Encuentro mágico el 12 de junio en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII con la gran artista Nathy Peluso, de la mano del festival “Noches del Botánico”. Cayó el sol y todas las luces se centraron en el escenario, el público de las gradas, notablemente emocionado, comenzó a patalear en sus asientos formándose con el compás de todas los aplausos y gritos, una sinfonía preciosa que animaba a la artista a salir.

Luz tenue, chorro de humo y toda la banda que acompaña a la argentina sale al escenario. Tensión, ganas y un auditorio absolutamente entregado. No tarda en salir una poderosa Nathy Peluso, los asistentes gritan emocionados y empieza el show con nada más y menos que “Celebré” de su último álbum “Calambre”. Le siguen “Sana sana”, “Buenos Aires” y “Trío”.

Ventiladores, melenas al viento, humo de fondo, suaves luces y una Nathy que con tan solo una canción ya se había proclamado reina de la noche. Cabe mencionar que recordaba a aquellas grandes artistas de los 80 como podían ser Madona o Tina Turner; incluso, si se me permite, a la actual Beyoncé o Lady Gagga. Sin duda, estaba claro que estábamos ante una gran artista que va a darnos mucho.

“Natikillah” avivó el ambiente en cuestión de segundos, el mejor coro que podía tener la artista, su propio público y es que no había una estrofa que no se supiesen. Mientras tanto Nathy Peluso bailaba y azotaba el viento con su melena a la vez que cantaba y se le veía pletórica. Tras finalizar la canción, lanza dos rosas a cada extremo del público y suena “Puro veneno”, también de su último disco, y teletransportaba a todos los presentes a un ambiente latino con una salsa que se te metía en la sangre.

Entre canciones, la argentina agradece a todos los que han ido a verla y añade "Quiero que se abracen ustedes mismos, con mucho amor". Las canciones que prosiguen serán “Llámame”, “Hot Butter” pero con “La Sandunguera” el auditorio se viene más arriba si cabe, emocionados y con las gargantas un tanto ya acaloradas. De repente, todos estábamos en un concierto de hiphop, nadie incómodo, nadie desubicado, todos arriba y moviendo las manos. Si hay algo verdaderamente fascinante de Nathy Peluso es sin duda su capacidad multidisciplinar, una artista de los pies a la cabeza que no descuida ningún detalle.

Llegó el momento de la canción que se convirtió en un himno para muchas, la cual todo el mundo a la par cantó: “una perra sorprendente, curvilínea y elocuente”. Le siguió “Amor Salvaje” y tras finalizarla, todo el auditorio se calló, tan solo una luz iluminaba a Nathy sobre el escenario, la banda quedó completamente en segundo plano, solo había ojos y oídos para la argentina. Sin mayor esfuerzo, comenzó a cantar “Arrorró”, todos nos encontrábamos atónitos y con la piel de gallina, ya que una vez más la artista demostró su tremendo chorro de voz.  

Sonó “Corashe” y todo el mundo se empoderó, cantó y bailó, en sus sillas por supuesto. Tras acabar la canción se marchó, dejando unos minutos de gloria a la banda que le acompañaba. Parecía que llegaba el momento de poner punto y final pero, era evidente todavía queudaba la mejor parte.

Al unísono del público “otra, otra”omenzó a sonar “Delito”, uno de los grandes temas del último disco,  todo el mundo comenzó a chillar y a moverse desvergonzadamente, melenas al viento y caderas de un lado para otro. Le siguió la icónica “Bussines Woman”, la cual inevitablemente te teletransportaba a aquellos videoclips los 80 y la cultura del hiphop.

Finalizó con “Agarrate” de una forma culminante, como ya venía siendo todo el concierto. Sin duda alguna, Noches de Botánico ha dado en el clavo iniciando el festival con posiblemente una de las artistas más icónicas del momento. Sudor, caderas, empoderamiento todo ello, Nathy Peluso.