Barcelona es la última parada de “Ni descanso, ni paz!”, la gira que celebra el cuarenta aniversario de la fundación de La Polla Records y que supone su vuelta a los escenarios tras dieciséis años de silencio. Lo que iban a ser cuatro noches, sin contar su gira por Latinoamérica en 2020, se ha convertido en un doblete en cada ciudad, además de un par de conciertos semiclandestinos de calentamiento.
El Drogas ha sido el encargado de abrir cada noche y podríamos decir que también de poner a prueba el equipo de sonido. Él y su banda, continuación de Txarrena, sonaron con tal contundencia y calidad que, además de ponérselo difícil a los protagonistas de la noche, en cierto modo actualizaban el repertorio más clásico de Barricada. Durante hora y cuarto repasaron, casi a partes iguales, los himnos de Barricada y las nuevas composiciones de El Drogas y Txarrena, junto a un par de versiones de Cicatriz y Los Secretos.
Cabe destacar varios momentos como la dedicatoria de “Barrio conflictivo” a los chavales de Altsasu, presentes también en la camiseta de Brigi, el batería, y en los cánticos del público. También interpretaron la versión apócrifa del himno de España como introducción a “Come elefantes” y un “No hay tregua” versión karaoke, donde la voz corrió casi en exclusiva de parte del público. Incluido cierto coro no escrito que no falta en ninguna ciudad donde la hemos podido escuchar. La contundencia de la banda en temas como “Víctima” o “Peineta y mantilla” sumada a un Drogas más dinámico que nunca, tenían a los presentes entregados y sin reservar energía para lo que venía después.
El Drogas
En las enormes pantallas pantallas aparece una cruz ardiendo, acompañada de efectos visuales y de sonido de estilo cinematográfico. A la vez, comienza a sonar un “Salve Regina” de solemnidad gregoriana. En combinación con el recinto, el aforo y los precios, poco indica que vayamos a ver un concierto de La Polla Records. Sin embargo, todo vuelve a su ser cuando al coro gregoriano se suma la voz de Evaristo, empieza a sonar la distorsión de las guitarras y las pantallas muestran, con un intencionado efecto de baja calidad, lo que sucede en el escenario.
Si durante estos años de ausencia has seguido las andanzas de Evaristo, La Polla Records de 2019 no te sorprenderá demasiado. La mitad de la banda es Gatillazo, Txiki y Tripi, y la otra mitad los de siempre, Abel y Sume. Aunque en los conciertos de Gatillazo nunca faltaba una buena ración de temas de La Polla, la banda ha ido ganando entidad propia y dejando menos hueco para la nostalgia. Precisamente para combatir a lo bestia la nostalgia, los de Agurain han hecho una selección de nada menos que 44 temas, aproximadamente uno de cada cinco de los que compusieron a lo largo de su carrera.
La Polla Records
De entre todos sus discos los que más peso tuvieron en el setlist son Salve, Toda la puta vida igual y Revolución. Por otra parte, Bajo presión y Bocas se quedan sin hueco, desplazados por el repaso de los temas más carismáticos del resto de discos como “Gol en el campo”, “Radio crimen”, “No somos nada”, “Iván”, “El avestruz”, etc. Es innumerable la cantidad de himnos compuestos por La Polla Records desde el primer tema del primer disco. También hay espacio para algunos temas más rebuscados como “Memoria de muerte”, “Así es la vida”, “El suicida” y “Eutanasia”. Los títulos de estas canciones rescatadas, casualidad o no, parecen mandarnos un mensaje sobre esta reunión puntual y el futuro de la banda.
En lo extramusical, hubo relativamente poco tiempo para chascarrillos o comentarios sobre la actualidad. En parte por la cantidad de temas y vigencia de los mensajes que contienen. Y, por otra parte, como dijo Evaristo con su habitual humildad tajante, era consciente de lo que estaba sucediendo esos días en Cataluña pero le daba pudor tirarse el rollo desde su posición.