El último día del mes de noviembre le tenía apuntado, desde muchos meses atrás, como una de esas citas a las que no puedes faltar o sabes que te vas a arrepentir, habida cuenta de las bandas que configuraban este evento.
Y es que, con el nombre de “Back to the mosh days”, se han juntado 4 grupos de Thrash y Death Metal de la zona norte del estado para realizar una serie de conciertos, cuya primera entrega fue en marzo en Portugalete y la segunda cita sería este sábado en el Rock Beer The New.
¿Qué quienes son estas bandas? Pues ni más ni menos que Karonte y Mordor desde Cantabria, Dormanth desde Bizkaia y Aposento desde La Rioja, bandas con trayectorias todas ellas superiores a los 25 años, con una calidad incuestionable, incluso, en algunos casos, compartiendo integrantes, como veremos más adelante.
Teniendo presente que las dos bandas cántabras hacía muchos años que no se prodigaban por nuestra tierra y el gran nivel de las otras dos formaciones, la cita era, a priori, una de esas fechas que ningún seguidor del metal cañero debía perderse, porque, además, el precio, 10€, animaba a acudir. Y la verdad es que la gente respondió con creces, llenando, como hace mucho no se recordaba, el mencionado local.
El primer grupo en salir, con una puntualidad intachable, fueron los chicos de Karonte, que, por diferentes circunstancias, no habían vuelto a tocar en directo en nuestra tierruca desde hacía más de dos años, por lo que había muchas ganas de ver a los del valle de Buelna, comenzando su velada con “Carne”, el corte que abría su segundo larga duración, “Paraíso sin fe”, publicado ya hace 7 años y que demostró que la banda sigue sonando como un autentico cañón.
Sin pausa alguna, nada más que para saludarnos brevemente, continuaron con “Cobaya”, la canción que abría su demo del año 98 “Bendita hipocresía”, aunque luego fue recuperado para su disco “Vivo y resucitado” de hace 5, y que muestra toda la crudeza y rapidez de los primeros años de la banda, tras la que nos agradecieron el haber venido y vacilaron sobre esta reunión del Imserso, a tenor de la media de edad de los presentes, grupos incluidos, antes de regresar a su obra del 2012 con el tema que lo daba nombre, “Paraíso sin fe” y que sonó brutal.
Karonte
Después de la anterior y sin pausa con la misma, llegaba el turno de “No hay vida sin dolor”, el primer corte que caería de ese disco compartido con Bloody Brotherhood llamado “Alliance for death domination” y que se editó hace 2 años y medio, un temazo que cuenta con muchos cambios de ritmo, para, tras cambiar Isma el cable del bajo que le estaba dando problemas, continuar en el mismo trabajo con “Dominación”, que sonó con una contundencia realmente atronadora.
Tras hacer algunos ajustes técnicos, regresaron a su disco del 2012 con esa “balada” que dijeron era para que bailásemos agarrados, es decir “Falaris”, sonando a toda pastilla y pidiéndonos, en medio del mismo, que hiciéramos ruido, un temazo, como es el que le sigue en el disco “Repta humano”, antes del cual se empezaron a despedir y reiteraron los agradecimientos, un corte que presentaron como de tecno y que es un auténtico rompecuellos y de mis favoritos de la banda.
Ahora sí que llegaba el momento de la despedida, haciendo hincapié en que éste era un concierto maldito y que hacía mucho que no tocaban, concluyendo su actuación con la rápida e intensa pieza que abría su disco compartido, es decir “El ocaso”, con la que dieron por terminada su velada, tras más o menos 40 minutos sobre las tablas
La verdad es que, además de por qué me gustan mucho y hacia mucho que no los veía, hay que decir que tenía muchas ganas de verlos porque quería tantear como estaba la banda de forma y lo cierto es que, a tenor de lo visto esta noche, están como un tiro y sonaron de manera brutal.
Ojala la actividad de la banda en directo vuelva a ser más habitual y es que, y lo digo como lo siento, son una de las bandas que más me gustan de metal extremo y esta noche dieron un gran concierto.
Un cambio muy rápido y ya teníamos sobre las tablas a los bizcaínos Dormanth, que comparten bajista con Karonte desde hace ya más de dos años y que venían presentando su Ep “Abyss” de este mismo 2019, que fue uno de los pilares de su actuación, que comenzó, precisamente, con un corte de dicho trabajo, “Sea of trees”, mostrando toda la intensidad que la banda puede trasmitirnos.
Siguieron con “Black moon”, tema que han recuperado para su nueva obra, pero que ya estaba presentes en su Ep del 2015 “Voice of the soul… Under the tears of sun”, que sirvió como carta de presentación de la misma tras casi 20 años inactivos, pidiéndonos desde las tablas que animásemos, tras la que nos saludaron y solucionaron algunos problemillas técnicos, mostrándose encantados de estar en Cantabria, para continuar con “Lost in the Sky”, primera canción que sonaría de su disco del 95 “Valley of dreams”, un auténtico hito en su momento, mostrándose a la banda disfrutando.
