El pasado 9 de noviembre Madrid se preparaba para vivir una noche épica donde una de las mejores bandas de rock de este país se iba a despedir de la capital, y lo iba a hacer a lo grande. Todos los que estábamos allí teníamos una mezcla de tristeza y emoción y se demostraba en el ambiente. Queríamos seguir disfrutando de Berri Txarrak siempre, pero de momento íbamos a aprovechar esa noche al máximo.
Antes de salir al escenario, el grupo madrileño Pasajero fueron los encargados de abrir la velada. Poco a poco la gente iba llenando un Wizink Center que se preparaba para darlo todo. El cuarteto interpretó sus temas con precisión y animando a todas las personas que allí estaban. Ellos sabían que el plato fuerte era Berri Txarrak, y a ellos les dedicaron su último tema Intocables, y por supuesto les dieron las gracias por pensar en ellos para ser sus teloneros, algo que es un gran honor y que no olvidarán.
Pero a las 21:30, puntuales, llegaron ellos, el plato fuerte de la noche, el trío de Lekunberri se subió al escenario y saludó a todos los asistentes que estallaron en aplausos. Ahí fue donde comenzó uno de los mejores conciertos que ha dado Berri Txarrak, con una potencia increíble empezaron a sonar los acordes de Gelaneuria. Desde ese momento supimos que aquel no iba a ser un concierto cualquiera, iba a ser una demostración de lo que son capaces, y puedo asegurar que lograron asombrarnos con cada canción que sonaba.
Berri Txarrak
A medida que el concierto avanzaba el público iba metiéndose más y más en materia y los componentes del grupo no decepcionaban con ninguno de los temas que iban sonando. Un setlist repleto de temas imprescindibles como FAQ, Jaio, Libre, Iraila o Bueltatzen entre muchos otros con los que hicieron un repaso a los mejores discos de su carrera.
Gente llegada de muchas partes de la península acudió a Madrid para poder vivir en directo este concierto tan especial. Y muchos de ellos fueron los que entraron en el Wall of Deatch que la banda pidió para superar el que hubo en la Sala Razzmatazz de Barcelona justo una semana antes. Con la atronadora Zirku los más valientes se atrevieron a lanzarse a darlo todo. No importaba perder la camiseta o alguna que otra prenda, si había que dejarse la piel por disfrutar de ese momento, se dejaba.
La banda hizo dos bises, donde siguieron desgranando míticos temas como Maravillas, Sols el poble salva al poble, Leloa, Denak ez du balio, Ikusi Arte o Ikasten. Y tras dedicar unas palabras a todos los locales de Madrid por donde han pasado, incluyendo la etapa en la que la censura les hizo cambiar el nombre del grupo, dieron las gracias a una ciudad donde el público siempre les ha acogido con los brazos abiertos, y no iba a ser menos en su último concierto.
Berri Txarrak
Más de 20 canciones y dos horas y media de concierto con los que Berri Txarrak quiso dar un espectáculo emocionante, donde por momentos te ibas a dando cuenta de que en algún momento se iba a terminar, y la pena se iba a apoderando de todos los que estábamos allí. Los acordes de Katedral Bat y Oihu hacían presagiar que llegaba a su fin, pero lo hicieron dejando el pabellón muy alto y a todos los que estábamos allí emocionados por lo que habíamos vivido.
Casi sin voz, emocionados y con los pelos de punta, el pasado 9 de noviembre Berri Txarrak hizo historia en Madrid al dar unos de los mejores conciertos de su historia, y eso que ha sido larga. Se llevan el cariño de todos los que hemos seguido su música durante años, de los que hemos tenido la suerte de conocer un grupo único y diferente que será muy difícil de reemplazar.