Desde hace ya más de 15 años cojo vacaciones en la última quincena de agosto en la que, como casi todo el mundo, aprovecho para hacer muchas de esas cosas que durante el resto del año y debido a la vorágine laboral no puedes hacer; además, en esos días no suelo acudir a conciertos y, generalmente, me alejó de lo relacionado con la música, al menos de manera parcial, para estar más tiempo con la familia.
Este año mi idea era la misma y a partir del día 15 en que fui a ver a Karonte, no pensaba acudir a ningún concierto hasta septiembre, pero un contratiempo en las vacaciones hizo que tuviéramos que pausar ligeramente éstas durante el anteúltimo fin de semana de agosto y por ello se abrió la posibilidad de ver a mis amigos de Aranea Adventus que, dentro de esos eventos que están organizando Noche de Rock y el Ayuntamiento de Torrelavega, iban a actuar en el Teatro Municipal Concha Espina, una propuesta que era más que interesante.
Al cuarteto heavy metalero cántabro le había visto hacía más o menos un mes, dentro de las jornadas que la A.C.P.T organizó en el Centro Social Ítaca, dejándonos un gran sabor de boca y esta ocasión, en un recinto tan majestuoso como es el mencionado Teatro, podía ser algo digno de ver, por lo que para allá que me acerqué.
Una vez llegué al recinto donde iba a tener lugar el evento y atender a las indicaciones del personal del Teatro ocupé mi localidad en segunda fila, facilitándome la visión del concierto y cerca de mis compañeros y amigos fotógrafos Txen y Maya con los que estuve charlando un buen rato mientras la gente, que se fue congregando en un buen número, fue acomodándose en su sitio, esperando el inicio del evento.
Tras los anuncios por megafonía de las normas a cumplir durante el concierto empezaba a sonar la “Introd Maiden Symphonic” por los altavoces, saliendo los músicos uno a uno con unas luces que se iban alternando, comenzando su actuación con la canción con la que se abre su última obra “Capítulo III - El laberinto del tiempo”, es decir con “Tiempo al tiempo” del pasado año, con algunos problemas en la guitarra de Lolo, también cantante del grupo que hizo que este inicio se desluciese un poco, mientras el bajo de Juan sonaba atronador, siendo una pieza que, una vez subsanados los problemas iniciales, funcionó muy bien en directo, con mucho tirón y muy pegadiza.
Aranea Adventus
Nos saludaron y pidieron disculpas por los problemas técnicos animándonos a disfrutar de la noche, lo que sin duda haríamos gracias a temas como el genial “Algún día”, ese maravilloso corte perteneciente también a su más reciente trabajo, con la banda sonando más cohesionado y mostrándose mucho más a gusto sobre las tablas, siendo despedidos con muchos aplausos, antes de anunciarnos que por estas fechas, hacía 30 años y en otra zona de Torrelavega, concretamente en el Auditorio Lucio Lázaro, sonaba la mítica “Fuera de la ley” de Galeón y que ellos recordaron en “Capítulo II – La tierra del silencio” del 2016, muy cantada por la gente y es que es un auténtico himno del rock torrelaveguense, mientras el grupo se mostraba mucho más cómodo y tan comunicativo como en ellos es habitual.
De regreso a su actual obra era el momento de hablar sobre esos medios de comunicación que se dedican a manipular en vez de informar, siendo el turno de “Laberinto del papel”, una canción que ya se ha ganado un sitio entre los clásicos de la banda, para, tras afinar, interpretar uno de los nuevos cortes que ya presentaron en su anterior concierto, concretamente ese “Lestat” que dedicaron a los seguidores de las crónicas vampíricas, muy pegadiza y con ese sonido ochentero tan característico del cuarteto, demostrando que las nuevas composiciones tienen muy buena pinta.
El sonido reconocible de “Doncella de hierro”, presente en su ópera prima “Capítulo I - La llegada de la araña” del 2012, fue recibido con muchos aplausos y es que es un corte muy querido por los seguidores de la banda, que cantaron con ésta el estribillo, con ese gran duelo de guitarras entre Teddy y un Lolo que alargó con su voz el final, para, tras anunciarnos algo más de caña ahora que el mundo está cambiando, volver a su más actual obra con “Vive y deja vivir”, un temazo que nos demuestra la gran calidad que tiene la formación.
Precisamente esta calidad queda más que demostrada en los cortes de su más reciente disco, como esa maravilla que lo cierra llamado “Pasajero del destino”, una pieza muy buena, con esa intensidad que tiene y ese mágico y dulce final, tras la que anunciaron que tenían merchán que podíamos pedirles, o ese genial “Fuego” que habla sobre los heavys y ese sentimiento que nos une, introduciendo ese guiño a los Lujuria que suelen incluir y las guitarras echando chispas, concluyendo con una dedicatoria a Bardal de los Cantaebria que suele cantarla con ellos aunque hoy no había podido estar allí.
Tras hacer un amago de cantar el “Holy diver” del inolvidable Dio, se lanzaron a por otro corte de reciente factura ese “En la calle llora un niño” que habla sobre las victimas de las guerras y que es un tema pegadizo y reivindicativo, que concluye de manera tajante, convirtiéndose en un potencial nuevo himno y que fue muy aplaudido por los allí presentes, para anunciarnos que iban a seguir con algo con solera y que teníamos que cantar con ellos y es que llegaba el momento de ese “Cabalgando”, presente en su primer trabajo, muy esperado y cantado por los asistentes, con un Juan tomando bastante protagonismo en la parte central de la canción.
Aranea Adventus
Se mostraron agradecidos por el comportamiento y la acogida del público antes de anunciar que estaban llegando a la recta final de su actuación. pero antes iban a revindicar ese orgullo de pertenencia a nuestra tierruca con “El llanto del Lábaro”, esa maravillosa pieza que aparecía como bonus track en su último disco, muy extensa pero que no decae, de las de cantar puño en alto y que es imprescindible en su repertorio, sirviendo además como presentación de todos los componentes de la banda y en la que demostraron una gran compenetración de todos ellos.
Pero aún quedaba un más y enlazada con la anterior nos ofrecieron un fragmento de la continuación de la misma, titulada “El resurgir del Lábaro” y que tiene muy buena pinta, con mucha fuerza pero sin olvidar esa melodía que nunca puede faltar en sus composiciones.
Y así, tras hora y media de actuaciones y entre muchos aplausos, se fueron Lolo, Teddy, Juan y Adrián, habiendo sacado adelante una gran actuacion, pese a los problemas iniciales y es que, cuando se tiene muchas tablas y mucha calidad, no sólo se vencen esas adversidades sino que, además, se da un concierto más que notable.
Una gran velada, inolvidable, tanto para la banda como para los asistentes, que disfrutamos de una especial noche de Heavy Metal, en una ubicación tan poco habitual para estos sonidos como es el Teatro Municipal Concha Espina, y que el cuarteto supo aprovechar para repasar parte de sus canciones clásicas y ofrecernos algunas de sus nuevas composiciones, las cuales nos aventuran un gran próximo trabajo.