La siguiente la presentaron como una lenta que conocíamos todos, siendo ésta “Shadows of a tear”, la mítica canción que abría el anteriormente mencionado primer disco y que han querido recuperar para su nuevo trabajo, pidiéndonos que animásemos, antes de tomarse un breve respiro y continuar con la pieza que cerraba el mismo plástico, la lenta pero deliciosa “The eye”, buscando en todo momento que la gente se metiese aun más en el concierto.
Dormanth
Nos dijeron, en broma claro está, que la próxima era la última, siendo el momento de “Silent room”, un gran corte de su más reciente obra, con muchos cambios de estilo y donde se nota lo trabajado del mismo, para preguntarnos si tocaban otra, con positiva respuesta, antes de interpretar la que dijeron fue la primera canción de la banda, allá por el año 93, “When the dreams bleed”, aunque curiosamente, hasta su disco del 2016, “Winter comes”, no había sido publicado, sonando altamente cañera y con ese sonido de mediados de los 90.
No quisieron obviar su anterior trabajo, “Ix Sins” del pasado año, y se lanzaron a interpretar “Like ice”, no sin antes recordarnos que era el último concierto de su guitarra Miguel y animarnos a levantar los cuernos, siendo un tema muy intenso y que me gustó mucho desde la primera vez que le escuché, antes de avisarnos que su actuación tocaba su fin y que si queríamos podíamos pasar por su puesto de merchán, dejándonos del tirón con “Wave”, la pieza que abre su actual plástico y con una versión de Hypocrisy, con la que finiquitaron su velada, tras 45 minutos sobre las tablas.
Personalmente, me gustaron mucho Dormanth, una banda que supo ganarse a la gente, bastante fría en un principio, y todo eso fue a base de tesón y entrega, además de por la gran calidad de su música y de la ejecución de sus temas..
Creo que Dormanth es uno de esos caso de bandas que deberían tener un mayor reconocimiento del que tienen, que han sabido renovar su sonido sin dejar de sonar potentes y que, desde su retorno de hace 4 años, están muy activos; veremos a ver como se reestructura la banda con la marcha de Miguel, pero esperemos que sea para bien.
Curiosamente, a Aposento, la más veterana de las bandas que tocaban esta noche, apenas los había escuchado y, por tanto, era una gran incógnita para mí lo que iba a encontrarme esta noche, no tanto en lo musical, que algo había escuchado en internet, sino de cara a su puesta en escena.
Y comenzaron a machete, mientras interpretaban un preámbulo a modo de chequeo que les introdujo en “La mano de la muerte”, un corte tocado a toda velocidad y que estaba presente en “Retorno a la muerte”, su Ep del 2012 que supuso su vuelta a la actividad tras 15 años de inactividad, para, tras cambiar de micro por unos problemillas, interpretar “Portrait of a Killer” a toda pastilla, un tema de su más reciente obra, “Bleed to death” de hace 2 años, mientras nos animaban a hacer la señal de los cuernos.
No había tregua en este inicio del concierto y al anterior la siguió “Aliens-seres del más allá”, la canción que abría su primer larga duración, de titulo homónimo y que se editó hace 5 años, con mucha intensidad en la música que nos ofrecían y pidiéndonos que nos moviésemos más, para, tras tomarse un brevísimo descanso, recuperar “Disgorging blood”, que estaba en su demo del 93 “Eternal agony”, aunque también aparecería en posteriores grabaciones, siendo un corte muy agresivo y que hizo retumbar la sala con su energía.
Tras tomar aire, nos llevaron de nuevo a su más actual obra con “Bleeding flesh”, ese temazo que le abre, lenta y pesada, con su batería haciendo auténticos malabarismos con las baquetas, complementado por su bajista, mientras las guitarras nos deleitaban con sus sonidos y el cantante, impresionante toda la velada, se decidió a bajar a animar a los presentes, cantado allí mismo una parte del mismo.
Aposento
Era el momento de presentar un corte nuevo, según el setlist llamada “Liber al vel legis T2”, que anunciaron que iría en su futuro disco y que era la primera vez que tocaban en directo, una pieza que me pareció muy elaborada y con muchos matices, antes de regresar a su actual obra con “Slaughtered”, que sonó muy rápida y cañera, provocando el primer amago de circle pit de la noche.
Una de las piezas que más me gustó de los riojanos fue ese “Serve from Hell”, que estaba en su primer Ep “Welcome to darkness” de hace 22 años y que es un auténtico himno, muy potente y con muchos cambios de intensidad, antes de anunciarnos que su actuación se iba acabando, continuando con “Alma condenada”, la que cerraba su trabajo homónimo y que sonó muy cañera, con partes muy rápidas y muy intensas y su cantante bajando nuevamente para cantar entre las primeras filas.
