No suele ser muy habitual que haga dobletes básicamente porque se suelen solapar los conciertos y no me gusta ir a estos cuando ya han empezado, pero en esta nueva situación que estamos viviendo cada vez es más extendida la opción de eventos a la hora del vermut (o del blanco que decimos por estas tierras), por lo que se trata de amoldarse a esta nueva realidad.
Y así, este último sábado de mayo, tras ver a los Leona por la mañana en Torrelavega me fui por la tarde a Cudón donde, una vez más y como cada mes, la gente de Noche de Rock despedía mayo con un concierto en colaboración con el ayuntamiento de Miengo y si el mes pasado actuaron la gente de Rimshot, esta vez teníamos cita con la caña de los Granada Goblin.
La mala suerte se cebó el pasado año 2020 con los planes de la banda a causa de la pandemia ya que el quinteto cántabro no pudo presentar su último disco “Hongol”, editado a finales del 2019, ya que el concierto presentación se iba a realizar un par de semanas después de que nos confinarán.
Eso sí, durante el pasado año pude llegar a verlos dos veces, una en el Black Bird y otra apenas unos días antes del citado confinamiento en el Rock Beer The New, en donde se atrevieron a tocar una canción del mencionado disco, algunos de cuyas particularidades repasamos con la banda en una entrevista que les hicimos..
Llegué al local con tiempo para coger un buen sitio y ya había una buena afluencia de gente habidos de escuchar muisca potente y es que el aforo se había llenado con creces, incluso con el incremento que se había producido gracias a las nuevas medidas, accediendo al recinto tras la habituales medidas de seguridad tanto en la entrada como ya dentro del mismo.
Granada Goblin
Siempre es un gusto acudir a los conciertos que organiza la gente de Noche de Rock porque son muy escrupulosos con los horarios y eso es algo de agradecer, subiendo Oskar Sánchez a presentarnos el evento y recordándonos la manera de funcionar con entrada gratuita pero con una hucha que se pasa al final para que cada uno pague lo que consideré oportuno.
Nada más subirse al escenario pudimos ver que en esta ocasión el habitualmente quinteto había perdido un efectivo y es que Tillo, como luego nos comentaron, tenía ocupaciones laborales ese día y no pudo acudir, comenzando su actuación con un corte nuevo llamado “Yogurt antinatural” que sonó cañero y que fue cogiendo intensidad a medida que avanzaba, con muchas partes lentas y pesadas en el tramo final. La maquinaria no para de crear.
Vacilando con nosotros sobre que era una pena que estuviésemos sentado pero que realmente si estaríamos de pies nos íbamos a mover lo mismo, comenzaron a repasar su primer trabajo, “Jackalope”, con “Mamuts” sonando muy contundentes, especialmente la batería de Toro, para ser Fran, el guitarrista único de esta noche, el que presentaría “La torre oscura”, de la misma obra, en la que se les notó muy compactos y con un sonido muy potente.
Tras ésta nos explicaron el porque esta noche eran uno menos, para continuar el repaso a esa opera prima, que ha cumplido este año una década, con “Terrícola agrícola”, esa canción que habla de abducciones, muy intensa y viéndoseles más cómodos que al principio, para ser Gabo el que diese entrada con su bajo, seco y cortante, a otro tema nuevo llamado “Navajo”, imitando el sonido de un ritual indio, ganando intensidad a medida que entraban los instrumentos y con Dani, su vocalista, simulando el cante de los indios, siendo una pieza con un colchón muy potente, lenta pero pesada y con un final también intenso.
Continuaron con el repaso a su discografía y ahora tocaba darse una vuelta por su trabajo “Y el misterio del chile fantasma” del 2014 que contenía auténticos himnos como ese “Jesucristo Yeti” que animó aún más a los presentes y es que es de las que más gustan, siendo seguida por “Prisionero”, otro clásico, con un sonido muy cañero pese a que el local no tiene una buena acústica para este tipo de música tan potente como se pudo apreciar.
