Es evidente que la música de Cantabria goza de muy buena salud, algo que cualquiera que escuche los discos o vaya a los conciertos de los grupos y artistas de nuestra región pude ver y oír, dándose el caso de que haya bandas para todos los gustos y colores; otra cosa muy diferente es la asistencia a estos eventos o la implicación (o la falta de ella) de las instituciones en fomentarla.
Todo esto, que nos preocupa y atañe a quienes consumimos música autóctona, fue lo que llevó a la gente de El Tojo Producciones a organizar este evento llamado Festival Made In Cantabria, donde, además de actuaciones eléctricas y acústicas de bandas de nuestra comunidad, había una exposición de fotógrafos y diseñadores cántabros, stands informativos de diferentes asociaciones, puestos de merchán, zona Dj´s y una interesante charla sobre la situación de la música en Cantabria en la que tuve el placer de participar.
Como veis, la jornada prometía y eso que no es he contado las bandas que iban a actuar en el Escenario Santander, lugar en donde iba a tener el evento; primero y en formato acústico, tendríamos a Bardal, que sustituía a última hora a Filandera, y a Yabar, para luego pasar al formato eléctrico con las actuaciones de Smooth Beans, Senártica, Saco Roto, Poetas de Botella, Lupers y Los Escapaos. Pocas excusas quedaban para no asistir a este evento por el módico precio de 5€ de manera anticipada y 10€ en taquilla.
Ambiente
Y nada más abrirse las puertas, ya con un buen puñado de gente presente, siendo saludados por Toño de El Tojo Producciones, teníamos la actuación de Bardal, o lo que es lo mismo Víctor, el vocalista de Cantaebria, en formato acústico, con la única compañía de su guitarra.
Quien ya le conoce sabrá de su desparpajo, pese a su juventud y de entrada se presentó diciendo que él toca en el mejor grupo del mundo, los antes mencionados y de los que interpretó su tema homónimo “Cantaebria”, improvisando sobre la marcha y saliendo de la zona donde se ubicaba el escenario acústico, buscando en todo momento la interacción de los asistentes.
Tras anunciarnos que aceptaban peticiones pero que iba a tocar lo que quisiera, se lanzó a por una versión de “Pedro el Gitano” de La Frontera, para el que nos pidió que diésemos unas palmas, siguiendo el cachondeo sobre su estima, antes de tocar una sobre su amigo Chuchi, siendo el turno del “Jesucristo García” de los Extremoduro, consiguiendo siempre la complicidad de la gente.
Después de saludar a los padres del organizador y volver a preguntar por alguna petición, llegaba el turno de ese clásico llamado “Una noche sin ti” de los ya desaparecidos Burning, una pieza muy emotiva para él, algo que se le nota ya que la canta con aún más sentimiento y fuerza, antes de agradecer a todos nuestra presencia y continuar con ese tema de los primeros tiempos de Mago de Oz llamada “Yankees go home”.
Con la gente ya más animada, fueron surgiendo las peticiones como esa del “Juan Antonio Cortes” de La Frontera, que fue enlazada con otro tema de la misma formación, concretamente con “El Límite”, ya que el artista dijo que la primera le quedaba un poco grande, confesando que no cantaba ninguna entera porque así puede tocar más canciones.
Bardal
Otro clásico del rock estatal como es el “Corazón de mimbre” de los Marea fue el siguiente en caer, recordándonos que tenía merchán de Cantaebria de los que, precisamente, tocaron ese “Volverás a ver el mar” dedicado a su amigo Carlos que, pese a tener leucemia, ha decidido no rendirse y hacer todo lo posible para seguir con su vida.
En la parte de atrás de este escenario había un telón que sirvió para que Bardal hiciese como que se iba y volvía, antes de hacer un medley de clásicos de la música, tanto estatal como internacional, cantando solo pequeños fragmentos y enlazándolos de manera brillante, haciéndolo muy dinámico y divertido, con imitación de Bisbal incluida.