Ahora sí que llegaba el final de la actuación y lo haría con dos piezas, primero con la brevísima “Bloody ritual”, que daba nombre a su primera maqueta, tocada a toda velocidad, siendo seguida por “Partially Deceased Syndrome”, de su más reciente obra, también muy rápida y con su cantante bajando para hacer un circulo con la gente, dando por terminada su actuación en todo lo alto, tras más o menos 50 minutos.
Está claro que la propuesta de Aposento era la más rápida e intensa de toda la noche y nos ofrecieron un concierto muy cañero, demostrando una gran calidad, tanto en la ejecución de los temas como en la búsqueda de participación de la concurrencia, algo que hizo que ésta se integrase aun más en el concierto.
Un gran descubrimiento para mi estos Aposento que, con su Death Metal de la vieja escuela, nos hicieron vibrar y encantaron a los que les conocían y sorprendieron gratamente a quienes sólo los conocíamos poco menos que de oídas.
Y después de haber disfrutado de estas tres bandas, llegaba el momento de la banda más esperada por gran parte de los presentes, ya que el turno del regreso a su ciudad natal de unos Mordor, que, si no me fallan los datos, hacia más de 6 años que no actuaban en la capital cántabra. Por cierto, para quien pueda estar despistado, desde hace ya más de 15 años el cantante de Mordor es Kini de Karonte.
Y comenzaron su actuación con “Imagina que eres dios”, muy rápida y demostrando el quinteto, ya de primeras, la enorme calidad de sus componentes, antes de continuar con la mítica “Enterrado vivo”, la que abría su aclamado disco “Hogar, dulce hogar” de hace 25 años y que tanto caló en toda una generación cántabra, provocando, durante dicho tema, que el primer valiente, nuestro amigo Edu, se lanzase desde el escenario.
Tras agradecernos el haber venido y el quedarnos hasta el final, reconocieron que tenían muchas ganas de tocar en Santander ya que hacía mucho que no actuaban, continuando el repaso a su disco del 94 con “Veredicto”, una pieza que sonó muy intensa y con parte del público haciendo círculos, algo que fue jaleado desde el escenario, ya que se estaba calentando la cosa, antes de ir al segundo y hasta la fecha último trabajo de la banda, “Evolución” del 97, y que contenía temazos como esa “Canción de odio”, con la banda sonando como una apisonadora.
Tras tomarse un breve respiro, fueron con un tema nuevo, “Libérame”, que comenzó de manera pausada y contundente, pero con mucha intensidad, desembocando en un final acelerado y cañero, tras la que quisieron agradecer a la sala y a las bandas el haber compartido esta experiencia, pidiendo a la gente que animase más, lanzándose con ese “Gritos ahogados”, otra de su disco de hace 22 años y que sonó a toda pastilla, con el público disfrutando.
Madball
Cerciorándose de que aquello se oía bien, prosiguieron con “Loco”, otro de los temas que han no han sido publicados, y que tiene mucha potencia, sonando muy cañero y gustando mucho, antes de que llegase la esperada “¡Voy a Volar!”, presentes en su disco del 94 y que es la canción más popular de la banda, siendo recibida con júbilo por todos los presentes; creo que todos nos sentimos mucho más jóvenes en ese momento.
Nos acercábamos al final del concierto, pero aún nos quedada otro temazo por degustar, siendo en esta ocasión “Sherezade”, otra de las piezas claves del “Hogar, dulce hogar” y que provocó que la gente sacase las últimas fuerzas que les quedaban para darlo todo, concluyendo la actuación tras más o menos 50 minutos sobre las tablas.
No voy a descubrir la pólvora si digo que Mordor son una banda como ha habido pocas en Cantabria, y que dieron una grandísima actuación, cuya única pega es que se prodiga muy poco en directo, y que ojalá pudiéramos ver muchas más veces; deberíamos exigirlos que dieran más conciertos para deleite de todos.
La banda, pese a su poca actividad, esté en una forma intachable, y sólo nos queda esperar que esas canciones nuevas vean la luz en algún tipo de formato y, por supuesto, que den muchos más conciertos.
Y así concluía una gran noche de metal extremo, donde todo se ajustó a los horarios previstos, el sonido fue bastante bueno, al menos desde afuera así lo percibí, y hubo una gran cantidad de gente, sirviendo el concierto para el reencuentro con viejos amigos que hacía muchos que no veíamos en un evento, lo que siempre es algo digno de mencionar y agradecer.
Espero poder volver a ver a las 4 bandas en poco tiempo, ya que salí muy contento por haber disfrutado de sus descargas y de que, por fin, se viviese una noche de metal en Santander como las de antaño.
30/11/2019 
Txutxy Cano 
Txutxy Cano
Rock Beer The New, Santander, Cantabria
