El Drogas ofrece en Vitoria-Gasteiz una noche llena de recuerdos
No hay mejor manera de dar carpetazo al penúltimo mes del año que con un buen concierto, y tratándose en este caso de un artista como El Drogas, la cita en la sala Jimmy Jazz de Vitoria-Gasteiz era ineludible.
Con las entradas agotadas desde hace tiempo, se preveía una noche llena de recuerdos gracias a esos temas clásicos de aquella gran banda que fue Barricada, pero lo que es más importante, una noche llena de temas nuevos, porque a Enrique Villarreal se le podrán achacar muchas cosas, pero desde luego vivir de las rentas no es una de ellas.
Así lo demuestra con su recién publicado quíntuple disco, “No quiero brujas en esta noche sin compañía” donde vuelve a dejar patente que su fluidez compositiva no da síntoma de sequía, sino todo lo contrario, va más allá y es capaz de meterse a un estudio a grabar 42 canciones y experimentar ritmos y ambientaciones sonoras hasta entonces poco habituales en él, pero que le van como anillo al dedo.
El Drogas
Como no podía ser de otro modo, este nuevo disco viene de la mano de otra nueva gira que le llevará por toda la geografía peninsular, y a pesar de que hace poco más de un mes les vimos compartido noche con La Polla Records en su vuelta a los escenarios, en esta ocasión el absoluto protagonista del repertorio era el nuevo trabajo discográfico.
La noche empezó con el cantante pamplonica sentado al piano y la sala casi en silencio disfrutando de “Tienes dos manos”, donde la banda también se adecuó a esta atmósfera portando “Flako” un contrabajo y “Brigi” cambiando las habituales baquetas por escobillas para su batería. Poco a poco se iban sucediendo los temas acústicos con Enrique tocando la guitarra de 12 cuerdas, pero no todo iba a ser tranquilidad, ya que temas como “Pena de muerte” o “Aquí no tienen nombre” sonaron con gran contundencia haciendo subir la intensidad en el público.
El Drogas
Junto con los temas que dan forma a su último disco, sonaron tanto temas de su anterior trabajo “Demasiado tonto en la corteza”, canciones clásicas como “Todos mirando”, “Animal caliente” o “Bahía de Pasaia”, que fueron los más coreados por la gente, sin olvidarnos de la versión de la desaparecida banda gasteiztarra Cicatriz, “Enemigo público” o la habitual “Frío” de Alarma.
Tras seguir mezclando en su repertorio temas más tranquilos como “Reír tu boca” o “Gota a gota”, en la que “Txus Maraví” se atrevió con el pedal steel, comenzaría esa subida de intensidad que duraría hasta el final del concierto, compatibilizando canciones nuevas como “Con pinturas de guerra” con otras tan escuchadas y coreadas como “Oveja negra”, llegando al colofón final de esta actuación de casi 3 horas con “En blanco y negro”.
Podemos decir sin miedo a equivocarnos que estamos ante uno de los artistas más activos del panorama estatal, que se atreve a hacer lo que le da la gana sin miedo a equivocarse y que en sinergia con su banda forman un auténtico tótem del rock and roll.