Imagina por un instante una lluvia suave cae sobre tu cara, interrumpiendo tu letargo, abres los ojos confundido, estás en medio de un paraje de campo abierto, en mitad de la nada. Miras a tu alrededor y no ves a nadie. Tras unos kilómetros caminando llegas a una ciudad, la sensación se repite, nadie en las calles, coches abandonados. -¿En cualquier momento va a salir Milla Jovovich por algún lado?-, te preguntas. Finalmente encuentras un corrillo de gente, te acercas a ellos para saber qué está pasando, y cuando se giran te quedas sorprendido, todos con mascarillas de diferentes formas y colores... Hay un virus mortal suelto, te dicen.
Esto que parece el guión de cualquier película o novela postapocalíptica, ha atravesado la frontera del imaginario hasta la cruda realidad, una realidad a la que muchos, prefieren dar la espalda. La falta de memoria del ser humano, hace que se repitan una y otra vez los mismos errores.
En situaciones como esta, en que todo parece perdido, donde parece que lo más esencial se nos va a acabar, la cultura sale en nuestra ayuda. En una sociedad como la actual, tan hiperconectada, tan dependiente de las tecnologías, de las máquinas para hacer casi todo, es cuando las emociones se abren paso, surgiendo desde lo más profundo de nuestro ser. Nos damos cuenta que no hace falta mucho más, estás tú solo y tus emociones.
La música, que es lo que nos ocupa, es uno de nuestros grande aliados en estás situaciones. Por desgracia, todo este tiempo de cuarentena y confinamiento, los eventos masivos han sido los que más han sufrido, por los cierres y también generando una gran inseguridad a los organizadores de eventos, con cancelaciones a última hora de algunos festivales de gran formato, prácticamente sin avisar, aún llevando todas las medidas de seguridad a raja tabla. Pero como suele pasar en otras ocasiones, ante la adversidad, cuando unos peor lo pasan, otros tienen la oportunidad de triunfar. Ese es el caso de los conciertos de pequeño formato, de salas pequeñas. Uno de esos ejemplos lo vivimos, gracias a las 3ªs Jornadas “La Cultura Como base del pensamiento crítico” promovido por ACPT (Asamblea Ciudadana por Torrelavega), que tendrían lugar en el Centro Social Ítaca de Torrelavega. Jornadas que se adentraban ya en su 4ª y última semana, programando varios conciertos, charlas y actividades para los más pequeños.
R.A.D.
En la jornada que nos ocupa, teníamos como plato fuerte el concierto de R.AD, banda novel a la que pude ver por primera vez en su estreno, en Agosto del año pasado, durante las fiestas de Torrelavega, en los eventos que se programaron en el Rincón cubano. Ya por aquel entonces, fueron para mí, una de las grandes revelaciones del aquellos conciertos, por lo que tenía gran interés en ver la evolución de la banda después de estos meses.
R.A.D es un proyecto que empezó como dúo acústico con el grunge y el stoner de los 90's en su impronta, encabezado por Germán a la guitarra, muy conocido en la escena musical de Cantabria, por su paso por Street Vipers; junto a Darío a las voces. Posteriormente se unió a ellos Álvaro a la batería para darle más fuerza a los temas.
Llegarían con su reciente debut discográfico, con la publicación de un EP de 3 temas en directo, titulado «Vindio Live Session», grabado en los estudios Vindio y publicado el pasado mes de Febrero.
Accedería al C.S. Ítaca sobre las 21h, tras reencontrarme con los compañeros habituales de fatigas de los conciertos. Muy sorprendido gratamente con el local, al que había asistido por primera vez la semana anterior dentro de las mismas jornada, para el concierto de Soulbane, con todas la medidas de seguridad que se imponen estos días, mascarillas, geles hidroalcohólicos y luego la mayor novedad de estos conciertos, localidades de asiento y limitadas, en este caso a 38 personas, con compra anticipada por Internet, con la separación pertinente entre cada silla.
Siendo éste ya mi segundo evento en la sala con este formato, poco a poco, la adaptación es mucho más sencilla de lo que podía parecer, no perdiendo ni un ápice de la energía del concierto, sobre todo cuando lo que hay encima del escenario es un portento que destaca con luz propia, somo es el caso que nos ocupa con R.A.D
Pasarían unos diez minutos de las 21h, cuando se oscurecería el escenario apareciendo Germán, ocupando su silla en un lateral, con su ya clásica guitarra acústica, dejando sonar las primeras notas, que poco a poco viajaban por la sala. A los pocos instantes, la luz ganaría en intensidad, entrando en escena Álvaro a la batería y Darío a las voces. A partir de aquí, nada sería igual, las emociones ocuparían su lugar, poniendo sonido a estos días oscuros con el tema “Dark Days”.
