La ciudad de Torrelavega y todo su entorno siempre ha sido una zona ligada a la reivindicación y a la lucha obrera, sobre todo entre finales de los 70 y los primeros años 90, pero, a medida que esa década fue avanzando, la resignación y el conformismo fue cayendo sobre los habitantes de la ciudad, en parte hastiados por los engaños de los políticos, salvo para ciertos sectores inconformistas, muchos de los cuales coincidían en lugares comunes como bares, manifestaciones y conciertos, en donde iban tomando forma diferentes proyectos, unos de más limitada duración y otros que han perdurado en el tiempo.
Entre estos está el Rincón Cubano Granma, una asociación que nació por el rechazo de un grupo de personas al bloqueo que estaba sufriendo Cuba por parte de los Estados Unidos, aunque abarcando todos aquellos ámbitos de explotación imperialista y mostrando solidaridad con los pueblos sometidos, demasiados a lo largo del globo terráqueo, y que este año 2019 cumple sus 20 años de existencia.
Desde su fundación, su actividad más visible ha estado en esa caseta situada en plenas fiestas de Torrelavega, punto de reunión y debate entre gentes con diferentes iniciativas, pero también de diversión, todo ello buscando trasmitir esa inquietud a aquellos que los quisiesen oír, recaudando dinero para diferentes proyectos en zonas tan castigadas por los grandes poderes como Cuba, Palestina o el Sahara, por decir alguno, llegando a recaudar para tales fines 90.000€ en estas dos décadas.
Para celebrar a lo grande este aniversario, decidieron organizar un festival de música de dos días, coincidiendo con el primer fin de semana de noviembre, con algunos de los más importantes grupos de la escena local y estatal, además de charlas, debates, proyecciones, actividades infantiles,… de alguna manera lo que hacen durante las fiestas de la patrona de Torrelavega pero a lo grande. Y es que el evento iba a tener lugar en un lugar tan poco frecuentado por la cultura como es el interior de la Feria de Muestras de La Lechera en Torrelavega, un lugar muy amplio y al refugio de las posibles inclemencias meteorológicas.
Por supuesto, todos los beneficios que se obtuviesen en dicho evento irían a una actividad solidaria, en este caso al proyecto socio-infantil en el Campo de Refugiados palestino de Aida Camp, que desarrollan junto con Pallasos en Rebelldía.; otra razón más para acudir o, si no fuera posible hacerlo, para apoyar mediante una donación a ese fila cero.
La primera jornada, la del viernes, contaba, en lo musical, con dos bandas locales como Embolo (aunque esté afincada en Catalunya) y A Duras Penas, que abrían y cerraban el evento respectivamente, junto a La Excepción, Xavi Sarrià y los aclamados Sons of Aguirre & Scila; como se puede ver, música variada pero con cierta predominancia del Rap en sus diferentes variantes.
Y para allá que nos acercamos, con cierta prontitud debido a la incertidumbre que teníamos sobre la cantidad de gente que pudiese haber a esas horas; lo cierto es que a nuestra llegada, casi con una hora de adelanto, aun había poca gente, pero aprovechamos para dar una vuelta y ver los diferentes stands que había allí montados.
Cuando fue posible acceder a la zona de conciertos, pudimos observar como en el techo se habían colocado unas telas, las mismas del Beltane Fest, para mejorar el sonido de un lugar, complicado de sonorizar, debido a que no está habilitado para conciertos en directo; lo cierto es que el sonido fue bastante bueno, en líneas generales, teniendo en cuenta el sitio en el que estábamos.
El primer grupo en salir fue Émbolo, que en la actualidad están integrados por Katango y Líbrida a las voces y Biano a los platos, y que vienen presentando su primer trabajo, llamado “Claraboya del Universo”, publicado este mismo 2019 y que repasaron casi en su totalidad, apareciendo sus cantantes con una intro de fondo y presentándose, para lanzarse con “Espirulina”, pidiendo acercarse a un público muy expectante.
