Sin duda alguna pocas localidades serán tan bellas como Comillas en nuestra Cantabria, en un entorno paradisíaco, donde el mar y la montaña se dan la mano, además de ser uno de los lugares donde más turistas suelen arribar para pasar unos días de descanso, siendo muchos los que incluso tienen allí su casa de verano.
Además, desde hace mucho tiempo el rock ha estado presente en sus calles, con salas como la Pamara, bandas como los ya míticos Karne Cruda y festivales como el Beltane Fest, uno de los más importantes de nuestra tierruca, cita a la que no hemos faltado en esta web, siendo la última vez que se ha realizado en el 2019.
Precisamente, y ante la nueva y triste realidad que nos toca vivir, la organización del citado festival se reinventó y decidió hacer un ciclo de conciertos durante los meses de verano que, en cierta manera, sustituyeran el formato clásico del evento, teniendo lugar estas actuaciones en la explanada trasera de un sitio tan bello como es el Palacio de Sobrellano.
Los encargados de abrir estas jornadas eran los valencianos Zoo, viejos conocidos del festival y una banda que, por unas u otras cosas, no había llegado a ver en directo por lo que me apresuré a comprar la entrada nada más salir a la venta, ya que en estos tiempos éstas suelen volar.
Con bastante tiempo para aparcar bien y acceder con tranquilidad, me acerqué a la citada ubicación, subiendo hacia la zona del recinto tras indicarnos las normas a tener en cuenta para el perfecto funcionamiento del evento, mientras la gente aún apuraba los últimos tragos en los locales próximos, aunque a la hora que comenzó el concierto aquello ya estaba prácticamente lleno.
Zoo
En apenas 7 años de existencia, los de Gandía tienen ya 3 trabajos de estudio además de un directo y algún Ep, por lo que, como se puede ver, la banda, integrada por Panxo a la voz, Arnau a la guitarra y voz, Natxo al bajo, Héctor DJ y teclista, Marcos al trombón y Toni al saxofón, han sabido aprovechar el tiempo y han conseguido mucho reconocimiento gracias a su original mezcla de estilos y que tan bien les queda, como veríamos esta noche.
Con la máxima puntualidad y con una intro sonando que hizo que la gente vitorease a los músicos cuando fueron apareciendo, estos subieron al escenario y comenzaron a interpretar “Avant”, de su disco “Llepolies”, publicado esta primavera, con el público enloquecido y cantando con la banda, que animaba desde arriba.
Tras un breve saludo, continuaron el repaso a su más reciente trabajo con “Tir al ninot”, muy bien recibida, con ese ritmo bailable y pegadizo que tiene y con la gente entregada, siendo seguida por otra de su obra de este año, concretamente “La del futbol”, con ese sonido machacón inicial y el público dando palmas, mientras los vientos nos deleitaban, igual que la guitarra, aguantándonos las ganas de ponernos de pie a bailar.
Pero no hay que olvidar los inicios de la banda y por ello era el momento de recordar su debut con aquel disco llamado “Tempestes vénen del sud” del 2004, que incluía cortes como “Vull”, con ese sonido tan bailable, mientras la gente daba palmas, a la vez que tanto ellos como nosotros disfrutábamos del concierto, siendo unido con “Faena”, del mismo trabajo, con un sonido más tecno, por decirlo de alguna manera, y con un trozo del tema de Queen “Under pressure” incluido.
Zoo
Tras recibir una fortísima ovación por parte de todos los asistentes, llegaba el momento de presentarse, mostrándose encantados de estar en un sitio ajeno a su área lingüístico y ser así recibidos, además en un lugar tan bello, agradeciendo a la gente del Beltane que hubiera contados con ellos y recordando todo el protocolo anti-Covid, antes de regresar a su más actual plástico con la inicial “Ei” que sirvió de introducción a “Diània”, con un comienzo más tranquilo y los vientos tomando protagonismo y dando intensidad a un tema que luego fue cogiendo más fuerza.
Seguían ese repaso a su actual disco con “Deixa'm que caiga”, una canción sobre la salud mental, muy animada y con un ritmo muy pegadizo, mostrándonos muchos detalles en la misma y, por tanto, siendo muy elaborada, para pasar a la salud carnal con su versión del “Camins” de los Obrint Pass y que lanzaron en un Ep del 2015, muy bien recibida, y con ese aire más reggae y bailable que tiene.
