La verdad es que por mucho que algunas personas se quejen, en Cantabria hay conciertos para dar y tomar y esta noche, primera del mes de febrero, había muchos, muy variados y en diversos lugares de nuestra geografía, pero, por encima de todos, había uno que tenía apuntado en letras grandes y subrayadas: la vuelta de Obús a nuestra tierruca.
Y es que, si no me fallan los datos, había que remontarse 5 años atrás para recordar la anterior visita de la mítica banda vallecana, siendo acompañados para esta cita, que igual que aquélla tendría lugar en el Escenario Santander, por la gente de Empiric, formación local que llevaba algún tiempo en barbecho, pero que parece haberse refundado con fuerza.
Como es lógico, la vuelta de Obús fue altamente celebrada por los heavys locales, o al menos por buena parte de ellos, especialmente gente ya pasada la cuarentena, pero también se pudo ver a un buen puñado de jóvenes que, probablemente, conocían a la banda gracias a sus familiares y es que estamos ante una banda cuyo legado pasa de generación en generación.
Ya una vez dentro del local, pudimos comprobar cómo el público iba llegando poco a poco, hasta conseguir una entrada similar a la de aquel 2015, sirviendo, como pude comprobar in situ, como reunión de amigos que hacía algún tiempo que no se veían y es que muchos de los seguidores del Heavy solamente salen para eventos especiales y, sin duda alguna, éste era uno de ellos.
Con bastante puntualidad estaban sobre las tablas los actuales Empiric, siempre liderados por Juan Pablo Agudelo, ex integrante de Fatal Portrait, y que aquí se encarga de la voz principal, el cual se ha rodeado de Jorge y Fonso (Bifrost y Mordor) a la guitarra, Edu (Crystal Moors) al bajo y David (Bifrost y Mínima) a la batería, osea un auténtico elenco de grandísimos artistas que esta noche iban a repasar parte de su único disco hasta la fecha, el llamado “Empiric” y publicado en 2016.
Empiric
Y como en el citado trabajo, comenzaron con ese cañonazo que es “Regresaré”, mostrando desde el primer instante que, pese a haber ensayado poco, como alguno de los integrantes nos confesaron, cuando hay calidad se nota, y de esa había a raudales sobre el escenario, para continuar, igual que en el citado plástico, con “La noche eterna”, notándose a los temas mucha más potencia que en la grabación de estudio.
Llegaba el momento de saludarnos y presentarse, recordando que era el primer concierto con esta formación, antes de que continuar con “Donde está”, esa pieza que habla de cuando estas esperando que alguien llegue y no lo hace, combinado melodía y potencia en la misma, antes de preguntar por las chicas allí presentes, dedicándolas la siguiente canción, “Tentación”, que se inicio de manera lenta para luego coger más fuerza, siendo un corte que funciona muy bien en directo y que tiene un sonido muy pegadizo.
Fueron anunciándonos que se acercaba la recta final de su actuación, conocedores de que el plato fuerte estaba por llegar, presentando Juan Pablo a sus compañeros de aventura, no reparando en halagos hacia ellos, siendo ahora el turno de la cañera “Vuelvo a caer”, muy intensa y donde los coros cobraron mucho protagonismo, para despedirse definitivamente, no sin antes hacer una llamada su vocalista a su mujer, fan de Obús y que no había podido estar, a la que dedicó “Náufrago”, un bello tema pero con mucha potencia y con la batería sonando con mucha contundencia.
Y así, en un suspiro se nos pasó el concierto de unos Empiric que supieron rentabilizar su escasa media hora de actuación, demostrando que esta formación tiene mucho potencial y que, esperemos, sea el principio de muchos otros conciertos.
Lo cierto es que los temas, ya de si muy elaborados en el disco, ganaron mucho más en directo, sonando como más compactos, más intensos y convenciendo a un público que, en su mayoría, apenas los había escuchado pero que acabaron convencido por su actuación.
¡Esperemos verlos de nuevo muy pronto y más tiempo!
Y, tras los habituales cambios de rigor y con la gente acercándose a las primeras filas, llegaba el turno de los míticos Obús, que venían presentando su nuevo álbum “Con un par”, editado a finales del pasado 2019 y que ponía fin a casi 10 años de sequia sin tener un disco completo con temas nuevos de los vallecanos.
Tras una intro, que sirvió para que los músicos fuesen apareciendo uno a uno, comenzaba propiamente el concierto con “Rebeldes”, uno de los cortes presentes en el mencionado álbum, mientras se iban ganando a la gente desde el comienzo, con un Fortu muy comunicativo con el público, para, sin pausa alguna, continuar con una de las preferidas de este trabajo como es “La mosca”, muy pegadiza y muy cantada, y es que, no nos engañemos, este disco tiene muchos tema buenos.
Eso sí, la mayoría estábamos allí para escuchar sobe todo esos temas míticos que tanto sonaban en los 80 y ese inconfundible sonido de batería nos llevó a “Necesito más”, de aquel “Dejarse la piel” de 1986, con Fortu pidiendo que diésemos palmas, mientras nos decía que parecíamos cansados, antes de que fuese Paco, el guitarra de la banda y compañero de fatigas de Fortu en estos casi 40 años, el que diese inicio a otro corte celebrado como es “La raya”, de aquel imprescindible “El que más” de 1984, con la gente cantando toda la letra.