Se despedía ya porque sus 45 minutos de actuación estaban tocando a su fin, agradeciendo que tuvieran lugar iniciativas como ésta y dejándonos con su versión del “Have you ever seen the rain?” de los inimitables Creedence Clearwater Revival, saliendo a cantar a capela en buena parte del tema.
Bardal nos hizo pasar un rato muy divertido y ameno, que era de lo que se trataba, y consiguiendo la complicidad y el cariño de todos los presentes con sus ocurrencias y locuras.
A continuación era el momento de la charla que, moderada por Nano Teja de Arco FM, nos juntaba Oskar de Noche de Rock, Pilar de El Diario Montañés, Kortxos en representación del Beltane Fest, Richar del Camargo Rock, Paco Quevedo del Magosta y yo mismo, para hablar sobre la situación de la música en Cantabria.
Al margen de resaltar la ausencia de ningún representantes de las instituciones ni de ningún representante de cultura en la sala, se propusieron diferentes ideas para que la música en Cantabria se revalorice, debido a que hay muchas y muy buenas bandas pero que no siempre son tratadas como tal por los organizadores de grandes conciertos, las instituciones y el público en general.
Visto desde dentro, fue un debate muy ágil y ameno, aunque, como es lógico por el escaso tiempo que se tenía, quedaron muchas cosas en el tintero, sumándose al final Javier G. F. Escudero, de los estudios Cubex, que quiso aportar también su granito de arena a este debate.
Tras la charla, seguía la música en directo, en este caso de la mano del gran Fernando Yabar, conocido por haber formado parte de Los Perezoso, en ese proyecto acústico llamado simplemente Yabar, acompañado de Alejandro Busto a la guitarra, en el que repasa canciones clásicas del blues, la chanson, el folk y diferentes estilos.
Comenzaron su actuación, tras saludarnos, con la bella “Besos a traición”, mostrándonos una gran exquisitez tanto en la ejecución como en la forma de cantar de un Nandín que sigue teniendo esa particular voz que es historia de la música cántabra, para proseguir con una pieza en francés muy animada, y es que, a pesar de ser un formato acústico, el dinamismo de las ejecuciones hace que éstas atrapen al oyente.
Yabar
Tras agradecer a Yoni de Poetas de Botella el que les hubiera dejado algo de material, continuaron con otro corte en francés, concretamente “L´ harmónica”, un elemento muy importante en su música, como pudimos comprobar con ese maletín que llevaban con un gran número de ellas y que fueron usando, para avisarnos que la siguiente era una que conocíamos todos, siendo el momento del “Blowin' in the wind” de Bob Dylan, que les quedó muy bien.
Se percataron de que éramos aún pocos y que muchos no los conocíamos, además de constatar de que tenían poco tiempo, anunciándonos que las dos próximas canciones son de actualidad, pese a ser muy antiguas, comenzando por “La mala reputación” de Georges Brassens y adaptada al castellano por Paco Ibáñez, muy aplaudida, para continuar con esa pieza popular llamada “Bella ciao”, conocida por todo el mundo.
Volvíamos al francés con ese conocido tema llamado “Je l'aime à mourir” de Francis Cabrel, una canción que sonó aun más bella de lo que es, para, tras darse cuenta que les quedaba poco tiempo, lanzarse por la movida y bailable versión del “Marbletown” de Mark Knopfler.
Enter bromas con Toño, que además de organizar el festival es el representante de este dúo y de muchas otras bandas, se despidieron con una deliciosa versión del mítico tema de Bruce Springsteen, bautizada como “El río” y que irá en el disco que están grabando, siendo un precioso colofón a su breve pero emotiva actuación.
Pese a que he seguido la trayectoria de Nandín en Los Perezosos desde su asentamiento en Cantabria, aun no había podido disfrutar de este formato acústico y eso que han dado bastantes conciertos recientemente, y la verdad es que me gusta mucho la ejecución de los temas así como la forma que tienen de encarar las versiones, por lo que espero poder verlos en muchas más ocasiones y degustar ese trabajo que está ya a punto de salir del horno.
