Por tercer día consecutivo acababa la jornada en el Teatro Municipal Concha Espina de Torrelavega, en donde estaban desarrollándose las jornadas Escenario 39300, siendo en esta ocasión turno para Maicol, banda que surgió de los extintos Storm To Come, a los que había visto ya hace 6 años cuando empezaban y con los que, por diferentes circunstancias, no había vuelto a coincidir, por lo que era momento de saldar esta deuda.
Este grupo, que toca de manera muy puntual y que no tienen nada editado hasta la fecha, al menos que yo sepa, está integrado por gente ya muy veterana de la escena local como son Alejandro Ceballos a la batería, Sergio Ilincheta al bajo y coros y Julián Iturri a la guitarra y voz, habiendo pasado de ese rock alternativo en ingles que practicaban en su anterior banda a un indie cantado en castellano más intimista.
Desgraciadamente, esta jornada de jueves tuvo una presencia menor de gente que en los días precedentes, algo incomprensible habida cuenta lo difícil que es ver a la banda, pero eso no impidió que disfrutásemos de un gran concierto, con un trío, curiosamente el mismo formato que las dos actuaciones anteriores que había visto en dicho teatro, que fue muy aplaudido cuando subieron al escenario tras los consejos para el buen discurrir de la velada.
Y arrancaron su actuación con “Mariposas”, comenzando de manera tranquila para luego endurecerse, pero manteniendo ese ritmo tranquilo, continuando con “Lo sé”, más dinámica y animada que la precedente y con ese potente final de batería, con la que consiguieron meter un poco más al público en el concierto.
Maicol
Sin pausa alguna continuaron con “Igual”, con un inicio con mucha fuerza y un ritmo constante, mientras iban mostrando ese estilo tan personal que tienen, para, tras agradecernos nuestros aplausos, continuar con “Uniformes”, con un comienzo potente, dentro del estilo de la banda, aunque luego lleva un ritmo más relajado, pero con esa fuerza encubierta que tiene la formación y dejando un solo de guitarra de mucha clase.
Más relajado fue el arranque de “Montaña rusa”, pero con momentos más intensos a medida que avanzaba la canción y la guitarra destacando de nuevo, para continuar con ese inicio guitarreo y cañero de “Todo este tiempo”, de las más potentes que oiríamos y en que se notó ese poso más rockero que tienen.
Seguirían desgranando su repertorio con “Color”, que comienza potente y con un estribillo pegadizo que nos lleva a un potente final, para continuar con la conocida “Letra y música”, que está registrado en un disco llamado “Resilencia!” en el que 23 grupos de la Asociación Cultura Base del Besaya apoyaban a la mitica sala santanderina Rock Beer The New, un tema que me gusta mucho y que define perfectamente ese sonido de la banda, con muchos cambios de intensidad dentro del estilo de la formación.
Tras una breve pausa para afinar, era el turno de “Último día”, que presentaron como un poco apocalíptico aunque sea un corte ya viejo, con un comienzo relajado pero con mucha fuerza oculta que va aflorando en partes puntuales y especialmente en ese eléctrico solo de guitarra, para continuar con “El infinito”, que se inicia con potencia, mostrando un buen ritmo de batería y un bonito sonido de guitarra.
Maicol
Precisamente la guitarra fue la encargada de dar entrada a “Golpistas”, mostrando un tema muy intenso y potente, para, tras un breve parón para afinar e interactuar ligeramente con los presentes, continuar con “La gente D”, comenzando la guitarra y siendo secundada por el resto de los instrumentos, con un ritmo constante y que gustó mucho.
Sin mucha demora, Julián dio paso con su guitarra a “Nuevo Ramón”, comenzando a cantar enseguida y con un coreable estribillo, mientras la pieza va ganando fuerza y potencia, para seguir con “Pasado” y ese inicio potente y con cierta velocidad, siendo de las que enganchan más rápido, muy pegadiza y con un ritmo contundente.
Nos anunciaron que su tiempo se estaba acabando y que solo quedaban dos, siendo la ocasión de escuchar “Hueco”, con un comienzo intenso, un ritmo pegadizo y un buen estribillo, antes de despedirse definitivamente, no sin antes agradecernos nuestra presencia y dedicar “Mundo alrededor” a su amigo Fer que les había echado una mano, con mucha fuerza y que fue un gran punto final a su concierto.
Maicol
Y así, tras más o menos una hora sobre las tablas, terminaron su actuación Maicol, que dieron un muy buen concierto, demostrando la gran calidad que tienen, pese a que la poca presencia de gente y las dimensiones del local hicieron que hubiera unos silencios incómodos entre canción y canción.
De todas maneras, insisto, supieron sacar el concierto adelante y se nos hizo corto su actuación, lo que da buena muestra de que nos consiguieron enganchar con su clase y esas canciones en donde combinan partes más relajadas con otras más potentes. Esperemos dentro de muy poco poder tener algo de ellos para poder escuchar en casa o en el coche.
Me gustó la propuesta de Maicol, una banda a la que tengo ganas de ver en un ambiente más cercano, o sea en un local más pequeño, que es donde yo creo se puede apreciar más su música y no en donde tocaron esta noche, aunque el haber tocado en el Teatro Municipal Concha Espina seguro que es uno de esos días que recordarán siempre.
Me fui de este céntrico recinto con esa sensación agridulce que te queda cuando ves un buen concierto, de una banda con mucha calidad y buenas canciones, pero, sin embargo, la gente no acude o al menos no lo hace en el numero que se debería esperar, aunque para mí lo importante es que pude volver a ver a Maicol después de tanto tiempo desde la otra vez.