Antes de comenzar a hablar de la crónica como tal, queremos dejar claro que nuestro equipo no pudo cubrir el concierto del viernes de Ciudad Jara por problemas logísticos, y hablando el sábado con las personas que sí que pudieron asistir, tuvo que ser un directo muy bueno. En cambio, pudimos acudir sin problemas a los conciertos de Reincidentes y Boikot del sábado, y de El Drogas del domingo, así que vamos al lío, que hay mucho de lo que tratar.
Si algo nos ha quedado claro 15 meses después de que toda la escena musical se viera paralizada, es lo mucho, mucho, que ha cambiado todo este mundo. Y mi amado Vintoro es uno de los que más perjudicados se ha visto, llegando al punto de casi resultar irreconocible en su formato y en su espíritu. No es algo negativo, ni mucho menos, pero de no ser por el nombre del cartel, y por las eternas pulseras, esto no sería lo que hemos venido conociendo en estos primeros compases de cada verano. Por problemas atmosféricos, se cambió la ubicación del exterior, al interior, trasladando todo el festival al pabellón polideportivo de Toro, y siguiendo con la normativa de no servir ni consumir alcohol durante todo lo que durasen los conciertos.
Sumado a todo esto, lo que ya sabemos: distancia social, mascarilla omnipresente, nada de bailes ni paseos, aunque sí que podía levantarse la gente, una norma nueva que entró en vigor la semana anterior, cuando estuvimos cubriendo el Palencia Sonora. He de decir, desde mi más humilde oído, que la acústica no fue la más apropiada, y que de eso se podría haber beneficiado si lo hubieran mantenido en el recinto original.
Reincidentes
Alrededor de las 21:00, bastante puntuales con la franja que se les dio, fueron saliendo los cuatro de Reincidentes, en una configuración entre acústica y electrónica, con menos potencia y cantidad sonora de lo que vienen acostumbrando, para satisfacer los requisitos que ahora se han impuesto. Los sevillanos salieron a tomar sus asientos con “Aprendiendo a luchar” como ascensión de su telón, y a partir de ahí, apenas se tomaron un descanso, si bien su ritmo fue bailando entre temas más tranquilos y otros más cañeros, para demostrarnos que sus 34 años de carrera musical no van en broma, y que son tan rockeros como punkys, todo bien mezclado en sus cuerpos.
Ya con “La republicana” iban fuertes, pero esto no bajó ni por un momento y tampoco se dejaron fuera “Ay Dolores”, “Jartos daguantá”, “Grana y oro” y “Los hijos de la calle” como representantes de su segunda mitad del directo. Y cómo no, cerraron con su tema más conocido, bailado y cantado por medio país, que no puede ser otro que “Vicio”, tras el cual se despidieron entre aplausos y gritos, porque reconozcamos que había muchas ganas de verles, aunque fuera a medio gas por el formato electroacústico.
Reincidentes
Tras ellos, y ya prácticamente con el cielo nocturno y nublado, fueron empezando los cambios de configuración en el escenario para los que estaban por salir, que es una banda que llena escenarios, literalmente, porque rozan los diez integrantes, según el tipo de concierto que den. Boikot sí que traían un directo más cercano a lo que estamos acostumbrados, sin resultar acústicos, y eso se nota por todas las cuerdas, viento y percusión que traen bajo sus brazos. Pantalones de pana, tirantes y boinas se convirtieron en su vestuario para esta noche de junio, y en cuanto tomaron todas sus posiciones, comenzó la música de baile, abriendo con “Jarama”, y siguiendo con un pequeño fragmento de “Bubamara”.
Hicieron un buen repaso a sus casi 35 años de trayectoria, sacando a las tablas temas de casi todos sus discos, incluso aquellos en los que han colaborado con otros artistas. “Korsalov” y “Lágrimas” nos hicieron vibrar desde nuestros sitios, y fueron desfilando otros guerreros de sus filas, como “Che”, que es posiblemente uno de sus temas más conocidos, cantados y bailados. Y lo que nos quedaba de su set list no era para bromas ni para estarse quietos, como bien demuestran “Instinto animal”, “Amaneció” y, sobre todo, “Bella ciao”, uno de los temas de ska más versionados de todos cuantos recuerdo. No nos dieron ni un minuto de descanso, contando incluso con una niña para interpretar los coros en directo, y pese al cambio radical de formato del festival, ciertas sensaciones sí que pasaron por nuestras pieles, ya que Boikot y Vintoro han ido muy unidos desde hace varios años.
Boikot
Según fue avanzando el repaso a su historia como grupo, se fue acercando el final de este bolo, y en cuanto empezaron con “Skalasnikov”, ya dimos por hecho que iban a echar toda la leña al fuego con el que habían incendiado el polideportivo. Ya la gente no pudo evitar ponerse en pie de sus asientos, y con lo que siguió, los bailes (en el sitio) no fueron pocos. “Lloraré”, “Naita na” y “Titanic gritó en alto” nos dejaron con las palmas de las manos enrojecidas, y a los que conocemos bien a este grupo, sabíamos de sobra el tema con el que nos iban a decir el hasta pronto. “”Hablarán las calles” sonó por todo lo alto, obviamente sin las colabos de la gente de Zoo, Los Chikos del Maíz ni la Raíz, pero las sensaciones de ese temazo a varias bandas estaban ahí, bien presentes.
Tras esto, las despedidas, las ovaciones, la nube de aplausos y el desfile hacia el backstage, y se fueron enmudeciendo los micros, tensando las cuerdas, apagando los altavoces. Era temprano, la gente tenía ganas de más, así que la fiesta siguió por las calles de Toro, en busca de todas esas cervezas y kalimotxos fríos que no se pudieron beber en el interior. Esa ya es otra historia, en la que nosotros también participamos, pero que quizás contemos a los nietos de otros.