manejaban al otro con unas enormes cuerdas como si fuera un títere, siendo una canción que me gusta mucho.
Nos pidieron que no acabasen con nuestros sueños, poniendo a todo el mundo a saltar con “Calling at the stars”, otra de su actual trabajo, con ese sonido fuerte que tanto caracteriza a la banda, antes de empezar a despedirse y agradecer a todo el mundo nuestra acogida, siendo el momento de “Rotten”, un potente que está también recogido en su nuevo álbum y que sonó muy potente y cañero.
Sin embargo, la banda aun nos interpretaría una pieza más, siendo esta el “Ich bin anders!”, uno de los temas más populares de su anterior trabajo, y para la que nos animaron a que nos pusiésemos a bailar y botar hasta que se cayese el techo de la pista, siendo muy cantado por todos los presentes y con el que dieron por terminada su hora de actuación.
La actuación de los Mind Driller fue sencillamente espectacular, siendo un concierto muy visual, algo en lo que la banda hace mucho hincapié para que mires a donde mires sus integrantes están muy activos, pero, y por encima de todo, porque tienen unos temas que te enganchan y hacen que no puedas parar de moverte a su ritmo.
Creo no equivocarme si digo que esta noche Mind Driller se ganaron un buen puñado de nuevos seguidores, gracias a estos directos que dan, de lo mejorcito que tenemos en este estado, y por esa conexión mágica que consiguen establecer con los presentes.
¡Mind Driller o como hacer que un concierto se convierta en una auténtica fiesta!
Y así, cerca de las 02.00 de la madrugada, acababa esta nueva edición del Asubiadero Fest, la primera realmente con la citada denominación, consiguiendo superarse en relación a la del año anterior, con un gran cartel, mucha aportación económica de los asistentes a la ONG Ruta 6 y un comportamientos envidiable de todos los presentes, pero, por encima de todo, vimos 5 grandes actuaciones, cada uno con sus estilos y características, y todo ello se lo debemos agradecer, una vez más, a la Asociación Noche de Rock que siguen empeñados, y que sea por mucho tiempo, que el rock y el metal suene por diferentes partes de Cantabria.