Llegaba ahora un ligero parón para que se pusiera a punto todo lo relacionado con el concierto eléctrico, que empezaría una hora después, por lo que tuvimos tiempo para visitar los diferentes stands, puestos de merchán y la exposición de fotografía, además de charlar con la gente y tomar algo.
Tras vaciar el recinto para que la gente volviese a entrar ya con la entrada, comenzaba la parte donde se esperaba una mayor afluencia de gente, y se pudo observar que, lo mismo que hubo gente que sólo estuvo en la parte primera de la velada, mucha gente llegaba para ver esta segunda parte, aunque el ir y venir de la gente fue la tónica predominante, por lo que daba la impresión de que había menos gente de la que estaba deambulando por el exterior.
Con las Dj Las Globbers amenizando la velada mientras se iban ultimando los detalles y tras dar un nuevo vistazo al puesto de merchán, a la hora fijada teníamos al primer grupo que subió a tocar en eléctrico, es decir Smooth Beans, una longeva banda santanderina que practica reggae y a los que, creo recordar, sólo había visto una vez ya hace unos cuantos años.
Arrancaron con una versión del “Get ready”, muy animada y que nos hizo empezar a mover los pies y a entrar en calor, antes de invitarnos a subir con ellos en su tren con la canción “Our train”, el corte que abría su primer disco “At low fyah!” de hace ya diez año y que encendió aún más a la gente.
No paraban de hacer moverse a la gente y es que con temas como “El desfiladero”, de su segundo trabajo “Keep talking” del 2013 no es de extrañar, para continuar con otro corte que también me gustó mucho llamado “Happy bubbles”, muy elaborado y que hizo que los asistentes se soltasen aun más.
Llegaba el momento de tocar un poco de ska con el corte “Earthquake”, en la que nos avisaron que nos querían ver movernos más, antes de continuar con ese tema lento pero con ritmo llamado “Prisoner”.
Viajamos con ellos hasta el 2014 cuando sacaron un single llamado “Sing, flip & twist”, cuyo tema título, que habla sobre las chicas buenas, fue el siguiente en sonar, manteniendo la intensidad de su actuación, tras la que quisieron agradecer a la gente que había venido y especialmente a Toño por montar este sarao, llevándonos ahora a esa “Green land”.
Smooth Beans
El ritmo no decaía y la gente se metía más y más en el concierto, con temas como la algo más sicodélica “Mushroom beat”, con su teclista desatado, o con momentos de más relax como ese “Paren el tren”, del single de igual nombre publicado hace 4 años, con un estribillo y un sonido muy pegadizo.
Tras cerciorarse de que nos estaba gustando lo que estábamos escuchando, llegaba el momento de de “Numbers without face”, que habla sobre las segundas oportunidades y que grabaron en su segundo disco, muy movido y bailable, antes de confesarnos que no son de estribillos difíciles, pero que para el siguiente corte, “Dance the ska”, nos lo iban a poner todavía más fácil, sacando unas tabillas que giraban según correspondía, buscando en todo momento la colaboración de la gente.
Encarando ya la recta final del concierto, era el turno del corte que abría su disco de hace 8 años, “Don't let it go”, animándonos a levantar las manos y a bailar con ellos, para despedirse de todos nosotros con “The road of Cherokee”, presente en su primer trabajo, agradeciendo a Toño el que hubiera contado con ellos y abandonando las tablas tras estar sobre ellas unos 50 minutos.
La verdad es que me lo pasé muy bien con la gente de Smooth Beans, que dieron un concierto muy ameno y ligero, consiguiendo que todos los presentes, nos gustase más o menos su estilo de música, bailásemos y disfrutásemos de su actuación; esto es una de las grandes ventajas de festivales como éste y es que puede disfrutar con estilos que no sueles degustar habitualmente.
Tras el cambio, de rigor, quizás demasiado largos para mi gusto, teníamos a la gente de Senártica, a los cuales había visto hacia menos de dos meses y me dejaron un muy grato recuerdo, por lo que había muchas gansa de volver a verlos, ya que son una de las bandas con más proyección de la escena local.
