El grupo madrileño Vetusta Morla despidió su gira “Mismo sitio, distinto lugar” con tres conciertos seguidos en casa, en el Wizink Center de Madrid. El sábado 28 de diciembre la banda hizo el sold out, y ahí estuvimos para contarlo.
El espectáculo comenzó con la canción que da nombre al disco y a la gira: “Mismo sitio, distinto lugar”. Si algo quiero destacar de la actuación son las ilustraciones de las pantallas, ya que acompañaron cada tema y lo fueron narrando. Las imágenes más animadas las tuvo “Palmeras en la Mancha”, puesto que la historia que cuentan fue apareciendo en forma de cómic. El final de “Golpe maestro” estuvo marcado por un gigante “nos han dejado vivos” en la pantalla, que dio paso al discurso reivindicativo de Pucho, el vocalista del grupo.
El cantante se dirigió hacia el público mediante un lenguaje inclusivo: “gracias por venir a esta fiesta de despedida, espero que la disfrutemos todos, todas y todes”. Asimismo, definió el concierto de música como “un lugar de transformación” y así defendió que en el lenguaje ocurre lo mismo y “se producen cambios”.
Vetusta Morla
En estas palabras quiso dar su apoyo a los ‘Menas’ (menores extranjeros no acompañados), o más bien, hablemos claro: niños extranjeros sin el cuidado de sus padres. También defendió a las nuevas generaciones que “inculcan cambios para que el planeta no se vaya a la mierda”. Y después de estas reivindicaciones, nos dio las gracias “por venir esta noche a transformar este veneno, el poder transformador del amor”.
Y sí, creo que consiguió que ese veneno echara su flor.
Un punto de luz verde iluminó al grupo, y las moscas acabaron ocupando toda la pantalla. “La mosca en tu pared” desgarró más de una garganta de la gente que estuvimos allí presente. Otro de los momentos más especiales vino con “Cuarteles de invierno” una melodía que nos anima a despegar para que el duelo no nos atrape. La morriña de tiempos anteriores de Vetusta llegó en “Al respirar” o en “Un día en el mundo”, en esta última salieron imágenes antiguas de la banda.
Por desgracia hubo un gran fallo en el concierto en “Mapas”. Como otras veces, Pucho bajó hacia el público, pero desde el inicio del tema el sonido falló y no llegaba a salir de los altavoces, algo que ocurrió varias veces durante la canción. Sin embargo, el cantante llegó hasta la mesa de sonido, es decir, el final del Wizink Center, caminando por todo el público y regresó de la misma forma. Y pese a esos fallos, fue todo un espectáculo ese momento.
Vetusta Morla
La novedad 3.0 la encontramos en “Te lo digo a ti”. En este tema Pucho se grabó mientras cantaba con una cámara en modo selfie y esa imagen se retransmitió en streaming por las pantallas.
Pero sin duda, lo mejor del concierto fue la elección de las cuatro canciones finales. Para empezar este manjar de sintonías, “Los buenos” hizo el honor para recordarnos que disfrutemos del ahora, y que “ya llegará lo del cementerio”. Y también consiguieron trasladarnos a esa agonía de ruptura sentimental en forma de silueta de pájaro con “El consejo de sabios”.
La crítica más feroz y social estuvo en “El hombre del saco” acompañada de mucho baile. Además, el final del tema se alargó y Pucho sacó una cinta de lazo que fue agitando. Así que siguiendo ese ‘lazo’, fue el momento para “Los días raros”. Con extrema delicadeza, sonaban los primeros acordes a la par que la voz, y a medida que la canción avanzaba, subía su intensidad. “Nos quedan muchos más, regalos por abrir, monedas que, al girar, descubran un perfil, que empieza en celofán, y acaba en eco”. Y en esa parte, creo que, un trocito de muchas personas que estuvimos allí se expandió y acabó en un eterno eco, en el que por segundos nos quedamos a vivir.
“Este disco es un punto y seguido” dijo Pucho. Y eso esperamos, que nos queden muchos más discos por abrir, escuchar y descubrir de Vetusta Morla.