Aunque soy principalmente seguidor del rock en prácticamente todas sus variantes y especialmente del Heavy Metal y derivados, nunca he dejado de escuchar otras músicas porque hay muchas y muy interesantes si abrimos un poco las orejas y sin duda una que siempre está ligada a nuestra tierruca es el folk.
Reconozco que no era mi primer plan para ese día ya que desde hacía semanas tenía prevista otro evento al que acudir, pero cuando esa cita se canceló no dude en acercarme a ver a Marcos Bárcena al Centro Cívico de Miengo en Cudón donde, una vez más, la gente de Noche de Rock nos iban a ofrecer música en directo.
Hablar de este cantante es hacerlo de una verdadera institución musical en Cantabria, gracias, no solo a su pasado con Luétiga y Atlántica, sino también a su presente ya sea en solitario o colaborando junto a otros artistas como Miguel Cadavieco, a los que vi en varias ocasiones, la última de ellas os la contamos aquí.
Aunque en sus orígenes fue más conocido por su vinculación al folk por los grupos anteriormente citados, ha ido incorporando a su repertorio música de autor y combinando ambos estilos de forma natural, completando una trayectoria de 35 años, con un montón de discos publicados a lo largo de este tiempo, junto a colaboraciones con otros músicos.
A la llegada al centro aun no éramos muchos los presentes aunque poco a poco la cosa se iría animando hasta presentar una buena entrada cuando, con la máxima puntualidad marca de la casa, Oskar Sánchez, en nombre de Noche de Rock, subió a presentar el evento, agradeciendo al alcalde de Miengo su presencia, recordando el funcionamiento de hucha inversa como en los otros conciertos que han organizado y mostrándose encantado de tener en este lugar a Marcos Bárcena.
Marcos Bárcena
El protagonista se presentó sólo, provisto en el inicio de su voz y una guitarra, para comenzar por todo lo alto con ese tema que dedica a nuestra tierra, “Cantabria”, y que abría su disco del 2017 “Vivo en un sueño”, un auténtico himno que nos gustó a todos y que fue un magnífico arranque de velada.
Tras recordar algunos momentos de su trayectoria, como haría con su música, continuó en el mismo trabajo con “Mi hogar eres tú”, un tema muy entrañable y que hizo aplaudir a la gente con ganas, para lamentarse de la situación que vive la música a causa del coronavirus, cambiando de estilo con ese “Blues para ti”, de su disco “La luz interior” del 2007, muy animado, movido y de los que se te quedan rápido.
Nos reconoció que cuando crea su música nunca piensa que sus canciones vayan a sonar en formato acústico pero así fue en esta ocasión, siendo el turno de “El jardín secreto”, también de su obra de hace 14 años y que además la abría, muy bonita y con un sonido muy ágil, para confesar que los que han hecho canciones de folk saben que las versiones están a la orden del día y sienten pudor por mostrar sus propias composiciones, llegando precisamente el momento de interpretar su revisión del “While my guitar gently weeps” del álbum blanco de The Beatles, dedicada a Omar, joven seguidor de los de Liverpool, un corte muy melódico y suave y que fue un bello homenaje a una de las más grandes bandas de todos los tiempos.
Siguiendo el recuerdo al citado cuarteto, llegaba el momento de tocar ese “Here, there and everywhere”, del disco “Revolver”, y que él ha grabado en su último trabajo, ese “Dancer” del pasado año, dándole un toque personal, para pasar a recordar la figura controvertida de Cat Stevens con el mítico “Wild world” que algunos conocimos en los primeros noventa por aquella versión de Mr. Big, un verdadero temazo, fácilmente reconocible y que fue apoyado por los coros de algunos de los presentes.
Era el momento para, en principio, terminar este bloque de versiones con el “Hey hey, My my” de Neil Young, otra de las influencias del artista, muy bien interpretada y con mucha sensibilidad, antes de cambiar de instrumento y ponerse a tocar con la flauta irlandesa una canción popular de aquellas tierras, dando un aire aún más festivo a la velada.
Marcos Bárcena
Después de reconocer el esfuerzo del técnico de sonido para que aquello sonase bien y aconsejar que se aprovechasen estos espacios para fomentar la cultura, llegaba el turno de tocar la muy conocida “Knockin' on heaven's door” del irrepetible Bob Dylan, tras la cual se desprendió de la guitarra para mostrarnos algunos de los instrumentos que había llevado consigo, como ese pandero que estaba situado junto al micrófono en la parte central del escenario, consiguiendo un bello sonido.
Para los que no somos muy conocedores de las diferencias entre instrumentos similares de diferentes zonas, pudimos observar como la gaita asturiana tiene un aire más festivo y que dan ganas de bailar, mientras que la gaita gallega, aunque la que él tenía estaba fabricada en Cantabria, tiene un sonido más ceremonial, por decirlo de alguna manera.
Otro instrumento no tan conocido es la gaita charra con la que interpretó una pieza típica de la Junta de Voto, con el público acompañado con las palmas, para comenzar a despedirse y terminar este repaso a los instrumentos que había llevado consigo con unas conchas gallegas a modo de castañuelas y con las que se atrevió a tocar la popular “Al salir el sol”.
Con la gente pidiendo otra, se aventuró con una versión de un compañero de aventuras como es Javier Bergia del que rememoró una gira que hicieron juntos tocando “Clavos rotos”, una pieza muy bonita hecha en un viaje a Latinoamérica, para recordarnos que a principios de la primavera había subido a Spotify una canción llamado “Los raqueros”, compuesta a partir de un poema de Antonio Casares, muy bonita y que sirvió de doble homenaje tanto al autor como a la ciudad de Santander.
Marcos Bárcena
Y cuando ya casi acababa la velada, hubo una petición de uno de los presentes para que se aventurase con el “Caledonia” de Dougie MacLean para la que tuvo que cambiar la afinación, un bello tema con el que consiguió que la gente le acompañara con las palmas, finiquitando su actuación tras hora y cuarto y entre grandes aplausos por parte de los asistentes.
Marcos Bárcena no sólo dio un concierto muy ameno y que se pasó muy rápido, sino que fue muy variado en lo musical, enriqueciéndonos con sus amplios conocimientos, fruto de sus más de tres décadas de enseñanza y de sus 35 años en la carretera, todo ello con la calidad y diversidad que atesora su dilatada trayectoria.
Recomiendo a todo seguidor de la música en general ver a Marcos Bárcena en directo porque se llevarán un buen recuerdo de dicha velada y, además, aprenderán bastantes cosas, o al menos yo lo hice, de música e instrumentos musicales, al margen de disfrutar de unas magnificas interpretaciones de temas propios y de otros.
Y así, tras charlar brevemente con alguno de los presentes, me fui del Centro Cívico de Cudón donde, una vez más, se demostró que la cultura es segura gracias a esa maravillosa colaboración entre Noche de Rock y el ayuntamiento de Miengo que tan buenas tardes nos está trayendo como ésta con Marcos Bárcena.