Al instante todo cambió, como ya ocurriera durante su actuación en el Rincón cubano, cuando la voz de Darío hace su aparición y cierras los ojos, es como si viajaras en el tiempo a los 90's y tuvieras frente a tí al mismísimo Eddie Vedder, arropado por la fuerza de la guitarra de Germán y la contundencia de la batería.
Comenzaría así el viaje, por el universo particular que ha creado R.A.D, bebiendo de grunge y el stoner de los 90s, llevándolo a su terreno, con una tremenda personalidad que te atrapa desde el principio.
Tras el oportuno aplauso de los presentes, tras el primer impacto, continuaron con el tema “Flutter”, con un inicio oscuro a lo Alice In Chains, presentes desde el principio, gracias a la camiseta de Darío. Buff, como transmite el tío. Mientras la guitarra de Germán y la batería le imprime contundencia física, que te impacta de lleno, Darío va directamente al centro de tus emociones.
Continuaríamos a fuego lento con “Burn It Slow”, con un ambiente más stoner, que me gustó mucho. Con la gente ya muy motivada, darían paso al primero de los temas presentes en el EP, titulado “Lucidez”, también lleno de oscuridad stoner, por el que de manera sinuosa, se cuela la voz de Darío, avanzando poco a poco en el ambiente árido, a modo de contraste, con el cambio de tesitura su la voz, que te pones los vellos de punta. Posteriormente, tras agradecernos la asistencia, continuarían con una versión con el tema “If I have a Heard” de Fiver Ray, que nos sumergió nuevamente en la oscuridad, pero en este caso, es una pieza que te acerca a los sonidos primigenios, más cercanos a la música tribal de la época de las cavernas.
R.A.D.
No abandonaríamos la aridez más cercana al stoner, con otro de los grandes temas del EP titulado “20”, en que nuevamente la voz de Darío está inconmensurable, sobre todo en la parte de subida, donde toma una fase más melódica, que te llega de una manera brutal. Sientes como si te arrastraras por la oscuridad guiado por su voz . Un auténtico temazo, que no deja indiferente a nadie, siempre con la fuerza de los punteos de la guitarra de Germán, remarcando la intensidad.
Encarábamos la recta final del concierto con un momento de relax para Darío, que abandonaría momentáneamente el escenario, para que Germán y Alvaro, nos deleitaran con un mano a mano instrumental, demostrando su gran calidad, creando una atmósfera espectacular jugando con las distorsiones del estilo.
Regresaría Darío al escenario, obsequiándonos con una tremenda versión del “Bella Ciao”, pasada por su tamiz, dándole un rollo más fúnebre, siendo muy coreada por la allí presentes.
Para el final del concierto reservaban, el que para mi, es su mejor tema “Discipline my soul” un temazo con mayúsculas, en el que la voz se acerca en ocasiones a Sully Erna de Godsmack. Es una auténtica bala emocional, la voz de Darío recorrió cada cm de la sala y nos traspasó sin compasión, sumergiéndonos .en su oscura atmósfera.
Concluirían así el concierto, dejándonos con los dientes largos con ganas de mucho más pero por desgracia, no regresarían y darían por finalizado definitivamente su actuación.
Tremenda la evolución de estos chicos. Tenemos ante nosotros un auténtico diamante en bruto, destacando la figura de Darío y su espectacular voz. Muy bien acompañada por la magia de Germán a la guitarra y Álvaro a la batería, sin dudarlo para mi una auténtica revelación en la escena musical de la región, dándole una segunda juventud a todo el fenómeno grunge y stoner de los 90's, teniendo un mérito tremendo ya que ninguno de ellos lo vivió de primera mano.
Espero que muy pronto puedan grabar más temas, ya que los tres temas del EP aunque son muy intensos y muy buenos, te dejan con ganas de mucho más. Recomendando encarecidamente, que si no les has visto en directo, y la pandemia nos lo permite, en cuanto haya otro bolo, no te lo pierdas, serás testigo de un fenómeno musical sin precedentes.
Por último, aprovecho estas líneas para agradecer al C.S. Ítaca por promover esta iniciativa, un local que me ha parecido estupendo y muy acogedor para bolos de pequeño formato, que al final no nos vamos a engañar, para la escena local habitual, es un tamaño más que razonable, para la cantidad de público que suele mover. Esperemos que la actividad se prolongue todo lo posible en el tiempo y podamos volver a disfrutar de muchos más eventos.