En ocasiones el poder de la música es tal que nos permite evocar recuerdos que creíamos tener olvidados, cambiarnos el estado de ánimo escuchando apenas el inicio de una canción… Aunque parezca mentira también nos puede transportar a otras épocas sin necesidad de utilizar un DeLorean o cualquier otro tipo de máquina del tiempo que se os ocurra.
En este caso tocaba viajar a una de las décadas más importantes que junto a los 80 supusieron un punto de inflexión en el panorama musical. Estamos hablando nada más y nada menos que de los 70 que sería una metamorfosis de algunos géneros que habían disfrutado de cierta popularidad hasta el momento adaptándolos a los gustos de las nuevas generaciones. Se establecerían los comienzos del Punk con abanderados como Ramones o The Clash y el Heavy Metal comenzaría a tomar forma con bandas tales Scorpions, Judas Priest o Rainbow entre otras.
Las encargadas de guiarnos en este particular viaje eran The Renegados (Hard Rock) y The Wizards (Heavy Metal). Mientras que los primeros presentaban su primer EP, para los segundos suponía la última vez que se suban al escenario durante un tiempo ya que para este 2020 tienen previsto grabar su siguiente LP y si todo les va según lo previsto editarlo este mismo año.
The Renegados
La hora fijada para que comenzara el concierto eran las 21:00. Sin embargo, se retrasó como una media hora. El tema escogido para arrancar este último viernes del mes fue “Vámonos (Lets get on)” que comienza con la batería marcando el compás y la unión de los instrumentos restantes. Se pueden percibir coros que potencian la dinámica de la canción así como solos ejecutados por los dos guitarristas realizados de forma magistral. Rápidamente se pasa a “Duro y humilde” en el que el que destaca una parte instrumental. Los instrumentos que se adueñan del tema son el bajo y la batería casi al final de éste.
En “Mis malas formas” (incluido en el EP a presentar) encontramos otro solo de gran calidad. Tras esta canción se establece una breve pausa destinada a la promoción y se da paso al siguiente tema (“Corriendo fuera de tiempo”). Otro de los cortes que se puede encontrar en Dead Man´s Hand es “La disciplina del diablo” en el que una de las guitarras para hacer más pesado el tema utiliza la técnica del palm muting y unos efectos acordes a lo que se quiere transmitir. Se enlaza rápidamente con “Molly Hatchet” (interpretada en inglés como “Midnight Moses”, quinta posición). Para la última intervención de este cuarteto es elegida “Escúpelo” y comenta: “Había que hacer algo rápido y que se note que nos gusta también el doble bombo.
The Renegados
Llegaba ahora el turno del plato fuerte de la noche. De hecho, The Wizards consiguió el sould out, no cabía ni un alfiler y al estar la sala hasta los topes se hubiera agradecido un poco de aire acondicionado más que nada para poder hacer así la noche más llevadera.
Antes de que empezaran a tocar, se oye una grabación por lo que pude intuir country y se da paso a tres temas pertenecientes a Rise of the serpent (publicado en 2016). Estos son: “Apocalyptic weapon”, “Destiny” y “Circle of time”. De estos cabe decir que con las primeras notas del primero ya tenían al público ganado y que Ian, el vocalista, demuestra que siente lo que nos va cantando aunque en este caso, tranquilamente se podría sustituir por contar. Como si de un narrador se tratara con sus múltiples gestos dedicados a la audiencia, sus bailes en los que parece estar en constante trance nos arrastran poco a poco a su terreno.
The Wizards
“Destiny” será la primera canción coreada y demostración de que el frotman ha conseguido que adentremos en su mundo. El público era uno, como si todos se conocieran y hubieran estado ahí desde siempre, como si el tiempo y lugar no existieran y únicamente importase lo que se está viendo y escuchando. Percibo una sensación mística muy acorde con este grupo.
En “Avidya” (Full moon in Scorpio, 2017), nuestro narrador por este viaje que hemos emprendido a través del Heavy Metal de los 70 se baja del escenario para cantar junto a sus fervientes seguidores y aprovecha para agradecerles que les hayan apoyado desde el principio, incluso antes matiza.
Para concluir con broche de oro es elegida una versión (“Heading out to the highway”, original de los Judas Priest) en la que se hace un alegato a favor del punk, rock y heavy metal (“que no nos lo quiten”) y se coloca el micro al publico para que cante el estribillo. Ahora al grupo le ha tocado un periodo de merecido descanso.