Puede que las fechas navideñas no sean las más propicias para publicar un disco, sobre todo si es el primero, pero, si lo miramos desde el punto de vista de su presentación, puede ser un momento más que oportuno para rodearte de buenos amigos y montar una buena fiesta, aprovechando que la mayoría de la gente tiene más tiempo libre.
Por ello, la gente de Cantaebria decidieron presentar su primer trabajo, “El rock ha vuelto”, esta helada noche de viernes en la pista de la Peña Rebujas, en San Mateo de Buelna, junto a sus hermanos de A Duras Penas, con acceso gratuito, buscando que el mayor número de gente fuese participe de esta fiesta, porque eso fue lo que allí vimos, una autentica fiesta.
El evento se había organizado con una previa firma de discos, a la que acudieron los más tempraneros, con la gente refugiándose en el bar de la peña, huyendo del gélido ambiente que se vivía en la zona donde iban a tener lugar los conciertos.
Los primeros en salir fueron los chicos de Katanga, es decir A Duras Penas, que presentaron una formación inédita, al menos para mí, ya que a la base formado por el trió compuesto por Toño, guitarra y voz, Angel guitarra y coros, y Jesús percusión, en esta ocasión se les había unido Oumar a la percusión, en un formato híbrido entre el que suelen llevar en los grandes eventos y el de los conciertos más íntimos.
Este 2019 ha sido el de consolidación de la banda, con ese gran disco que sacaban esta primavera, llamado “Narcovadonga”, uno de los que más me han llenado, y que se abría con ese “Rock del barrio”, con el que precisamente iniciaron su concierto, no sin antes agradecer a Cantaebria el que les hubieran invitado a su fiesta, para, tras unos ajustes técnicos, seguir con el repaso al mencionado trabajo con “Cromosoma delincuente”, otra gran declaración de principios.
Nos propusieron que nos moviésemos para ir entrando en calor, invitando a Víctor Bardal, cantante de Cantaebria y hermano de Toño, a que les acompañase, como en el citado disco, en esa entrañable canción llamada “Huellas de libertad”, que fue seguida por la bella “Lobo de mar”, que sonó muy bien en este formato.
A Duras Penas
Pero la banda tienen un disco anterior, publicado en el 2017 y llamado “Reproches”, que cuenta con grandes temas, como ese “Contra las cuerdas”, que siempre dedican a ese campeón de boxeo que tenemos en Torrelavega y que se llama Sergio García, para, tras recordar que la vez que presentaron su actual obra fueron Cantaebria sus invitados, continuar el repaso a su anterior trabajo con “Filosofía del mozín”, dedicada a un viejo amigo de su barrio y con Oumar luciéndose en la parte final.
No quisieron perder la oportunidad de recordar que tenían discos a la venta y para ello nada mejor que interpretar el tema que le daba nombre, “Narcovadonga”, uno de los que más me gustan del mismo, junto al que le siguió, “Dos cuchillos en el pecho”, el cual rememoraron que fue grabado junto al gran Raimundo Amador, y que se nota que les gusta especialmente, ya que fue cantada todavía con más fuerza y más ganas.
Nos avisaron que ya habían superado el ecuador del concierto, siendo el momento de “Aire bajo cero”, muy apropiada por la temperatura que sufríamos, apenas 4º, también de su actual referencia y que se va acelerando en la recta final, siendo un grito a favor de la libertad, para regresar a su anterior trabajo con ese “Me esperará”, otra de las que primero conocí de la banda y que tienen un hueco en el corazón de los seguidores de la misma.
Confesaron que, aunque nos les guste, no les quedaba más remedio que recortar el listado, ya que el tiempo apremiaba, anunciándonos, además, que iban a parar durante una temporada, hasta la primavera más o menos, y que habría un nuevo formato, lanzándose con la última pieza que tocaron de su más reciente obra, “Las palabras hieren”, precisamente la que cierra el disco, con ese espectacular final muy acelerado que tanto me gusta.
Ya encarando la recta final, era el momento de darse un paseo por su anterior obra, comenzando con el corte que la daba nombre, “Reproches”, para despedirse definitivamente con ese himno llamado “Pretérito imperfecto”, infaltable en sus conciertos, y que habla de las aventuras de una noche por las calles de Torrelavega.
Y así, tras más o menos una hora sobre las tablas, concluía la actuación de unos A Duras Penas que, como es habitual en ellos, no decepcionaron y dieron un gran concierto, y es que da lo mismo en que formato toquen, que lo hagan en un gran escenario o en el suelo de una plaza, cuando hay ganas y calidad se hacen grandes actuaciones, como las que sueles hacer ellos.
Como curiosidad decir que, igual que el año anterior, el último evento que vi este 2019 contaba con A Duras Penas en el cartel.
Ahora toca esperar a ver cuál es ese nuevo formato y a que llegue la primavera para ver de nuevo en acción a estos chicos del Barrio Covadonga.
