Si durante 2019 M Clan no tuvo ninguna actividad debido a las carreras en solitario de sus componentes, este 2020 se lo habían planteado de vuelta a la actividad del grupo. Así ha sido, aunque de forma algo distinta a la prevista: ellos dos solos en acústico y sentados, para dar ejemplo al público. Pero lo importante es que están teniendo un buen número de conciertos. Unos cuantos en el ciclo Viva la Vida.
Después de arrancar en Alcalá es Vida con “Filosofía barata” y “Souvenir”, Carlos Tarque se dirigiría por primera vez al público. Les dedicó la actuación de esa noche a los que asistían por primera vez a un concierto tras el confinamiento debido al COVID19.
“La cosa va de esto… Así que: a cantar y, palmas todo el rato”, añadió Carlos Tarque, sonando a continuación “Llamando a la tierra”, en la que el público pondría en práctica las recomendaciones anteriores. Y es que enseguida se metieron a todos los asistentes en el bolsillo. Hasta a Jose, la persona que les transporta a las ciudades adonde van a tocar, a quien dedicaron “Dando vueltas”.
Este formato acústico y tranquilo se presta a una mayor comunicación con el público como recurso, a la confidencia, a que los artistas cuenten anécdotas y desvelen sus costumbres y sus pautas de trabajo. “Aunque estamos acostumbrados a estar rodeados de muchos músicos en las giras –contó Ricardo Ruipérez después de tocar “Calle sin luz”- así es como componemos: los dos solos, con Carlos a la batería y yo con la guitarra acústica”.
M Clan
La batería no la tocaría esa noche, pero sí el cajón, la pandereta y la armónica. Aunque se hizo muy extraño que estuviese la mayor parte del tiempo sentado dada la actividad que suele tener y la energía que derrocha sobre un escenario durante los conciertos.
“Además, en esta gira es la primera vez que Carlos se ha animado a tocar la guitarra…”, destacaría Ruipérez. “Son guitarras complementarias”, terciaría Tarque. Y añadió: “Es que así se van también con un curso de guitarra por el precio de la entrada”.
No habría sorpresas respecto al repertorio pues, en adelante, irían ofreciendo sus más apreciadas canciones. De “Perdido en la ciudad”, de su primer disco y con Tarque al cajón presentándola: “El blues tuvo un hijo que se llamó rock and roll”; pasando por “La esperanza” y “Gracias por los días que vendrán” (tocada a dos guitarras); a “Miedo” (grabada por infinidad de teléfonos móviles) y “Las calles están ardiendo”.
Mientras tanto el público no dejaba de disfrutar al tiempo que agitaba los brazos a uno y otro lado sin parar de cantar, y los focos se encendían y apagaban bruscamente sobre ellos.
M Clan aprovechaba las pausas para elogiar el recinto donde se lleva a cabo Alcalá es Vida: “Estamos tocando en un sitio increíble. Acompaña mucho. El verdadero espectáculo se ve desde aquí arriba”. O para hacer comentarios jocosos en panocho…
En una de esas pausas Carlos Tarque recomendaría que viéramos en Youtube nada menos que el vídeoclip de “La mandanga” de El Fary. Esto ocurriría recién había acabado de cantar una canción tan intensa como “Roto por dentro”. Para desengrasar…
El álbum del que más temas tocarían sería “Delta”, último disco publicado (2016) y grabado en Nashville, del que sonarían cuatro piezas; dos de ellas, seguidas: “California” y la que le da título. Es un disco que se presta muy bien al formato acústico. Otros temas necesitaron arreglos más complejos.
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Algunas canciones las han aliñado con fragmentos de grandes clásicos del rock como “Gloria” (en la ya citada “Calle sin luz”), donde Carlos Tarque emula a Van Morrison. O “Hasta la vista rock and roll”, en la que introdujeron los acordes más característicos del “La Grange” de ZZ Top, tras lo que abandonarían el escenario para hacer el viejo truco del rock and roll: esperar hasta que el público les pidiera con suficiente intensidad que volvieran a salir para hacer algún que otro bis.
En este caso serían “Maggie despierta” (tocada a dos guitarras y con homenaje cantado a Andrés Calamaro incrustado en la letra: “Te quiero, pero te llevaste la flor y me dejaste el florero”) y “Quédate a dormir”, en la que introdujeron un fragmento de letra y música de la “Escuela de calor” de Radio Futura. Con ella bailaría hasta una señora que despachaba en una de las barras. Más por “Quédate a dormir” que por “Escuela de calor”, lo que no quiere decir que no le gustara también esta última…
Ya en su álbum “Sopa fría” M Clan había rendido un sutil homenaje a Alejo Stivel, su productor de entonces, introduciendo aquella parte de estrofa de “Mira a esa chica” de Tequila que pregunta: “¿Cómo te llamas?” Añadiendo: “No es Carolina…” ¡Nada menos que en su versión castellanizada del “Lola” de los Kinks!
Para rematar la noche regresarían al escenario precisamente con “Carolina” y con Tarque a la armónica conseguirían que no decayera el deleite generalizado.
Presa de la emoción al escuchar la primera estrofa del último tema (con homenaje en la letra original a Los Zigarros), la práctica totalidad del público se puso en pie como un resorte mientras daba palmas al ritmo de la música. Carlos Tarque, temiendo que aquello pudiera llegar a convertirse en un espectáculo taurino o en un concierto de Taburete, les pidió que se sentaran. Le obedecieron inmediatamente, sentándose casi al unísono, como si Tarque hubiera apretado un botón. “Sé que es una contradicción pedir esto precisamente mientras tocamos `Concierto salvaje´… pero lo habéis hecho muy bien hasta ahora y así hay que seguir hasta el final”, se justificó. De hecho, pocos minutos antes les había felicitado por su comportamiento ejemplar durante todo el concierto, cumpliendo escrupulosamente todas las medidas recomendadas.
Así acabaría la noche, con el público entregado, sentado, dando palmas y rematando esta última canción a capella. Y con todos satisfechos como auténticos rockeros y ciudadanos responsables.