Y de repente lo coges; has tomado todas las medidas del mundo pero lo tienes. Un día estás trabajando, al día siguiente estás de concierto, al otro andando por el campo y de repente te encuentras con fiebre muy alta, una pcr que confirma tus temores y una semana en el hospital, sumando dos semanas y media separado de tus seres queridos. Desgraciadamente nada diferente a lo que le pasa a mucha gente con este coronavirus que nos ha cambiado la vida.

Por todo ello, y siendo totalmente sincero, no tenía en mis pensamientos ni de lejos ir a un concierto pero, las casualidades de la vida, el primer día que pudimos salir a dar un paseo nos dijeron que, al día siguiente, había concierto enfrente de donde estábamos, en el Teatro de Los Corrales de Buelna, de nuestros amigos de Vaquero y como se suele decir así se las ponían a Felipe II, por lo que allí fuimos a coger un par de invitaciones. Mejor sitio y más seguro pocos.

Nunca había visto un concierto de rock en este escenario, pese a que los ha habido, pero por cuestiones laborales no había podido ser y que mejor que ver a los chicos de Vaquero con alguna integrante del municipio y a los que la última vez que vimos fue en otro sitio muy querido por nosotros como es la Asociación Cultural Los Bancos de Atrás de Unquera a finales del 2019 ¡No ha llovido nada!

Por cierto, la primera vez que vi a esta banda fue enfrente de donde estábamos, hace ya casi 5 años.

Accedimos al local a la hora fijada, aun con poco público dentro, por lo que entre que la gente salía de trabajar y los que estaban apurando los últimos tragos antes de acceder al recinto, el comienzo del concierto se demoró unos veinte minutos, tiempo que aprovechamos para charlar con algún conocido desde nuestra ubicación, situada en la parte superior del teatro justo detrás de los técnicos.

Y ahí teníamos ya sobre las tablas a Tito Crespo a la batería, Abel del Pozo a la guitarra, Vero Valdezate al bajo y Juan Carlos Argüeso “Vaquero” a la voz y la guitarra, estos cuatro músicos que integran la banda y que salían, con una intro de fondo, dispuestos a repasar sus tres trabajos hasta la fecha, comenzando su actuación con la que cierra su actual disco, “La grandeza de mis pequeñas cosas” del 2019 y del que aquí os hablamos, interpretando esta pieza, “Sin norte”, con un sonido tranquilo y pausado y saludando a los presentes en mitad de la misma.

Mientras intentábamos acostumbrarnos a la difícil acústica del local, la banda enlazó la anterior con la que daba nombre a su primer trabajo, “Viaje a tu recuerdo”, de aquel 2013, mostrándose encantados de encontrarse allí, para, tras reconocer que necesitaban esto y además en casa de Vero, recordarnos aquello de que con nosotros cerca todo es “Mejor”, una de los temas más conocidos y esperados de aquel “Piedras”del 2017 y que supuso un fuerte empujón dentro de la trayectoria del grupo.

Recordaron la palabras de ese gran artista y poeta que es Joaquín Sabina con el corte “Princesa”, una de esas canciones que, pese a no ser de su autoría, no puede faltar en su repertorio, con esa búsqueda de la complicidad de los presentes, para, tras recalcar el placer que les suponía tocar después de un año sin hacerlo delante de público, recordar su anterior trabajo con el corte que le daba nombre “Piedras”, siempre muy esperada entre sus seguidores.

Nos confesaron que estaban más nerviosos casi que en su primer concierto, pidiéndonos que nunca dejemos de soñar con “Estrellas varadas”, de su último trabajo y con la actuación cogiendo más intensidad, algo que se notó especialmente a partir de este corte, para, siguiendo con su última referencia y con Vaquero cogiendo unas guitarra acústica, continuar con “La piel del viento”, una pieza muy tranquila y amena que nos dejó un gran sabor de boca.