Siguiendo el repaso a su disco era el momento de “Wota”, con los dos vocalistas moviéndose de un lado a otro sin parar y pidiendo que nosotros también nos moviésemos, para preguntarnos si había algún moderno en la sala, siendo el turno de ese “Tonto”, consiguiendo que la gente empezásemos a responder, un tema bailable y con una temática que gustó, cosechando fuertes aplausos.
Asegurándonos eso de que había salido todo mal y que Émbolo manda, llegaba el momento de “Bendito”, tras la que aseguraron que ellos estaban en la casa y habían venido a destruirlo todo, continuando su actuación, mientras iban ganándose a la gente.
Embolo
No estamos ante uno de esos grupos de rap que hablan de cosas banales sino que la reivindicación es uno de los mayores activos que tienen el grupo, con letras como la de “Fuego”, un alegato contra la ley mordaza, muy movida y en la que sus dos cantantes se quitaron las capas de boxeadores que llevaban, antes de endurecer aún más su actuación con “Bróquil”, dejándose la voz en la ejecución de los temas y mostrándose desafiantes.
Habían conseguido ese punto que andaban buscando y la gente ya copaba las primeras filas, continuando con “Gonorrea”, mientras ellos continuaban moviéndose, para seguir con “Europa”, toda una proclama para derribar muros y más concretamente vallas como la de Melilla, siendo uno de los temas más cantados de su actuación gracias a ese machacón y pegadizo estribillo.
Nos anunciaron que su tiempo se estaba acabando y que necesitaban nuestro calor ya que era el turno de “Estufa apagada”, otro tema que recibió muchos aplausos y en la que nombraron a algunas compañías eléctricas, comenzando a despedirse avisándonos que lo que querían era dinero para comprar “Aguacate”; realmente muy logradas sus letras.
Ahora sí que llegaba el momento de la despedida definitiva, con ese corte que comenzaba con el “Mi querida España” de Cecilia sonando, para luego mandar a tomar por culo las banderas y animarnos a quemar containers, dando por finiquitada su actuación tras 50 minutos sobre las tablas.
Lo cierto es que el concierto de Émbolo no me enganchó hasta la tercera canción, algo lógico teniendo en cuenta que no es un estilo que suela escuchar, pero luego me empezaron a atrapar gracias a esas letras reivindicativas y a su dinamismo en directo. Si los habéis escuchado en estudio, no os hacéis a la idea de la fuerza y el tirón que tienen en directo, al menos esta noche.
Sin duda, no es fácil comenzar un festival, pero el trió cántabro-catalán consiguió ganarnos gracias a su original concepción de la música, en la que entran distintos estilo, que casan muy bien, y con ese toque punkarra que subyace en el mismo.
No hubo que esperar mucho para tener sobre las tablas a la gente de La Excepción, ese grupo que conforman El Langui y el Gitano Antón a las voces, acompañados de un DJ, y que han regresado este 2019 para celebrar su 20 aniversario, habiendo editado, hasta el momento, 4 trabajos: el EP “En tu carrino paio” del 2002, “Cata cheli” del 2003, “Aguantando el tirón” del 2006 y “La verdad más verdadera" de hace 10 años.
Mientras sonaba una intro, aparecieron los dos protagonistas, con muchos aplausos para el Langui, el más conocido de los dos cantantes, ya con una buena afluencia de gente que comenzó a cantar el “Amos chacho”, de su primer disco, publicado en el 2003, que junto a su segunda obra, que contenía temas como “Jeeesus”, el siguiente en sonar, fueron la base sobre las que se sustentó su animado concierto.
Sin dejar ese segundo disco, era el turno del tema que daba nombre al mismo, “Aguantando el tirón”, para regresar a su primer plástico con ese “Lo caten”, mostrando su orgullo por ser de barrio, mientras nos animaban a hacer más ruido.
Llegaba el momento de recordar su colaboración con SFDK en el 2011 en ese tema llamado “La calle esta candela”, muy movido y animado, mientras seguían desgranando más piezas de su discografía, a la vez que nos pedían que levantásemos las manos, buscando en todo momento la complicidad de los allí presentes.