Y desde el inicio se pudo ver que la banda salió muy enchufada, saliendo a escena con esa intro llamado “Origen (Preludio)” que también abre su más reciente trabajo “Incendia” del pasado año, para lanzarse con toda su artillería a por esa “Marea negra”, presente en la misma obra, tras la que, sin pausa alguna, nos interpretaron esa pieza más nueva llamada “Chernobyl”, con una potente batería y en medio de la cual se presentaron y saludaron.
Tras tomarse un breve respiro, continuaron el repaso a su más vigente disco con “En la sangre”, un gran tema que esta noche, con la potencia que estaba sonando la banda, aún me gusto más, para pasar a interpretar el que ha sido el primer single de dicho plástico, es decir “Invierno”, un canción que se te queda marcada según la escuchas y que funciona muy bien en directo.
Nos animaron a acercarnos antes de afirmarnos que en esta vida hay que ser un poco “Valiente”, siendo el momento de dicha versión de los Vetusta Morla, muy cantada por los que la reconocieron, para volver a su actual referencia con “Abismo” o como ellos mismos la presentaron, la canción más rara del disco, que no deja de será una gran pieza y que nos da otra perspectiva de la banda.
Senartica
Llegaba el turno de recordar su anterior trabajo, “Origen” del 2018, y lanzarse a ejecutar “Corazón de hueso”, que en directo gana en fuerza y en intensidad, para, tras tomarse un ligero descanso, regresar a su última criatura con esa gran canción que es “Nativos”, con las guitarras sonando muy agresivas.
Pero no había tregua alguna y el bajo dio entrada a la siguiente canción, la muy coreada y celebrada “Toro” de El Columpio Asesino, con la que interactuaron con un público muy animado, al menos en las primeras filas, antes de anunciarnos que tenían que empezar a despedirse porque su tiempo se acababa y quedaban más grupos, dando paso a su versiones del “Que la tierra… “ esa mítica pieza de los asturianos Mala Reputación.
Con la banda preguntándonos si queríamos una más, con positiva respuesta, llegaba el momento de ese himno que es ya “Zero”, la única canción que restaba de tocar de su más actual obra y en la que su cantante bajo a cantar a las vallas con las primeras filas, concluyendo así sus 50 minutos sobre las tablas.
Simplemente de brillante se puede calificar el concierto que esta noche dieron unos Senártica a los que se les vio muy sólidos sobre las tablas, derrochando mucha actitud y, lo más importante, convenciendo a mucha gente que no los había escuchado o lo había hecho solo de pasada.
Los terceros en subirse eran la gente de Saco Roto, una de esas bandas que deberían ser más populares de lo que lo son ya que tienen un gran directo y tres discos que te enganchan desde la primera vez que los escuchas.
Y salieron directamente a la yugular con uno de mis temas preferidos de su actual disco “Jirones”, uno de los que más me gustaron de los que se publicaron el pasado 2019, ese “Traidores” que fue muy cantado por los presentes, para, sin dejar dicha obra, continuar con ese gran corte llamado “Los buitres”, con la banda sonando de manera atronadora.
No quisieron que nos enfriásemos y a los anteriores le unieron “Quemarnos”, la que abre su actual plástico, invitándonos a que nos animásemos, tras la que se presentaron y agradecieron especialmente a Toño por haberlos invitado, mostrándose encantados de estar aquí y continuando el repaso a este discazo con “Una noche más”, para la que se ayudaron de algo de pirotécnica en la parte en la que la pieza coge más fuerza, dejando un efecto realmente bonito.
Continuaron sonando con mucha fuerza y es que son una gran banda de directo, como no me canso de repetir, y para prueba ese “Elegancia y distinción”, que estaba presente en su ópera prima “Golpea” del 2015, acabando con los dos guitarras arrodillados, para, tras un breve respiro, volver a su actual obra con “La guadaña”, de la que han publicado un videolyric.