Granada Goblin
Terminaron el repaso a este segundo plástico con precisamente el corte que le cerraba, “Mi primera excomunión”, ahora que es tiempo de comuniones y que fue aprovechado por Dani para vacilar sobre ello, con un sonido muy potente pese a solo tener un guitarrista, para dar paso a otro temas nuevo llamado “Árido vergel”, para, como ellos dijeron, cambiar de disco, con el bajo comenzando y entrando los instrumentos de manera gradual, mientras la voz aparecía un poco más tarde, siendo, como los anteriores estrenos, una canción más larga y densa de lo que nos tenían acostumbrados hasta la fecha.
Momento ahora de su plástico del 2018, “Ciencia fricción”, primero con Toro a las baquetas lo que supuso un giro en su sonido, y que contenía temas como ese genial “Barba de abeja”, con el que tuve que contenerme en el sitio ya que es de los que más me gustan del grupo, para seguir, tras un breve respiro, con la que la daba nombre a ese álbum, es decir “Ciencia fricción”, con esa entrada potente y aprovechando el parón que el corte tiene hacia la mitad para recordarnos que tenían un puesto de merchán y podíamos hacernos con discos y camisetas de la banda.
Para despedir su anterior disco invitaron a Laura Sánchez que ya colaboró en el mismo para cantar con ellos “Granada goblin”, dejándonos una buena combinación entre ambas voces, mientras Fran, debido a la ausencia de Tillo, hizo el solo de guitarra con la boca ante la carcajada generalizada.
Turno ahora de otro tema nuevo, siendo en este caso “Tacos”, que empieza a toda velocidad, muy intensa y con la guitarra dando cera, dejándonos con una buena demostración de la calidad de los músicos, bajando a un ritmo más lento y pesado a medida que avanza, para volver con más fuerza en la recta final y acabar en todo lo alto. Ojo con estas nuevas piezas que están muy muy bien.
Nos anunciaron que iban a ir acabando, agradeciendo a Noche de Rock y al ayuntamiento de Miengo que hubieran contado con ellos, siendo el turno de la única canción que tocaron de su más reciente disco, que, como ellos mismos dijeron, esperan presentar algún día de estos, siendo ésta “II Ohmniausente”, con ese comienzo lento y pausado pero cuya fuerza e intensidad va subiendo poco a poco, antes de concluir con otro corte nuevo, “Perros prehistóricos”, con un comienzo muy cañero y manteniendo esa intensidad hasta el final: otra gran tema que demuestra que la banda no se ha estado parada.
Granada Goblin
De esta manera y tras algo menos de hora y media de actuación, se despedían los Granada Goblin habiendo dado un muy buen y ameno concierto, en el que hicieron un amplio repaso a sus cuatro discos y nos presentaron unas canciones nuevas que, a tenor de lo escuchado esta noche, tienen muy buena pinta y van a dar un nuevo aire al sonido de la banda.
Aunque ni el sonido del local ni el formato en el que tuvieron que tocar ante la baja de Tillo eran los ideales, el grupo supo sacarlo adelante el evento con mucha entereza y ahora solo nos queda esperar a que llegué la presentación oficial del “Hongol” y seguir disfrutando de estas nuevas composiciones que nos mostraron esta jornada.
La verdad es que el crecimiento de la banda está siendo muy grande, con unas composiciones que cada día son mejores y ahora solo hace falta que la gente siga apoyándoles cada vez más porque se lo merecen y son una auténtica garantía en directo.
Y así, tras charlar con algunos de los presentes y adquirir una camiseta de los protagonistas, me fui del Centro Cívico de Cudon a una hora que era a la que en otras épocas aun no habían comenzado los eventos y es que de lo mejor que esta pasando con esta nueva “normalidad” es que los conciertos son a una hora prudencial que te permite luego ir a tomar algo o a dar una vuelta no como antes que del concierto casi tenias que irte a la cama.
Agradecer a Granada Goblin el gran concierto que hicieron, a Javi Prieto todo el esfuerzo que hizo para que aquello sonase lo mejor posible y por supuesto a Noche de Rock y al ayuntamiento de Miengo por seguir reglándonos esta cita mensual con la música en directo.