Hacía ya varios meses que no me dejaba caer por La Tribu en Muriedas por, entre otras cosas, coincidencia con otros conciertos y es que uno tiene la costumbre de acudir a aquellos eventos de los que primeros se entera, para así pode planificar mejor el día a día.

Esta noche visitaba el local camargués la gente de La Morgue, un quinteto ovetense con ya unos años de trayectoria y que mezclan diferentes estilos, como el punk, el pyschobilly o el horror punk entre otros, habiendo publicado hasta el momento dos trabajos, “La morgue” del 2015 y “Romance caníbal” del 2017, aunque están trabajando nuevos temas de cara a futuras obras.

La verdad es que me animé a acercarme porque me parecía muy interesante su propuesta y es que siempre hay que premiar al que busca hacer algo diferente; además, y una vez tomada la decisión, me enteré que el grupo forma parte de FNR Promotora, donde colabora nuestra compañera y amiga Maya C. Cañestro, por lo que doble motivación.

Y, aunque el concierto tenía la hora fijada a las 21.00, todos sabemos que la política de La Tribu es la de demorar el comienzo de los mismos para que así acuda más gente, por lo que fui sin prisa pero sin pausa, sin saber muy bien cuál sería la respuesta del público cántabro, tan imprevisible siempre.

Afortunadamente, la presencia de gente fue amplia y es que el haber tocado el pasado 2019 en un festival cántabro, el Cabritu Rock más exactamente, ha hecho que se hayan ganado a unos cuantos seguidores en la tierruca que, junto a los curiosos, dieron color a la sala camarguesa.

Y tras hora y cuarto de espera, vamos lo normal en dicho local, se subieron al escenario Reichel a la voz, Miguelo a la guitarra, Sergi, bajo y coros, Fula a la batería y Ángela al saxo, es decir La Morgue, que iniciaron su velada con la genial “Jack el destripador”, la misma que abría su opera prima, con un sonido muy ágil, la gente muy motivada y su vocalista, un auténtico torbellino sobre el escenario, dándolo todo.

Tras saludarnos y agradecer nuestra presencia, era el momento de llevarnos con ese ritmo ska y bailable que tiene “El amor es una trampa”, la primera pieza que nos interpretarían de su más reciente obra, tras la que volvieron a surgir problemas, esta vez con el bajo, por lo que ya se lo empezaron a tomar a broma diciendo que tenían mal de ojo, siendo subsanado rápidamente y dedicando al que les estaba gafando  el concierto “El día más feliz”, tocada a toda velocidad y que estaba presente en su primer plástico, vertiendo toda su mala hostia en este tema.

Aunque ya está en sus redes desde hace más de dos años e incluso han hecho un video, todavía no ha sido publicado físicamente, al menos que yo sepa, “Asesinos”, un corte en donde hubo una buena presencia de bajo y que calentó un poco más el ambiente, tras la cual se presentaron nuevamente y nos invitaron a seguirlos por las redes sociales, para que fuera el bajo el que diera paso a uno de sus temas más celebrados como es ese “Amor eterno”, de su primera obra, realmente pegadiza y donde la formación acabó por ganarnos totalmente, si no lo había hecho ya.

Sin dejar su debut discográfico era el momento de “Sed de sangre”, mucho más rápida y contundente, con su cantante gesticulando y metiéndose de lleno en la letra, tras la que nos invitaron a pasar cuando acabasen su actuación por su puesto de merchán si nos estaba gustando, algo que algunos ya habíamos hecho aprovechando el retraso inicial, siguiendo con otro corte muy rápido, en este caso de su segunda obra y llamado “El día en el que ya no estés”, animándonos a gritar con ellos durante el estribillo, manteniendo la intensidad del concierto en todo momento.

Parece que a la banda la entraba hambre y nos consultaron si a nosotros nos pasaba lo mismo, siendo el turno de “Romance caníbal”, la canción que daba nombre a su segunda referencia y que es un auténtico temazo, muy pegadizo y bailable, con el bajo bien marcado, antes de preguntarnos que tal lo estamos pasando, con positiva respuesta del personal, continuando con el repaso a su segunda obra con “No hay vuelta atrás”, invitándonos a echar valor a la vida, una pieza que, aunque empieza lenta, luego coge muchísima velocidad y que es un himno.

Se mostraron encantados de estar aquí y por ello se atrevieron con una canción nueva, siendo ésta “Pacto con el diablo”, muy bailable pero muy contundente, antes de preguntarnos si queríamos que tocasen otra, con afirmativa respuesta, dejándonos con el mismo corte con el comenzaron la velada, el genial “Jack el destripador”, concluyendo su concierto tras algo más de una hora, o al menos el primer pase, ya que, como habían tenido algunos problemillas se decidieron a hacer una segunda actuación, en la que, según me comentaron, ya que no me pude quedar, tocaron de manera mas compacta y sin los problemas que habían tenido previamente.

La Morgue dio un muy buen concierto, pese a los problemillas que emborronaron un poco este primer pase, y con un estilo muy entretenido y divertido, sin obviar la intensidad y la calidad de su propuesta.

Da gusto encontrarse con gente que busquen salirse de los estilos habituales y que hagan cosas un tanto diferentes, y, si además de hacerlo tan bien como lo hacen ellos, consigues que la gente te respalde, creo que este grupo puede llegar a ser muy reconocido en la escena estatal.

Ojo con esta banda a la que sólo la falta editar ese disco definitivo que les abra las puertas de un mayor número de público; estáis avisados.

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lamorgue.bandcamp.com/releases
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Como ya he dicho, no me pude quedar al segundo pase porque, lo primero no sabía que iban a hacerlo y tenía planes ya echados y lo segundo el retraso acumulado me impedía quedarme más tiempo, pero me quedé con ganas de ver más veces a este quinteto, así que me los apunto como fijos para ver en futuras ocasiones y vosotros deberíais hacer lo mismo.