Los conciertos del sábado en la Black Bird nos apetecían muchísimo, por un lado Bifrost son una de las mejores bandas que tenemos en la escena metalera de Cantabria, y por otra Trallery, que se ganó hace tiempo un hueco en nuestros corazones. Además, los de Mallorca tenían “excusa” para venir y era traernos su último trabajo de estudio “Isolation”.
Abrían el evento los de casa, Bifrost. Hace pocos meses que los vimos en la misma sala junto a Orion Saiph, y como escogen muy mucho los conciertos que dan al año, cada bolo es un evento especial y apetecible. Además, tanto Fonso como David vienen “entrenados” ya que tocaron la semana pasada en Escenario Santander, con la nueva formación de Empíric.
Como es costumbre en el “Pájaro”, el concierto comenzó muy puntual (y se agradece mucho) con los de casa, los cuales se marcaron “Sunrise” y “Hurt me again” del tirón, sin contemplaciones. No necesitaron esos dos temas para entrar en calor ni acomodar el sonido, nos demostraron una vez más que los años que llevan de trayectoria los han aprovechado muy bien, siendo más que evidente su evolución, madurez y solidez como banda. Con “End of the world” les dieron por el gusto a los más “progresivos” de la sala, siendo una delicia disfrutar tanto de la pegada de Davíd (que muchos dicen “el chiquitín” de la banda, pero ostras con el chiquitín cómo lo da), como del solo tan bien metido de Ovi.
Bifrost
Aunque son bastante más melódicos, los mallorquines no pudieron tener de compañeros de escenario, a una banda que encajase tan bien con ellos ese día. Jose que siempre es muy comunicativo y tanto nos gusta, se dirigió al público para decirnos que el siguiente tema llamado “Strenght to go on” que iban a tocar, se la dedicaban a un amigo de la banda que falleció hace poco, con el que tuvo el placer de montar su primera banda.
Bifrost estaban en casa, se les veía muy cómodos, más a gusto que en brazos y eso se podía notar tanto en el directo, como con el buen rollo que había entre la gente del público. “¿Os podéis imaginar de qué va, no?” dijo Ovi para presentarnos “Corruption we pay”, con una estructura de las que tanto me gustan, como es comenzar el tema rollo melódico instrumental, para pocos segundos después atizarnos en la cara de lo lindo.
Y hablando de atizar, con la versión de Sacred Reach “Independent” dieron por el gusto a los más “thrashers” del lugar, donde Ovi cambió su registro vocal sin despeinarse. La banda se marcó casi una hora de concierto, siendo un visto y no visto cómo a Davíd se le cayó la baqueta e ipso facto, como arte de magia, tenía otra en la mano en el tema que dio fin a su actuación, “Faceless” (No se dió cuenta nadie fijo).
Media horilla nos dieron para echar el piti pertinente y saludar a la gente que se había acercado a la sala, para dar paso a Trallery (los cuales nos lo pusieron difícil para fisgar el setlist. Como diría Humberto: ¡“Venga cabrones”!). Como siempre que vienen, el feedback es brutal, Humberto nos reclama en las primeras filas y nadie se atreve a desobedecerle, marcándose “Crystalizing” un tema muy rollo old school que hace corear a todo quisqui “¡Arriba esas manos cabrones!”. Lo que dice Humberto va a misa.
Tuvieron buenas palabras para la Black Bird (con aplausos incluídos), reconocieron a un montón de caras conocidas en las primeras filas y agradecieron a Bifrost su camaradería en todo momento, además de prestarles todo el equipo. ¡¡Qué tal los Bifrost ¡! ¿Bieen?. ¡Más alto que esto es metal!. “Evil Pride” fue uno de los temas que más me molaron de la noche, y también me gustó mucho ver cómo han ido evolucionando esta gente, se nota que no quieren encasillarse en una banda de thrash metal pura y dura. Humberto se atreve a meter voz melódica y logran crear atmósferas que “te pueden tirar” al death, o incluso al doom. Además, los solos de Biel están muy bien metidos y medidos, ya que no hay dos iguales. También decir que el guitarrista siempre se entrega en cuerpo y alma tanto en lo que toca, como a los fotógrafos y público de las primeras filas.
Trallery
Dedicaron “From nowhere” a Toni Barceló (otro músico y ya familia para los de Cantabria), hermano de su baterista Sebas, que si en líneas anteriores he comentado que Humberto amplía mucho su registro vocal, Sebas no se queda atrás y lo mismo nos vuelve todo locos con el doble bombo, como arropa a la perfección las partes más melódicas de sus temas. Qué máquina eres, macho. Éste tema tiene su toque de progresivo, con sus partes instrumentales donde baja la intensidad, con un sonido muy limpio y unos coros que hacen el tema muy, muy grande.
La sala se llenó de luz pero no de los focos, si no de la cantidad de móviles que quisieron retratar el momentazo de un tema como “Hollow stare”. El tema que finiquitó el concierto fue “White Shadow”, el cual nos comentaron que era el nombre del proyecto de banda inicial.
Al terminar el evento, la Black Bird se convirtió en un mogollón de gente, sonrisas, abrazos y fotos de todos con todos. Normalmente cuando pasa el tiempo, tendemos a idealizar los recuerdos y siempre nos parecen mejores los momentos ya vividos, pero con lo vivido a noche, se rompe totalmente la baraja.