El Espacio Vías acogió el primer gran evento de punk rock y hardcore del año en León, organizado por Jonh, de Chaos Sonoro, incansable a la hora de darle vida a la música en la ciudad. Ya de camino al recinto nos encontramos a un músico estonio, del grupo de rock alternativo Illumenium, y poco tardamos en cargarnos los bolsillos con un par de cd’s de su grupo. Y dicen que la droga es cara… Pero bueno, vamos al lío.
La responsabilidad de abrir los conciertos recayó sobre Alpaka HxC, quienes, muy puntualmente, empezaron a entonar su “Voces del pasado” mientras la gente fuera apuraba sus últimas caladas al cigarro. Siguieron con “Control de religión” y “Rebelados contra el odio”, y la gente ya ocupaba las primeras filas cerca de las vallas. “Autogestión” empezó a agitar la sala, especialmente a la multitud de músicos de diferentes grupos de León que se sienten identificados con esta letra, y encadenaron esta con “Krankes Volk”, para que las voces de los allí presentes fuesen calentando con el estribillo al más puro estilo de Pennywise.
Tras un ligero respiro, tocaba dar un buen repaso a su último disco, “Una Libertad Olvidada”, para lo cual echaron mano de “A machete”, “Alienación”, “Guerreros en las calles”, “Ley mordaza” y “Esclavos”, todas ellas muy bien recibidas entre los asistentes, quienes ya ocupaban prácticamente la totalidad de la sala. El fin del bolo corrió a cargo de “Los 5 de la cuneta”, himno de la banda leonesa que hizo moverse a todo el mundo, y la ya esperada versión de “Nos vimos en Berlín”, cuyo final, con Pablo a la voz, quedó digno de gran despedida. Como veis, esta es mi segunda crónica y ya he repetido con Alpaka HxC, pero esto no se debe a ninguna casualidad, sino a que la banda me paga mucho dinero.
Alpaka HxC
Llegaba el turno de la presentación para todos los públicos de Catalina Grande Piñón Pequeño. Saltaban al escenario Adri, con chándal y camisa, Richard, escapado de una central nuclear, y David con su clásico mono dorado de las grandes ocasiones para hacer sonar de manera seguida las violentas canciones infantiles “María Tacón” y “Don Federico”. Poco tardó la gente en darse cuenta que esto es para todos los públicos de entre 18 y 60 años y sin ningún tipo de problema cardiaco. La siguiente se la dedicaron a Rafa Nadal, que no estaba presente pero seguro que estaba siguiendo el streaming, “Véndeme el Kia”, la cual unieron con “Menestra con Ginebra” y “El ofensor del pueblo”.
Empezó el show del frontman, sacando de a saber donde un parche de color carne para ponérselo en el ojo, recordando unos tiempos muy duros y dedicándole el tema “Parche en el ojo” a su sobrino, para, a continuación, cargar contra Panorama con su potente “Orquestáncana”. Y otro disfraz nuevo, esta vez para disfrazarse de guardia civil y escupir su “Buenas tardes, caballero”.
Efectivamente, tardo más en cambiarse que lo que duró la canción. Tocaba volver a la nostalgia, recordando a su amor más profundo, la discoteca “Va-Bene” con solo de guitarra vocal incluido, y entonando un tema que escribió para su abuelo, “Las cosas de mi abuelo” pero que en esta ocasión dedicó a un tipo que se le acercó por el palco. En la siguiente pausa, aprovechó para agradecer a un medio de comunicación local el hacerse eco del bolo y rebautizar a la banda como “Catania Grande Piñón”, lo cual encantó al público, que empezó a corear el nombre de Catania, dando paso al tema “Como cuando mato al gocho”.
Tocaba un tema instrumental, el “Misirlou” de Pulp Fiction, mientras el cantante repartía cecina untada entre el público. Se quedo escasa, y mucha gente quedó sin catarla, yo incluido. Menuda mierda de concierto. Y repartida la cecina, llegaba la balada “Condones de cecina”. Con tanto romanticismo, el calor se palpaba en el ambiente y Verderón ya estaba pseudo desnudo, si bien el mono dorado tampoco es que tapara mucho, para acabar de quitarlo tras “Cáncer a granel”.
