Hay grupos fieles a sus salas de cabecera, que siempre que visitan una ciudad tocan en el mismo sitio sin pensárselo dos veces, una fidelidad que hoy en día poco se cumple, pero si la cosa funciona, ¿por qué cambiar?, este es el caso de Capitán Cobarde y el Black Bird de Santander.

Capitán Cobarde ha tocado en el Black en numerosas ocasiones, unas veces con grupo, otras él solo con su inseparable mini bombo y la noche del sábado 27 de octubre regresó con un novedoso formato, un acústico pero que no sonó a acústico, dos tíos que hicieron mucho ruido y que plasmaron a la perfección los temas de Capitán Cobarde, por un lado el gran Alberto o Albertucho para los amigos, con dicho bombo y guitarra acústica, y por otro Carlos Erbez a la guitarra eléctrica y en un par de ocasiones a la viola, componente de Los Niños Perdíos, banda que lleva a acompañando al bueno de Alberto desde hace unos años.

Como nos gusta la puntualidad en el Black Bird, cuando toca un solo grupo los conciertos empiezan a las 21:30 horas, y así fue, aunque nosotros llegamos un pelín tarde por temas de conciliación familiar, pero justo a tiempo para escuchar los primeros acordes de “Camino de Vuelta” que empalmaron con “El Marinero”, pero sin David y Jose de La MODA como plasmaron en el directo “Capitán Cobarde” del 2015.

Capitán Cobarde tiene un público fiel, seguramente son los mismos que en cada cita del artista sevillano no faltan, sobre todo un pequeño sector de 4 ó 5 personas que lo dieron todo como hacen siempre en estas últimas visitas de Albertucho y los suyos. Segunda vez que realizaban este formato de dúo, lo estrenaron pocos días antes, y a mi parecer funciona bastante bien, no es lo mismo con la banda completa, pero se le asemeja bastante, salando las distancias.

Con rotura de cuerda incluida por parte de Alberto, continuando dándole calor a “Descuida” y “Jovencito Frankenstein”, y sobre todo con “Vergüenza” mientras la peña coreaba “queremos ir a misa, queremos ir a misa”, frase que se ha hecho popular sobre la polémica generada por la exhumación de Franco, al cerrarse el Valle de los Caídos, había gente que quería entrar sí o sí, “inventándose” excusas como esa, la que querían ir a misa.

“Vergüenza” es un tema con mensaje, con sentimiento, con pasión, muy de actualidad, y no podía faltar esa noche en el Black Bird, Alberto dijo, y con razón, que vivimos en un país donde los fascistas salen en prime time, refiriéndose a la aparición en el programa de Antena 3, El Hormiguero, del líder del partido de extrema derecha, VOX, Abascal.

Continuaron con “El No Murió”, la historia del toro indultado que no acabó fileteado, un toro para el consumo humano, no para el toreo aclaró, luego vino un tema inédito que formará parte del próximo álbum de la banda, “Parece Ser”, que si no nos gustaba estaría dispuesto a desecharla, dijo entre risas el bueno de Alberto.

Con “Mi Estrella” finiquitaron una actuación intensa, alegre y con mensaje, pero aún faltaban una serie de bises en la que incluyeron alguna que otra sorpresa, pero antes se ausentaron durante cinco minutos en el camerino para reponer fuerzas.

Regresaron con la sorpresa, con una versión del reivindicativo tema “Bella Ciao”, que hoy vive una nueva juventud a formar parte de la BSO de la exitosa serie televisiva La Casa de Papel, continuando con la intensa “La Gravedad de la Teoría” para acabar con “Alegría”, dos demás que no pueden faltar en el repertorio de Capitán Cobarde.

Nos quedamos con varias cosas positivas de la actuación, la primera que sales del concierto con una sonrisa de oreja a oreja, un chute de energía necesario en nuestras vidas, también que escuchamos por fin algo nuevo de esta gente confirmando que tendrán disco en unos meses, y por último, que la continuidad de Capitán y el Black Bird sigue estando presente y eso quiere decir que el año que viene más y mejor.