Uno de los momentos más destacados del concierto fue cuando dedicaron “Huron albino” a los gatos que se buscan la vida para cruzar la carretera, en la que nos pidieron que subiésemos las manos arriba y cantásemos con ellos, algo que consiguieron, tras lo cual El Langui recordó que se celebran 20 años de la formación de la banda y que, además, éste era el día de su 40º cumpleaños, reconociendo que era un placer celebrarlos en un evento como éste, con toda la gente cantándole el cumpleaños feliz.
Pero el concierto seguía y lo hacía con uno de sus temas más emblemáticos como es “Zapato ortopédico”, de su primer disco, muy cantado y que provocó que la gente se animase aun más, llegando la hora de “Perfil blanco payo”, una de su tercer trabajo y que dedicaron a aquellos que se visten de uniforme y abusan de su poder.
La Excepción
Comenzando a despedirse, regresaron a su disco debut con “No se puede er primo”, con la gente bailando con su música, para, evitando que aquello decayese, continuar con “Gambas al pil pil”, de su obra del 2006, con la concurrencia disfrutando.
Y es que, como ellos nos dijeron, no teníamos prisa porque aquello se acabase, lanzándose a esa mítica pieza llamada “Besolla F.S”, de su obra de hace 13 años, y que fue muy celebrada, como también lo sería la pegadiza “Jambo loco”, del mismo trabajo, con la gente bailando y acordándose del indeseable líder de Vox.
Preguntándonos que si queríamos más, con afirmativa repuesta, regresaron a su plástico del 2003 con “Oye compai”, mientras la gente seguía bailando, sacando después unos pasteles con unas velas para celebrar el cumpleaños antes mencionado, despidiéndose de todos nosotros con “La verdad más verdadera”, el tema que daba nombre a su trabajo del 2009, mientras nos pedían que levantásemos las manos y buscaban nuestra participación.
Y así, tras aproximadamente 75 minutos, acaba la actuación de La Excepción, que fueron despedidos con una gran ovación y es que se notaba que había mucha gente que tenía ganas de ver a la banda, ya que son muy entrañables y se han ido ganando el cariño y el respeto de los seguidores del rap gracias a su particular estilo, muy humorístico y llano, haciéndonos pasar un gran rato.
Sin duda alguna, La Excepción convencieron a sus seguidores y, a buen seguro, se ganaron un montón de ellos más
Y tras la diversión que nos trasmitía la anterior banda, era el turno de la reivindicación y la lucha a cargo de los valencianos Xavi Sarria i el Cor de la Fera, el nuevo proyecto en solitario del guitarrista y cantante de los extintos Obrint Pas, tras la disolución de ésta hace ya 5 años.
Con algo menos de gente que con los anteriores protagonistas, fueron subiendo los músicos con una intro que dio paso al tema que da nombre a su único disco en solitario, llamado “Amb l'esperança entre les dents” y publicado hace 2 años, que sería ampliamente repasado esta noche, lanzando un mensaje de esperanza desde el primer minuto.
Sin dejar este disco, era el momento de recordar al Kurdistán en lucha con “Quan cau el sol”, con la gente bailando, mientras nos anunciaban que eran la resistencia y que se levantarían sobre las cenizas, antes de abrir el telón de “El gran circ dels invisibles”, primer recuerdo a su anterior banda, lógicamente muy celebrado por todos y que ya se remonta12 años atrás.
No querían que aquello decayese y por ello a la anterior la unieron “Renaixem”, otro de los temas del disco en solitario del protagonista, un corte muy rápido y con la banda mostrándose muy compacta, para continuar en el mismo trabajo con la movida “Salvatges”, todas ellas muy bien recibidas por un público que, aunque mermó un poco en cantidad, no lo hizo para nada en intensidad.