Insistían en que nos acercásemos más ya que era el momento de “Rompiendo las cadenas”, una pieza que fue muy cantada y que fue la última que sonó de su actual obra esta noche, siendo seguida por “Tiempo robado”, de su anterior trabajo “Tiempos modernos” del 2016 y en la que, como en el disco, colaboró Laura Dos Santos, que lo dio todo sobre las tablas, siendo otro de los puntos álgidos del concierto.
Saco Roto
Nos anunciaron que iban a empezar a encarar la recta final de su actuación, y llegaba el turno de los clásicos del grupo, comenzando por ese “No creo en ti” de su anterior obra y que es de los de cantar puño en alta, igual que ese “Huye”, también de dicha referencia, y que fueron muy cantados por las primera filas, llenas de seguidores de la banda.
Antes de marcharse quisieron agradecer a la sala, el público y la organización el facilitarles las cosas, siendo el momento de ese “Ganas de guerra”, esa canción propicia para la fiesta y que se publicó en su segundo disco, con los dos guitarras bajando sobre los altavoces y pidiendo a la gente que cantase con ellos, antes de despedirse con el tema que daba nombre a ese primer plástico, es decir “Golpea”, para la que subió en la recta final Rober de Poetas para cantar como ya lo hiciera en dicha obra.
Y así, tras más o menos 50 minutos sobre las tablas y lanzando confeti, acababa la actuación de unos Saco Roto que demostraron lo que la mayoría que les hemos visto en directo sabemos y es que son una gran banda en vivo y que son una garantía sobre un escenario porque nunca fallan; son grandes pero deberían serlo mucho más por meritos propios.
Una de las bandas más conocidas dentro y fuera de Cantabria son Poetas de Botella, un grupo que ha crecido de manera gradual, asentándose ya en la escena local y habiendo dado el paso a la estatal donde poco a poco se van haciendo un hueco.
Y para no dejar atrás el potente sonido que habían tenido las bandas previas, comenzaron como un cañón con “Orión”, ese corte que está en su actual obra, el Ep “Intactos” en el que han querido dar un paso más allá en su consolidado sonido, para regresar a los inicios de la banda cuando en el 2008 unos jovenzuelos publicaron aquel “Punto de partida” en donde aparecía ese “Tal como soy”, contrastando futuro y pasado en sus dos primeros temas.
Se presentaron, aunque realmente no hacía mucha falta porque la mayoría ya los conocían siendo el momento de la muy cantada “Miéntete”, uno de los cortes más conocidos de su “38 Decibelios” del 2012, sonando en todo momento de manera muy contundentes y demostrando porque son tan populares, para que esa intro llamada “Memento” diese paso a “REM”, igual que lo hacían en ese disco llamado “Sinergia” de hace 5 años ya.
Una de mis canciones preferidas de la banda es “Lágrimas de arena”, también de la misma obra, y con la que recordé como hace 4 años, más o menos por esas fechas, y allí mismo grababan su disco en directo, tras la que agradecieron a Toño el haberles liado a participar en esta fiesta, regresando a su más actual trabajo con “Polaris”, el corte que le cierra y con la gente jaleándolos.
Poetas de Botella
Con los habituales vaciles a Yoni, guitarra de la banda, de una parte del público, continuaron con “Principio del fin”, de su trabajo de hace ya 8 años, sonando muy intensos y contundentes, siendo seguida por otra pieza ya mítica del repertorio de la banda como es “Acción, reacción”, de su Ep “Contacto” del 2013, encendiendo todavía más a la concurrencia.
No había tiempo que perder, ya que el tiempo era limitado, y ahora era el turno de “El valor de los cobardes”, de su anterior obra de estudio y que fue también muy cantada, tras lo que nos recordaron que estaban presentando nuevo disco y que éste contenía cortes como ese “Kamikazes”, en medio del cual nos pidieron un fuerte aplauso para sus técnicos que tan grande labor estaban haciendo.
