Así, desde la primera canción y hasta después de “No hago otra cosa que pensar en ti” (durante las que únicamente cantaron), no se armaron ambos de guitarras. Serrat, española; Sabina, eléctrica. Todo ello con el fin de interpretar “Aves de paso”, tras la que Serrat quedaría solo sobre el escenario.
Antes de ofrecer “Las malas compañías” soltaría una serie de chascarrillos sobre Sabina que hicieron reír al público.
Tras abandonar el escenario sería Sabina el que saliera a darle la réplica humorística antes de empezar a cantar. Haciendo bromas del tipo: “me educaron para darle siempre la razón a las personas mayores…”
En esas estaba, dirigiéndose al público cuando no se dio cuenta de que estaba al borde del escenario y pisó fuera de este, cayendo al foso ante la mayúscula sorpresa de los asistentes. Hubo unos cuantos minutos de desconcierto a continuación, durante los que los asistentes sanitarios permanecían inclinados sobre Joaquín Sabina, quien yacía sobre el suelo.
Pasaban los minutos y crecía la inquietud entre el público, ya que Sabina no se levantaba. Más cuando personal sanitario acercó una camilla hasta el foso, en la que se acabarían llevando al cantante. |