El lento comienzo de “Nosaltres”, una más de su disco de hace 2 años, no debe despistarnos ya que enseguida comenzamos a movernos con ese sonido cercano al ska que nos evoca que nacimos para luchar y para vencer, para, tras recordarnos que era la segunda que estaba en Cantabria y pedir un fuerte aplauso a la gente del Rincón Cubano por montar esto, reconocernos que, en estos tiempos de represión, nos verán luchando en la calles, continuando con esa mítica ya “Ingovernables”, que puso aquello patas arriba.
Un nuevo paso por su anterior aventura, nos llevó al 2011, año en que se publicó el último trabajo de Obrint Pas y en donde se encontraba incluido “La vida sense tu”, con la gente saltando como si no hubiese mañana, antes de desenterrar la memoria de nuestros abuelos y abuelas que lucharon contra el fascismo, lanzándose, al grito de no pasaran, con “Temptar la sort”, de su único disco en solitario, con la banda dándolo todo sobre las tablas.
Xavi Sarria
Y, si faltaba algo para que aquello saltase por los aires, ahí llegaba la versión del “Sarri Sarri” de los inigualables Kortatu, que fue presentada como una para los de la vieja escuela, haciendo disfrutar a todos los presentes, siendo seguida, sin tiempo que perder, por la esperada “Som” de los Obrint Pas, publicada en su disco del 2004.
Más relajada fue la siguiente en sonar, “Ànimes navegables”, de su único trabajo en solitario hasta la fecha, un tema en el que Xavi estuvo en la mayor parte solo acompañado del teclista, y que dedicó a aquellos que ya no están, contrastando con la rápida e intensa “Soledat”, en la que los coros que interpretan Berri Txarrak en el disco sonaron grabados.
Proclamaron que ellos hacen la caza de brujas y nosotros estaremos esperándolos con la danza de los condenados, siendo el turno lógicamente de “Caça de bruixes”, pidiendo a la gente agacharse en un momento de la misma, para despedirse, presentando a los músicos y técnicos de la banda, con la genial “Atrevir-te”, la última que sonaría de su disco en solitario, muy bailable y pegadiza, con la que dejaron momentáneamente el escenario.
No hubo que esperar mucho para que el grupo volviese, recodando, que cuando empezaron Obrint Pas, un amigo suyo fue asesinado por los nazis, así que nosotros los comunistas tenemos la llama para luchar por los más débiles, siendo el momento de la esperadísima “Viure”, con ese pegadizo y muy cantado estribillo que dice eso de “…Lluitar, crear, construir poder popular!!”, dejándonos definitivamente con ese sonido tranquilo con el que comienza “La flama”, luego intensificado, uno de los temas más celebradas de su anterior proyecto, con todo el mundo bailando y cantando, marchándose con el recuerdo a los pueblos que luchan.
Xavi Sarria i el Cor de la Fera arrasaron esta noche, dando un gran concierto, muy animados y muy entregados durante los 75 minutos que duró, ganándose a la gente casi desde el principio y, al menos en mi caso, conquistándome ya que no tenía muy seguida la trayectoria del protagonista, más allá de haberle visto con Obrint Pas en un Rebujas hace 7 años, y espero volver a verlo por acá en poco tiempo.
Sin duda alguna, esta noche los valencianos se ganaron muchos seguidores gracias al conciertazo que se acabaron marcando.
Y, tras otro cambio, y manteniendo la exquisita puntualidad con la que estaba discurriendo el festival, llegaba la actuación del que era el grupo más esperado por la mayoría de los presentes, es decir Sons of Aguirre & Scila, aunque antes la gente del Rincón Cubano Granma leyeron un comunicado sobre sus acciones y la historia de dicha asociación.
Y con la gente de Scila encima del escenario comenzaba dicha actuación, mientras sonaba la intro que precede a “La cigarra y la hormiga”, el mismo tema que abre su único disco con esa denominación, llamado “Azul/Rojo”, publicado el pasado año y que es uno de los que más he escuchado durante este 2019, saliendo después Sons of Aguirre y Msías un poco más adelante, poniendo aquello patas arriba, pese a que el sonido no era todo lo bueno que debería por la acústica del local.