Empezaron a despedirse, recordando que aún quedaban dos bandas más, siendo el momento de la muy cantada “Eternos”, también de su Ep de hace 7 años, seguida por la genial “Esclavos”, de su anterior referencia, para concluir, tras 50 minutos de actuación, con la magistral “El gran final”, mi corte favorito de la banda y que estaba presente en su disco del 2012.
No voy a descubrir la pólvora si digo que Poetas de Botella es una de nuestras bandas más importantes y de las que más está saliendo fuera de nuestra tierruca, algo que es normal por los grandes discos que tienen y por sus enormes conciertos como el que esa noche dieron en el Escenario Santander, donde estuvieron muy consistente y sonando con mucha fuerza.
Otra banda a la que hacia un montón que no veía en directo eran Lupers y no porque no me gusten sino porque las casualidades lo habían evitado, por lo que tenía muchas ganas de contagiarme de esa locura que trasmiten sus canciones y sus directos.
Y para comenzar nada mejor que hacerlo con “Menunmenu” de su disco “9” del 2014, que ya nos puso como aviso de lo que nos esperaba, para, igual que en dicho trabajo, seguir con “Moreréis”, tocando a toda velocidad y descargando esas píldoras tan directas y efectivas.
Sin bajar la velocidad, era el momento de “Liberal”, de su disco compartido con Greasy & Grizzly y editado hace 3 años, para regresar a sus orígenes con “Le has dao”, que estaba registrado en su obra del 2014, en donde también estaba presente la siguiente en sonar que fue “Sistema”, una de las preferidas de sus seguidores.
Tras peguntarnos si se les oía, nos recordaron que vienen presentando un nuevo disco llamado “11324” y que publicaron el pasado año, el cual se abría con “Viejos”, siendo seguido, como en el mismo, por “Frutillos” y por “Haz el Trump”, con la que vacilaron diciendo que no sabían de qué iba la temática de la misma.
Mostrándose muy cómodos y saludando a la gente que conocían, continuaron su velada con “Salir”, esa vacilona canción que aparecía en su disco del 2015, conocido popularmente como el del sándwich, y que fue seguida, como en dicho trabajo por “Californiano niano niano”.
Regresaron a su disco compartido con el tema llamado “Quiero ser un Wombat”, haciendo que la fiesta siguiese entre los presentes que quedábamos, presentándonos un corte nuevo llamado “Tutu”, que hizo que la locura siguiese, antes de recuperar otra pieza del disco con Greasy & Grizzly llamado “Mi novio es un hater”.
Lupers
Buscando en todo momento la complicidad de la gente, era el momento de seguir con el vacile, mientras iban tocando canciones a toda velocidad, no dándome tiempo a reconocer algunas de ellas pero otras si como “Pa no y li” de su disco compartido, la cual alargaron un poco, para tras preguntarnos si aún seguíamos ahí, lanzarse a por el “Niño mongolo” de sus disco del 2012 llamado el del ataúd.
No les quedaba ya mucho de actuación y para el final dejaron un par de temas de su primera etapa, como fueron “Fukushima”, del disco homónimo del 2011, tras las que se despidieron dejándonos por la coreada “Gatillazo”, que abría su trabajo del 2014.
Y así, tras poco más de media hora, pese a que tenían más tiempo estipulado, acabó el concierto de unos Lupers que nos dieron un concierto muy rápido e intenso como acostumbran, dejándonos a todos con ganas de más y de volver a verlos de nuevo.
Y ya bien entrada la madrugada, era el momento de que subiese la última banda que iba a actuar esta noche, Los Escapaos, los chicos de Cabezón de la Sal que este año están cumpliendo su decimo aniversario y que no sólo son conocidos en nuestra tierruca sino que se han hecho un hueco en las comunidades limítrofes a base de sus divertidos y brillantes directos.