Tras un cambio rápido, llegaba el momento de los protagonistas principales de la noche, Víctor a la voz, Sete y Eiza a las guitarras, Osu al bajo y Mario a la batería, es decir, Cantaebria, subiendo los músicos al escenario, mientras sonaba una intro, cuando, de repente, aparece un coche acelerando en medio de la pista, y de él sale Víctor junto a dos chicas, como las grandes estrellas, recibiendo el calor de sus fans, subiendo al escenario para empezar a interpretar su ya clásica canción se apertura, esa versión del “Whole Lotta Rosie” de los AC/DC, con Sete empezando a bajar a tocar entre el público, algo que haría en reiteradas ocasiones.
Para la siguiente canción, “Más chulo que un ocho”, una de las presentes en su disco, invitaron a Sophie, músico conocido por haber formado parte de bandas como Street Vipers, Mindblast o Dirty Knives entre otras, y que aquí se encargo de acompañar a Víctor a las voces, no haciéndolo nada mal por cierto, para, tras hacer una especie de villancico, continuar con otra de las que están registrada en su trabajo, en este caso “Despojo de ciudad”, que puso a botar a toda la pista, que contaba con una más que importante presencia de gente, muy pegados al escenario, para dar más calor al grupo, al que, por cierto, se la ve cada vez más suelto.
Un nuevo invitado fue llamado al escenario, en este caso a Darío para que les acompañase a las guitarras en “Acero y plata”, escogida por el propio protagonista y que fue una de las primeras canciones que conocí de la banda, para, poco después, pedir una cerveza y dar inicio a “La posada de los muertos”, de los Mago de Oz, un grupo al que siguieron homenajeando introduciendo fragmentos del “Hasta que el cuerpo aguante” y de la inevitable “Fiesta pagana”, con Víctor bajando y haciendo que la gente botase y bailase todo lo que pudiese.
Cantaebria
Tras preguntarnos si se iban, con negativa respuesta de la concurrencia, subieron al escenario al sexto miembro de la banda y la persona que más ha hecho porque este grupo sea conocido, es decir Tom Fernández, para que se hiciera cargo de los teclados de esa oda al alcohol que es “El blusete”, siendo una pieza que funciona muy bien en directo, para, tras recordarnos que habían sacado un disco y que esa era el motivo de estar aquí esta noche, invitar a Mendi para que tocara el pito en esa canción que se llamaba como la banda, esto es “Cantaebria”, poniendo a toda la plaza a bailar una vez más, y es que estábamos disfrutando de un autentico conciertazo.
Llegaba el momento de relajar un poco el ambiente, agradeciendo a toda la gente que había hecho posible que esto saliera adelante, quedándose sólo Víctor y su guitarra en el escenario para interpretar esa versión del “Rock & Roll Star” de Loquillo y los Trogloditas, muy cantada por los presentes en cuanto la reconocimos, para, ya con todos los integrantes de la banda, invitarnos a cantar con ellos ese “Los Rockeros van al infierno” de los Barón Rojo, para el que sacaron hasta un tridente de atrezo con luces, manteniendo la intensidad del concierto.
Mientras no paraban de preguntarnos si estábamos a gusto con lo que estábamos viviendo, con afirmativa respuesta, se lanzaron con su tema bandera, “La locomotora del amor”, en el que invitaron a Corta, guitarrita de Rictum, a que les acompañase, mientras la gente se acercaba aún más a unas primeras filas, a donde bajaron Sete y Víctor, acabando éste llevado en volandas por parte del público, tras lo que nos anunciaron que iban a tocar la última, subiendo a Toño y Ángel de A Duras Penas para que cantasen con ellos el clásico “Marihuana” de los madrileño Porretas, des pues de la cual hicieron ademán de irse.
Cantaebria
Pero todos sabíamos que quedaban un par de temas por sonar, precisamente los que han sido adelanto del disco, comenzando por el precioso “Volverás a ver el mar”, ese corte que han dedicado a Carlos Imparable, allí presente, acompañados de Tom a los teclados, en la que fue una de las partes más emotivas de la noche, llamando, a continuación, a todos los invitados para esa versión del “Mi gran noche” de Raphael, que fue un gran fin de fiesta, con Víctor de nuevo volando sobre el público, despidiéndose de todos nosotros, tras casi hora y media sobre las tablas.
El crecimiento de Cantaebria ha sido enorme este año, ya que, aunque ya les vi el año pasado y apuntaban maneras y a principios de este año se notaba la mejoría, estos últimos meses, a base de dar muchos conciertos y de ir aprendiendo de lo bueno y de lo malo, están en un momento de forma impresionante.
Esta noche nos dieron un concierto de grandes quilates, donde, además del espectáculo y la diversión que la banda suele garantizar cuando tocan en directo, y la gran importancia de los invitados, lo más llamativo fue la calidad de su apuesta musical, viéndose como han crecido estas canciones en poco tiempo, convirtiendo esto en una auténtica fiesta de la que ya participan todos los integrantes del grupo.
Si estuviste allí, sabrás que viste un concierto muy grande y sino fuiste y te gustas el Heavy tú te lo perdiste.
Y una vez me despedí de los grupos y conocidos presentes, me fui de allí porque mis manos y mis pies creía que habían desaparecido por el frio que tenía, pero muy contento por haber disfrutado de estas gran noche, con dos bandas que son el presente y el futuro de la música en Cantabria por muchos años, si nada se tuerce, siendo un perfecto colofón para mi, en lo musical, de este 2019 que daba sus últimos coletazos.