Sin dejar dicho disco, pero adentrándonos en la parte azul del mismo, era el turno de “Vete a Cuba”, muy acorde teniendo en cuenta el aniversario que estamos celebrando, un corte que ya abría el primer trabajo de los Sons of Aguirre “Si es legal es ético, si no fuera ético, sería ilegal” de hace 3 años, tras el cual nos saludaron y agradecieron al Rincón Cubano Granma el haber contado con ellos, para, después de haber solucionado unos problemas con los monitores, volver a la parte roja de dicha obra con ese “Mata a tu coach”, como las precedentes, muy cantada.
Poco después de que les viese en el Beltane Fest de este año, la banda publicó un nuevo tema llamado “Aporofobia”, que fue el siguiente corte en caer, no sin antes lanzar un mensaje de apoyo a la gente que esta luchando en Ecuador y Chile por mejorar sus condiciones, en donde los Scila demostraron lo grandes músicos que son.
Se lanzaron a interpretar un trozo de “Ajo infuso”, de su trabajo del 2016, antes de regresar a la parte azul de su actual obra con la genial “Privilegiados” que hizo que aquello se convirtiese en una olla a presión, con las primeras filas ya repletas de gente.
Sons of Aguirre & Scila
Y sin dejar la parte azul de dicho disco, era el momento de uno de mis cortes favoritos de la banda como es ese “Napalm de libre mercado”, otro de los que ya estaban presentes también en su obra del 2016, con todo el mundo saltando, animándonos a movernos, tras la que dividieron al público para hacer un wall of death, mientras se acordaban del indeseable líder de Vox, regresando a la parte roja del plástico con “Nosotros también sabemos hacer temas serios (N.T.S.H.T.S)”, a la vez que la gente disfrutaban y se empujaban entre ellos.
Nos anunciaron que era hora de irse de excursión y es que era el momento de “Valley of the fallen”, una de las piezas editada el pasado año, muy acertada por lo acontecido estas últimas semanas, con la gente muy desfasada, y la banda quemando un pañuelo de Vox, mientras el público se burlaba de los habituales a ese lugar con el “...queremos ir a misa…”, regresando a actual plástico con “Cristales rotos”, ese tema de la parte roja del mismo que canta Msías acompañado de una guitarra y que siempre es muy celebrada.
De vuelta a su obra del 2016 era el momento de “La de los maniquíes”, muy movida y con la gente bailando, antes de empezar a despedirse agradeciendo a la organización su labor, ya que reconocieron que no hay muchos sitios así, recordándonos que aquí los que mandan son “Los chicos del FMI”, el corte que cierra su actual disco y que también estaba presente en su primer trabajo, muy cantada por todos los presentes.
Mientras los tres cantantes abandonaban el escenario, los chicos del Scila se presentaron y se lanzasen a interpretar un trozo del “The Trooper” de los Iron Maiden, interrumpido por la aparición de los Sons of Aguirre y Msías, presentando a los músicos y lanzándose a interpretar ese “Velociraptor vegano”, con uno de los colaboradores del Rincón Cubano disfrazado y bailando sobre el escenario, concluyendo con el tema “Pop” de La Oreja de Van Gogh sonando por los altavoces mientras se despedían.
Una vez más, Sons of Aguirre & Scila dieron un gran concierto durante los 75 minutos que duró su actuación y eso que las condiciones del recinto deslucieron en parte la misma, pero no hay quien pueda con ellos en directo, tanto por su consistencia sobre las tablas como su enorme entrega.
Están llamados a ser una banda aun más grande, gracias a esos temas con mensajes tan directos y que llegan a todos aquellos que creemos que las cosas no son como nos las quieren pintar.
Y aunque no tenía intención de quedarme, ya que al día siguiente tenía que madrugar para ir a trabajar, no me pude resistir y me quedé a ver en directo a los chicos de A Duras Penas, pese a que el cansancio empezaba a notarse y que tenía pinta de que al día siguiente podía notarlo.
