Al poco de que Amaral hubiera empezado a presentar su salto al color, el COVID 19 nos sumió a todos en las tinieblas. Tanto que -confesado por Eva- empezaron a pensar que igual tendrían que dedicarse a hacer botijos para poder comer tras tener que suspender todos sus actuaciones programadas.
El esperanzador haz de luz de la nueva normalidad les dio la oportunidad de continuar actuando en conciertos de aforo reducido. Y en acústico.
Como viene siendo una constante en la continuación de la gira, la base del concierto del ciclo Alcalá es Vida fueron las canciones de “Salto al color”, del que únicamente no tocarían ”Tambores de la rebelión”, “Juguetes rotos”, “Lluvia” y “Halconera”.
Empezarían con “Señales”, quizá para comprobar las señales que les llegaban desde debajo del escenario. Porque, como le dirían más adelante al público: sin vosotros no somos nada. También se lo cantarían.
La transformación de sus esculturas sonoras para este formato está muy pensada y trabajada. Nada es porque sí. Hasta el vestido que lucía Eva Amaral esa noche parecía extraído de la portada del último disco. Y aunque las canciones no llegan a adquirir todo el complejo cromatismo sonoro del disco, sí reproducen unas cuantas pinceladas de esas nuevas influencias musicales del grupo; sobre todo cuando Juan Aguirre enchufa su guitarra rítmica.
Con el paso de los años y los álbumes han demostrado que no solo son un grupo que hace canciones de relaciones sentimentales muy intensas, por las que fueron conocidos mayoritariamente en sus comienzos. Han ido abriendo otros caminos temáticos en sus letras y nos han entregado dosis de realidad cruda impregnada de rabia, rebeldía y exquisito buen gusto. El caso más evidente es “Ratonera”, pero esta faceta suya ya aparecía en su cuarto disco con “Revolución”. Este último tema, esa noche también lo tocarían bastante antes de “Hacia lo salvaje” (en la que incluyen en esta gira el estribillo de la versión musicalizada por Paco Ibáñez del poema “A galopar”, compuesto por Rafael Alberti). Los grandes artistas siempre acaban posicionándose con sus canciones.
Además rindieron homenaje a Ennio Morricone, incluyendo la parte vocal de “El éxtasis del oro” durante su interpretación de “Sin ti no soy nada”.
Amaral
En este último disco han acertado de lleno con sus letras: “Es nuestro tiempo; tan extraño y violento. Parece que es el fin y solo es un comienzo” o “Nunca volveremos a encontrarnos entre la multitud”. No obstante, ya anteriormente nos habían dado canciones apocalípticas, desoladoras y premonitorias: “Dime por qué las calles están vacías. No veo a nadie” (Chatarra); “Hemos nacido en el tiempo equivocado. Somos hijos del futuro arrebatado” (En el tiempo equivocado); o “La Tierra conocida no existe ya (…) Todo lo que fue no volverá” (Nadie nos recordará). Como “Ratonera”, éstas tres últimas canciones tampoco las tocarían en este concierto.
Aunque quizá habría que hablar de conciertos, en plural, de Amaral en Alcalá es Vida, porque el cambio de la normativa de un día para otro por parte de la Comunidad de Madrid obligó al grupo a tener que hacer dos pases para que todos sus seguidores que ya habían comprado entrada pudieran ver al grupo sin que se sobrepasara el nuevo aforo máximo permitido.
Por este motivo, el de Amaral fue el último concierto de Alcalá es Vida, quedando suspendidos todos los que había programados posteriormente; a pesar de estar vendidas ya un gran número de entradas. Porque, de pronto, aparecieron las prisas por frenar los contagios en la Comunidad de Madrid a toda costa. Y, como siempre, la cultura ha pagado los platos rotos de los errores de otros; a pesar de que en este ciclo se han cumplido, desde el primer hasta el último día, todas las normas sanitarias de seguridad.
La cultura no contagia; al contrario: vacuna contra el odio o la intolerancia, aparte de otras actitudes nada deseables. A la música popular (la que le gusta al pueblo llano) se la ha señalado como el culpable necesario; y ella y sus seguidores se han convertido en los juguetes rotos de quienes no ponen nada de su parte para solucionar los problemas de los que los han elegido. Porque lo más fácil es buscar el conflicto con el adversario; lo difícil, pensar en los demás y llegar al entendimiento.
Amaral
Planeta Tierra. Año 2020. Desde mediados del siglo pasado ya se barruntaba distópico y apocalíptico. A pesar de haber conseguido que hasta ahora no se haya producido la Gran Hoguera, esto no ha sido óbice para que los libros hayan sido arrinconados y sustituidos mayoritariamente por los entretenimientos basura de las telepantallas; para que se pueda disfrutar masivamente de moloko, casi sin restricciones, sentado o amontonado en cualquier rincón sin tener que someterse a la renovación en el Carrusel; o para que se justifique lo inaceptable mediante el doblepensar, la neolengua y los inspectores de Climas Morales.
Mientras tanto, Amaral estaba acabando su primer pase del 5 de septiembre…
Hay que destacar que, a pesar de la dificultad añadida surgida, el dúo zaragozano no perdió el entusiasmo y su profesionalidad, y con gran generosidad trabajó doblemente para que ninguno de sus admiradores saliera perjudicado por la situación inesperada. E intentaron complacer a todos los asistentes. Dentro del repertorio programado, ya que hubo una joven que se quedó con ganas de escuchar “Rosita”, la cual pidió insistentemente a lo largo de este primer pase. En compensación pudo escuchar bastantes otras canciones ya clásicas del grupo: “El universo sobre mí”, “Bien alta la mirada”, “Cómo hablar”, “Kamikaze”, “Moriría por vos”, “Nocturnal”, “Cuando suba la Marea” y “Salir corriendo”.
Al final, Eva Amaral dio las gracias a todo su equipo que, desde allí o desde sus casas, había hecho posible que hubieran actuado en esa jornada de Alcalá es Vida. También a los organizadores de este ciclo, que ha contado con la participación de grandes artistas.
Influido por la crítica situación que se vive en este planeta y por algunas de las letras de Amaral, hay una pregunta que últimamente me está rondando por la cabeza: ¿A quién hay que rezar para que nos invadan los extraterrestres de una vez por todas?
Quizá ésa sea la única solución para que el ser humano no acabe de destrozar la Tierra y todas las formas de vida que alberga.