El concierto era ágil y la anterior fue seguida por “Correfoc”, la primera canción que tocaron de su anterior “Raval” del 2017, con un sonido tranquilo y relajado como la precedente y con la gente cantando con intensidad y disfrutando y eso que estábamos sentados, para continuar en esa obra de hace 4 años con la genial “El cap per avall”, en donde Arnau dejó la guitarra, haciéndose cargo de la voz principal junto a Panxo, siendo muy cantada por todos los presentes, ya totalmente entregados a la banda.
Enlazada con la anterior y con ambos cantantes alternando la voz principal, llegaba el momento de la bailable y pegadiza “Llepolies”, que da nombre a su actual disco, con la gente aguantándose para no ponerse a bailar, ya que es una pieza muy movida, animándonos a amarnos sin límites ni miedos, para pasar a interpretar la otra versión que aparecía en su Ep del 2015, concretamente el “Esbarzers” de La Gossa Sorda, con los asistentes coreando el sonido del trombón, siguiendo la alternancia de voces y alguno del los presentes saltando en su sitio, mientas el grupo pedía a los allí reunidos que levantasen las manos y diesen palmas, haciéndolo un público totalmente entregado al ritmo de la canción.
Zoo
Buscando la complicidad con su público, nos preguntaron que tan lo estábamos pasando, con respuesta positiva, avanzándonos que iban a ir encarando la recta final con una canción que habla lo afortunados que eran de tener a toda esa gente que han encontrado en su trayectoria, siendo el momento de “Sereno”, de su actual obra, con Arnau de nuevo a la guitarra y acompañado a la acústica por Natxo, siendo una pieza relajada pero con una gran letra, para confesar que, aunque hacía calor, se estaba bien, para ser el momento de aquel “Estiu”, la primera canción que publicaron y que acabaría en su primer trabajo, con un ritmo tranquilo pero con mucha fuerza y bailable.
Sin perder la atención de los presentes, la anterior fue unida a “Corbelles”, precisamente la que la seguía en dicho álbum, con una entrada potente y Arnau cogiendo de nuevo el micro, también bailable y movida y con la gente subiendo las mano a indicación de la banda, con ese proclama final de como decían Eskorbuto “somos los mismos que cuando empezamos”, para volver a su anterior disco con “Impresentables”, con un comienzo lento, pero que rápidamente fue cogiendo fuerza y convirtiéndose en uno de esos temas para bailar sin parar, siendo una autentica maravilla escucharlo en directo.
No dejaron ese disco del 2017 para interpretar ese “Ventiladors”, muy movido y esperado por unos asistentes que cantaban con muchas ganas y los daban todo y es que es imposible no moverse con ese ritmo, antes de regresar a su último disco con la muy esperada y celebrada “Tobogán”, que nos hizo a todos cantar y es que es un clásico desde ya en su discografía.
Zoo
Y con esta pieza y tras hora y media sobre las tablas, la banda se despedía mientras sonaba música de fondo, con la gente puesta en pie y pidiendo más pero la velada se había acabado, aunque nadie quería irse y el público no cesaba de pedir la vuelta del grupo pese a que se encendiesen las luces y los técnicos ya estaban recogiendo y es que el tiempo se nos pasó en un suspiro.
Impresionante concierto de unos Zoo que me maravillaron, muy muy por encima de mis ya altas expectativas y viéndose una entrega mutua entre banda y público, con muchas ganas de disfrutar ambas partes y ese que se notaba las ganas de música en vivo que todos tenemos y, porque no decirlo, de fiesta y alegría: no me quiero imaginar como hubiera sido aquello si hubiésemos podido estar de pie y bailar como en los conciertos pre pandemia.
Zoo son una banda que no para de crecer y conciertos como el de esta noche, unidos a ese discazo que acaban de publicar llamado “Llepolies”, no hacen nada más que justificar y refrendar esa progresión que el grupo tiene y que, estoy seguro, no hará más que crecer.
Y así, cerca ya de la medianoche, abandoné los exteriores del Palacio de Sobrellano después de haber disfrutado con el concierto de unos Zoo que me engancharon de principio a fin, además de orgulloso porque la gente hubiera participado de esta fiesta que fue la primera jornada del ciclo Beltane Fest, colaborando en el normal funcionamiento, como era de esperar, y es que la organización se lo merece.