Lo cierto es que los de Katanga son una garantía en directo y aquella noche consiguieron que un buen puñado de asistentes nos quedásemos y disfrutásemos de una actuación que, incluso, empezaron antes de hora, con los músicos saliendo al grito de 39300, estando su repertorio muy centrado en su “Narcovadonga”, publicado este mismo año y que se iniciaba con el primer tema que sonaría esta velada, es decir “Rock del barrio”.
Mostrándose encantados de estar en este festival, siguieron el repaso al citado disco con la muy movida “Cromosoma delincuente”, con toda la gente disfrutando, para lanzarse con ese “Huellas de libertad”, que dedicaron a los que tienen que ir a trabajar y también para los que no tienen trabajo.
Continuaban desgranándonos esos cortes que se encuentran en el gran disco que sacaron esta primavera con “Kemasda”, algo más relajada que las anteriores pero igual de cantada, siguiendo con “Lobo de mar”, con Toño, su cantante principal, totalmente entregado.
Lanzándonos agua desde el escenario por si teníamos calor, llegaba el primer corte que sonaría de su anterior “Reproches”, del 2017, concretamente la muy celebrada y cantada “Filosofía del mozín”, después de la cual se repitieron los gritos de 39300, para volver a su nuevo disco con “Tinta y desquicio”, otra buena canción como son todas las que engloban dicho trabajo.
Pero si hay una que fue la que primero me entró de dicho álbum fue “Narcovadonga”, que fue la siguiente en sonar y que se ha convertido en un himno de la banda, para, tras anunciar que tenían discos a la venta en el merchán, por donde podíamos pasar después para charlar con ellos, continuar con ese pedazo de tema que hicieron junto a Raimundo Amador llamado “Dos cuchillos en el pecho”, una autentica delicia.
A Duras Penas
Sacaron a Alejandro, uno de los organizadores del festival , en reconocimiento por su labor en esto y en el ayuntamiento de Torrelavega, donde es concejal por ACPT, anunciándonos que iban a empezar a despedirse, siendo el momento de “Caprichosa y perra”, tras la que se repitieron los gritos de “…queremos ir a misa…”, continuando con “Espina etílica”, donde la percusión se lució especialmente y es que está noche la banda actuó en formato grande, siendo los integrantes presentados durante la misma.
Sin dejar este actual disco, era el turno de buscar “Oro entre basura”, una canción que tiene un mensaje muy positivo, tras las que sacaron una careta del dictador que sufrimos en este estado durante 40 años para quemarla, preguntándonos cómo íbamos de palmas, con positiva respuesta y lanzándose a por ese “Las palabras hieren”, que cerraba su obra de este año.
Se despidieron, anunciándonos que ahora pararían para ponerse a componer, dejándonos con el tema que daba nombre a su anterior disco, “Reproches”, seguido por otro corte del mismo álbum, “Pretérito imperfecto”, que habla de unos chavales del Barrio Covadonga saliendo por la zona de vinos, con la presencia en el escenario del colaborador del Rincón disfrazado con una guitarra clásica, la cual rompió sobre el escenario.
Y aunque abandonaron brevemente el escenario, aun tuvieron tiempo de tocar una más, siendo esta “Perro malo”, con la que dieron por terminada su actuación tras 75 minutos sobre las tablas y habiendo conseguido que nos olvidásemos del cansancio y disfrutásemos con su divertido concierto.
A Duras Penas consiguieron mantener mucha gente pese a las horas que eran, lo cual ya es un logro, pero es que además nos hicieron bailar y cantar, trasmitiéndonos lo bien que se lo estaban pasando ellos sobre el escenario.
Es lo que tienen una banda cuando es buena, que pueden sacar adelante un concierto hasta en las condiciones más adversas, contando con la ventaja de tocar en casa y sintiéndose muy a gusto.
Y, nada más acabar la actuación de A Duras Penas, salí corriendo de allí porque había que madrugar al día siguiente, pero muy contento por lo vivido tanto a nivel de conciertos, muy buenos todos, cada uno en su estilo, como por el buen ambiente allí vivido; ahora tocaba descansar y afrontar la segunda jornada, mientras en el recinto seguiría la fiesta con DJ Larein.