Aún con la guitarra acústica, su cantante nos preguntó quien no se ha sentido alguna vez “El chico de los recados”, otra pieza muy movida y que también estaba incluido en su más actual obra, para continuar, ya con Vaquero con la guitarra eléctrica, con el tema que iniciaba el citado trabajo del 2019, es decir “Demasiadas expectativas”, notándose la fuerza que querían imprimir y esas ganas de tocar delante de público.

No hubo pausa entre la anterior canción y esa versión que hicieron del mítico “No dudaría” de Antonio Flores, uno de esos cortes que ya tocaban cuando aún tenían un solo trabajo y hacían muchas versiones para alargar el repertorio y que sirvió como presentación de los músicos, destacando el bajo iluminado de Vero.

Llegaba el momento de pegar un “Salto al vacío”, siguiendo el repaso de su más cercana obra, esperando que esto sea el principio de una vuelta a la normalidad, sonando muy animada y con la banda demostrando su solidez, para, sin dejar este disco y siendo enlazada con la guitarra, continuar con “Malos tragos”, muy rockera y movida y que hizo que la gente se agitase en sus butacas.

Parece mentira que en pleno 2021 haya que hacer canciones sobre la violencia machista para que ésta sea erradicada, pero es así y Vaquero tienen en su último plástico una muy querida y esperada, “Me quiero viva”, en la que colabora Patricia Giksen aunque esta noche no pudo estar allí, tras la que nos preguntaron si teníamos ganas de cantar, con aprobación por parte de los presentes, siendo el momento de “Bonnie and Clyde”, de las más destacadas de su anterior trabajo, muy animada y bailable: que pena tener que estar sentados.

Tras elogiar a los asistentes, nos preguntaron si nos gustaba el “Whisky barato”, llegando el momento de la muy conocida canción de Fito y Los Fitipaldis, muy cantada  y despedida con muchos aplausos, para recordar al chico que salía en la portada de su segundo disco y que estaba allí presente, siendo el turno de “Por abrir sus alas”, la cual también sirvió como agradecimiento a todos los que hicieron posible que ellos estuviesen allí y sobre todo a los presentes y a los técnicos, reiterando la presentación de los músicos que componen la banda.

Recalcando los agradecimientos y el que les hubiéramos hecho muy felices por estar allí, llegaba el momento de continuar el recuerdo a su anterior trabajo con “Superhéroe”, muy buena y pegadiza y con la gente muy animada, para regresar a su disco más reciente confesándonos que a partir de ahora somos “Tu mejor enemigo”, muy intensa y cañera y haciendo disfrutar a todos los asistentes. 

Y llegaba el final del concierto con el deseo de que esto se solucione pronto, aunque nos dijeron que nunca iban a olvidar que hoy estuviésemos aquí y, como dice la canción, cuando esto se haga grande yo me hago “Pequeño”, también de su álbum del 2019 y que sirvió para poner un gran colofón, después de hora y media sobre las tablas, a su actuación que fue ganando en intensidad a medida que fue avanzando.

Si he de ser sincero, y como es normal, a la banda se la notó falta del rodaje, algo lógico cuando uno no ha dado conciertos recientemente, además de que el recinto tampoco es que ayudase mucho para que el grupo se luciese, pero eso no es importante, ya habrá días mejores, ya que lo realmente destacable es que estos cuatro músicos volvieron a poder tocar delante de público.

Pese a todo, Vaquero dieron un buen concierto, que sirvió a la banda para quitarse las telarañas y al municipio de Los Corrales de Buelna para recuperar el rock en sus límites, algo que de verdad es totalmente necesario tanto para unos como para otros, ya que la cultura tiene que normalizarse dentro de esta extraña realidad que nos toca vivir.

¡Gracias por esta noche!

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Y así, tras saludar a una buena parte de los presentes, nos fuimos del Teatro de Los Corrales de Buelna, muy contentos por la experiencia vivida, gracias al ayuntamiento del citado municipio y a nuestros amigos de Vaquero, con los que siempre disfrutamos en directo; esperemos repetir tanto con la banda como en el citado recinto y municipio que falta hace.