Precisamente la pieza que da nombre a dicho disco, “El que más”, fue la siguiente en aparecer, una de mis favoritas de la trayectoria de la banda y que nunca puede faltar en su repertorio, para, con Carlos a la batería metiendo caña, avanzar hacia el trabajo de 1985, “Pega con fuerza”, con ese único sonido de guitarra que nos introduce en “Te visitará la muerte”, mientras Fortu hacia el símbolo de la cruz y acabando con el dedo corazón retando a la muerte.
La siguiente canción iba enlazada debido a lo que el anterior gesto representaba y es que llegaba el momento de “Que te jodan”, pieza que aparecía en su disco de regreso “Desde el fondo del abismo” de hace 20 años y que les devolvía a la primera línea discográfica, después de haber estado unos años con otros proyectos; curiosamente, este tema fue el único que sonaría de los discos comprendidos entre 1987 y 2018 y es que los nuevos cortes vienen pegando con fuerza.
Obús
Llevaban 7 temas seguidos y era el momento de tomarse un ligero descanso que sirvió para que nos saludaran y nos agradecieran nuestra presencia, mientras recordaban el homenaje que la noche anterior les habían hecho dentro del programa de Antena 3 “Tu cara me suena” y reivindicasen el rock and roll en la televisión, antes de desafiarnos a que le siguiésemos con la siguiente pieza, siendo el momento de la mítica “Autopista”, de su enorme tercer disco y que Fortu supo defender como si no hubieran pasado los años.
Era el momento de llamar al camarero para que nos trajese “Whisky con hielo”, uno de los temas más pegadizas y más efectivos para el directo de su actual obra y que fue muy cantada y es que parece que la gente se había hecho los deberes y conocía las nuevas canciones, siendo ésta unida con la batería para ese “Juego sucio”, que cerraba su disco de hace 36 años y en la que buscaron la implicación del público; la verdad es que saben cómo hacer que el concierto nunca decaiga.
Tras agradecer a Angel Rubín, ex cantante entre otros de Adgar y ahora en varios proyectos como Metalodon, el que les hubiera acercado unas anchoas de Santoña, era el momento de regresar a ese disco que nos venían presentando, siendo el turno de “No me lo digas más”, cantada con mucha fuerza y garra y haciendo una parada en la parte final, antes de que una vez más Carlos uniera la anterior con “Dinero, dinero”, de su segundo trabajo, “Poderoso como el Trueno” de 1982, en la que defendieron su vigencia, ya que no les gusta la palabra retirada y que aquí seguían pico y pala mientras haya rock, introduciendo en la misma un fragmento del “Land of a thousand dances” popularizada por Ted Nugent dentro del ambiente más cañero de los primeros años 80.
Sin tiempo que perder, llegaba el momento de la “Pesadilla nuclear”, tema que estaba presente en su disco debut “Prepárate”, con Fortu, una vez más, dando el callo con su voz, antes de que Paco nos introdujese en esa maravilla que es “Va a estallar el Obús”, ese genial corte que abría su obra de 1981 y que hizo que todos saltásemos y coreásemos la canción, ya que es todo un himno atemporal del Heavy Metal estatal.
Obús
Llegados a este punto, Fortu se dio un baño de masas caminando entre los altavoces que separaban el escenario del público, mientras iba presentando a los músicos, siendo el primero Luisma Hernández, bajista de la banda y que tocó unas notas del “Another one bites the dust” de los Queen, mientras que, en su turno, Carlos hizo una auténtica exhibición de talento y espectáculo, primero tocando con una toalla tapándole los ojos, para luego ser Fortu quien se encargase de la batería mientras él hacía sonar una escalera metálica, presentando el cantante a su pareja, que estaba en el puesto de merchán, y luego a Paco, cuyo solo de guitarra dio paso al inmortal “Vamos muy bien”, uno de los himnos etílicos estatales y que estaba presente en su trabajo de 1984, provocando el regocijo y la algarabía de los asistentes.
Estábamos llegando a la recta final y nos preguntaron si queríamos una más deberíamos cantar un poco, llegando el turno del corte que abre su actual referencia, “Sangre de rock and roll”, ese pegadizo y contundente tema que tan bien ha calado entre los seguidores de la música de la banda y con la que dieron por finiquitada su actuación tras casi dos horas sobre el escenario.
Sin duda alguna, Obús reafirmaron lo que muchos ya hemos comprobado a lo largo de su trayectoria y es que son una grandísima banda de directo, que sabe como enganchar al público y como hacer que el concierto nunca decaiga, sin renunciar ni a los temas más míticos, ni a los más novedosos, cohabitando todos ellos en perfecta armonía y sin que desentonen ni unos ni otros.
En los 80 la gente era o de Barón Rojo o de Obús, por ser las dos bandas más grandes de la época, y yo siempre me decanté por los segundos por ese tinte macarra que tenían; sin entrar en polémicas, lo cierto es que a día de hoy estos últimos parecen haber envejecido mucho mejor y han sabido seguir sacando muy buenos discos.
Aquello fue una gran fiesta, con la gente disfrutando, saltando y abrazándose y es que esto es lo que ha de ser un concierto de rock and roll, una auténtica fiesta.
Y así, después de despedirnos de charlar con algunos de los presentes, nos fuimos del Escenario Santander, tras haber disfrutado de una gran velada a cargo de unos Empiric que estuvieron más que a altura y de unos Obús que agrandaron su leyenda y a los que esperamos ver en poco tiempo por nuestra tierruca.
01/02/2020 
Txutxy Cano 
Escenario Santander, Santander, Cantabria