Nueva vestimenta y al ruedo de nuevo con la versión “Viva Ángel Nieto”, del grupo local Zoketes. Tocaba despedirse, no sin ello dedicar el tema “La Deuda” a la memoria de su querido amigo Esteban, más conocido como Cashflow. Un tema de rap que fue muy aplaudido por la gente. “Chocojungly”, con la colaboración de Jorge Majo a la guitarra para marcarse un gran solo y “Amigos de mierda” marcaban el final, pero esta vez la encargada de cerrar el show fue “Los de la capi”, lo cual para mi fue todo un acierto, y seguramente para toda esa gente que se dejaba la voz cantándola también.
Catalina Grande Piñón Pequeño
Un pequeño problema de luces alargó el último cambio, pero no impidió la llegada como huracanes de los Segis y su “Muérete”, unido a “En este infierno” y “Pordioseros”, canción la cual hizo enloquecer a la gente creando ya un gran pogo. Sin apenas pausa, “Perros” y “Apunta”, de las más queridas por la gente.
Turno para otra nueva, “La justicia del oso blanco”, la cual alternaron con una muy clásica, “Hoy como ayer”, tras la cual aprovechamos para guardar la cámara y empezar a disfrutar del pogo (eso, y que llovían cachis de cerveza cada minuto y tampoco era plan de joder la cámara). “Contra el muro” provocó precisamente que las vallas del foso dejaran de ser un obstáculo que separaba al grupo del público, y tras un intenso pogo, Placi tuvo que buscar al dueño de un par de llaves, entre ellas las de un Ford Fiesta que trataron de sortear al grito de “A por el coche, oé”. El público y la banda, en una relación de perfecta armonía.
Tras este breve impás, sonó “Loco”, también de su último disco, el cual, por cierto, regalaban con la entrada. Y el punteo de la guitarra anunció “Gaupasa”, para volver a abrir un gran círculo en mitad de la sala, dando paso a un pogo que aguantó hasta el final de “Elektroshock”. Poco duró la calma, ya que, de nuevo la guitarra, arrancó uno de los himnos del grupo, “Sospechosos”, seguido de “12 años” y “En un minuto”. La gente volaba, hacía crowd surfing, se apretaba en una primera fila separada por escasos centímetros de los Segis, y disfrutaba de un gran concierto, al igual que hacía el propio grupo, que agradecía la entrega. Homenaje a su tierra con “Euskadi”, y otra nueva, la enérgica “Anti-héroes”.
Con mucho sudor y alcohol derramado, tocaba dejarse la voz con “Por ti”, conocida de sobra por todos. Y faltaba el robo al banco, con “Atraco”, rápida y concisa. “Gloria” y “A escondidas” daban paso a “Mi vida” otro de los himnos que no dejó a nadie en el sitio. Llegaba el final, y mientras sonaba “The sound of da Police” los protagonistas aprovechaban para cambiarse y volver con “Último asalto” y “Mientras creen que van ganando”. La despedida estaba cada vez más cerca, y por supuesto, no podía faltar “Las noches siguen sabiendo a sangre”, en la que Placi compartió el micro con unas primeras filas que aún mantenían muchas fuerzas, y “Las drogas”, buque insignia de los Segis, en la que se provocó un circle pit que arrastró a casi toda la gente que había por delante del técnico de sonido, que no era poca.
Para sorpresa de todos, quedaba una bala, “Amanece”, la última canción de su nuevo disco Sangre Fácil, y que parece diseñada para estas ocasiones por su melodía y su ritmo, permitiendo a Placi despedirse y agradecer una vez más a toda la gente que llenó el Espacio Vías de León para gozar una gran noche de punk rock, mientras los últimos acordes se apagaban.