Seguíamos pasando paginas del mes de agosto y con él disfrutando de estas jornadas llamadas Escenario 39300 que tenían lugar durante la primera semana de agosto en el Teatro Municipal Concha Espina y que en la sesión del miércoles nos traía a los chicos de Ojo Pipa, banda a la que ya había visto en este 2021 en Santander y que siempre disfrutó mucho en directo con ellos.

Igual que dije del grupo del día anterior, los R.A.D, estamos ante una joven banda que me sorprendió muy gratamente cuando los descubrí hace más de dos años y medio, lo que hizo que los siguiera la pista, habiéndolos visto en directo todas la veces que me ha sido  posible y observando la evolución de esta grupo que en un principio formaban Daniel García guitarra y voz y Víctor de Oliveira, batería y coros, a los que se les añadió el pasado año Rodrigo David bajista y coros, algo que hizo que el sonido de la formación tuviera un abanico más amplio de recursos que cuando eran un dúo.

La banda anda preparándose para su siguiente trabajo tras esa carta de presentación que fue su disco “Ojo Pipa”, publicado en febrero del pasado 2020 y que recogía esos sonidos iniciales de la formación cuando aun eran un dúo, por lo que estamos ansiosos por ver como suenan las nuevas composiciones en estudio ya que en directo, como veríamos esta noche y hemos visto en las precedentes ocasiones, suenan como un cañón.

Curiosamente, cuando me adentré en el Teatro Municipal Concha Espina aún no había nadie, llegando la gente de manera muy escalonada, hasta ese empuje final, pocos minutos antes del inicio de la velada y es que se ve los asistentes quisieron apurar los últimos tragos en los bares cercanos antes de disfrutar del concierto.

Y aquí no hubo muchos miramientos, y cuando nos quisimos dar cuenta teníamos al trío sobre las tablas, arrancando su actuación a fuego con “R.R.C.”, una de esas piezas de nueva hornada que ya habíamos escuchado en la anterior ocasión pero que no deja de ser una buena composición, para seguir con “Chavalería tiquismiquis”, muy rápida y con esa locura tan propia de la banda y es que, además de tocar muy bien, se lo pasan muy bien en el escenario y nos lo trasmiten a los presentes.

Tras pedir al técnico más luz para poder afinar y presentarse, aunque todos o casi todos sabíamos quienes eran, continuaron con la intensa “Ns /Nc”, con un sonido casi bailable que desemboca en un final acelerado, para ir con una más tranquila y bonita, como ellos mismos la anunciaron, siendo el turno de “Tarta de galleta”, comenzando lenta pero cogiendo luego mucha potencia, con una importante presencia del bajo, mostrando esa otra visión que éste le ha dado al grupo.

Reiteraron los saludos y llegaba el momento comercial de la noche, ya que, para costearse su nuevo disco, han puesto a la venta un par de modelos de camisetas que allí nos mostraron de manera muy divertida, antes de recordar un par de clásicos ya de la banda como son ese “Lijas”, con eso cambios constantes de ritmo, mientras bailaban de manera divertida, y “Carné picá”, la que abría su obra y la primera en sonar de la misma, que interpretaron tras afinar y que siempre gusta mucho en sus directos.

Continuaron el recorrido por sus temas con ese “Cola cao”, otra gran muestra de la combinación de sonidos que practica la banda y que nos deja ver la amplia variedad de estilo de los que se nutren, para, tras volver a afinar, asegurarnos que la siguiente seguro que la conocíamos unos cuantos y es que llegaba el turno de una de las más celebradas en sus actuaciones como es “Pifostio”, otra de las recogidas en su único disco hasta el momento y que es un auténtica locura con tantos cambios de ritmo, pasando de cero a 100 en poco tiempo.

Seguían recordando esa obra del pasado año con otra de las más conocidas de la formación como es “Tortilla de patata”, de la que grabaron un divertido video, con ese inicio relajado hasta que se desata la tormenta, siendo muy cantada por toda la gente en sus asientos, antes de continuar con “Moreno”, con ese comienzo bailable que nos trae una canción muy divertida, pero con muchos contrastes y un final más cañero y acelerado, invitándonos a hacer ruido con ellos, mientras Víctor bajaba a colocar camisetas encima altavoces, reconociendo que estaban grabado y necesitaban  pasta.

Íbamos avanzando hacia la recta final de su actuación, pero antes llegaba el momento de “Chicha o fasifo”, iniciada por Daniel cantando en solitario, para luego unirse Rodrigo y Víctor a los coros y entrando luego el resto de instrumentos y endureciendo la canción hasta convertirla en una genial locura, para continuar con “Espumito”, más agresiva desde el inicio y es que estamos ante una pieza más corta y directa, tras la cual se fueron del escenario.

Con la gente pidiendo su vuelta para que tocasen alguna más, regresó el trío, anunciando que la siguiente, “Scalextric”, era bastante nueva y era de las que hace Víctor, con un sonido contundente y un cierto aire aflamencado que me gustó mucho, antes de anunciar que ahora si iban a tocar la última, siendo el momento de la mítica “Ojo pipa.”, también registrada en su único disco hasta la fecha, y a la que dieron un aire aún más distendido, alargando el final de manera notable, lo que les quedó muy bien.

Y así, tras más o menos una hora sobre las tablas, concluía la actuación de unos Ojo Pipa que fueron muy aplaudidos por unos seguidores que no se pierden sus conciertos porque saben que además de sus grandes canciones, suelen lanzarse alguna frase graciosa o ir disfrazados, como esta noche de bailarinas, haciendo que sus veladas sean únicas.

La actuación fue muy divertida y potente, con unos temas que han calado ya, tanto los iniciales como los más recientes, demostrando que el poder de crecimiento de la banda no tiene fin, por lo que esperamos con muchas ganas ese nuevo trabajo que seguro afianzará al trío entre los grupos de más proyección no solo en la zona de Torrelavega sino en toda Cantabria.

¡Nunca fallan en directo!

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Y, tras despedirme de algunos amigos, me fui del Teatro Municipal Concha Espina, con la alegría de que una insulsa jornada de miércoles hubiera sido motivo de celebración gracias a la actuación de Ojo Pipa dentro de este programa de conciertos llamado Escenario 39300, una propuesta que, primero esperemos se consolide y después se pueda ampliar a más fechas durante el resto del año.