Debido a lo reducido de la actuación anterior, se adelanto un poco el concierto de dicho quinteto, que utilizaron como intro el “Sírvela de nuevo Patxi” de Tijuana In Blue, con su batería Chivi saludándonos y empezando la fiesta con “Rock´n´roll aunque moleste”, la pieza que abre su más reciente disco “Tiempos perdidos” del 2018, avisándonos que habían venido a meterse con nosotros porque aún estábamos serenos, siendo el momento de “Ruidos perdidos”, siguiendo el orden del citado trabajo.
Llegaba ahora el momento de uno de los clásicos de la banda y que les sigue desde sus inicios como es “Futuro” y es que, como nos dijo su vocalista Juanma, las cosas siguen igual, antes de presentarse y lanzarse por otra muy cantada como es “Sisi emperatriz”, la que abría su anterior trabajo “Con la cruz a cuestas” del 2016.
Algo más en el tiempo se fueron para recordar aquel “Piso mierda, luego existo” del 2014 en donde aparecía ese “Duelo al sol”, con la banda sonando muy intensa y muy centrada, para recuperar otro corte del mismo trabajo como es “Miccionando en la ciudad”.
Tras tomarse un brevísimo respiro y vacilar sobre que se iban, recordaron el aniversario de la patada del futbolista Eric Cantona a un nazi, interpretando esa versión de la popular “La Bamba”, que provocó que la gente se desfasase aun más, antes de llevarnos hacia los 80 con ese “Yonkiroll”, de su anterior obra y que fue muy bien recibida.
Los Escapaos
Sabemos que cuando nos preguntan si hemos visto “El silencio de los corderos” es porque viene el momento de “Psicólogo listo”, una que nunca puede faltar y que aparecía en su trabajo de hace 6 años, antes de regresar a su más actual obra donde aparece esa versión del “Ciutat podrida” de La Banda Trapera Del Rio, muy celebrada por los que quedábamos allí contra viento y marea.
Con la colaboración a la voz de Kristian, amigo de la banda y componente de Chico Dinamita entre otros grupos, se lanzaron con ese “Antídoto”, de su anterior trabajo, en el que también se registraba “La tradición continuará”, la siguiente en sonar con dedicatorias a fascistas y curas incluidas.
Empezaron a anunciar que su tiempo se iba acabando, recuperando ese tema que por desgracias sigue siendo actual como es el del maltrato a la mujer en “Uno menos”, de su obra de hace 6 años, antes de aconsejarnos que hiciésemos caso a nuestros más bajos instintos con el corte “En plan destroy”, de su más reciente plástico.
Sin dejar dicho trabajo, y con la gente gritando esa tonadilla de “a por el bote”, fue Santi, uno de sus guitarras, el que comenzó a cantar “Señor agente”, para, tras agradecer a las bandas con las que habían compartido cartel y a la organización, despedirse con la ya mítica “Me enamoré de una del PP”, de su disco del 2014,con algún despiste en la letra y dando por zanjada su actuación tras 50 minutos, mientras sonaba el “Txus” de Kojón Prieto y los Huajolotes de fondo.
Los Escapaos consiguieron que mucha gente, pese a las horas que eran y el cansancio acumulado, se quedase a ver su actuación, tan amena y divertida como en ellos es habitual y haciendo moverse a los presentes a base de un concierto muy intenso y bien ejecutado.
Y así, tras 11 horas, acababa esta, esperemos, primera edición del Festival Made in Cantabria, al que sólo le pondría dos pegas: media hora entre grupo y grupo me parece mucho y hacia que la gente se enfriase, y por otro lado, la respuesta de la gente pensé que iba a ser mayor.
Por lo demás, un éxito esta iniciativa tanto en lo musical, con la bandas sonando muy bien, como el acercamiento entre los diferentes ámbitos de la escena cántabra, sirviendo para intercambiar impresiones y ponernos cara.
Ojala tengamos más ediciones y, si puede ser, en otras localidades ya que creo que esta iniciativa debería llegar a más lugares porque es bueno para todos.
¡Bienvenido Made in Cantabria y que sea por muchos años!
25/01/2020 
Txutxy Cano 
Escenario Santander, Santander, Cantabria
