Tras el buen sabor de boca que quedo en los asistentes a la primera jornada del Festival de Ebrovision 2021, el sábado 4 de junio volvíamos a acercarnos al Multifuncional de Bayas para vivir los directos de La Trinidad y La M.O.D.A.

Como aperitivo de la jornada, los grupos Menta y KoKoshca amenizaron la hora del vermut en el escenario de La Fábrica de Tornillos.

Al atardecer y en el escenario principal los protagonistas eran otros, el cuarteto malagueño La Trinidad embarcados en la gira presentación de su álbum debut "Los edificios que se derrumban" fueron los encargados de abrir la velada.

Este joven grupo con aires setenteros salió a escena cuando pasaban treinta minutos de las veinte horas. Durante una hora ofrecerían sus mejores temas a un reducido público que les daba la bienvenida a lo que era su primera visita a esta localidad.

Sixto, Carlos y Jorge lideran este proyecto que comenzó en 2018 con su primer EP "El Peligro", obra a la que le siguió "Nuevas Dignidades" un año más tarde. Dos años que les han dado la oportunidad de ver como respondía el público a su proyecto y lanzarse a realizar este último álbum con el sello discográfico independiente Sonido Muchacho.

La banda tocó canciones como "España invertebrada" o "La mundial" de su última referencia discográfica con las que demostraron un importante abanico sonoro. Sus rifts guitarreros se fusionan con una percusión vibrante que, junto con sus letras, muestran un mensaje poético y metafórico con descargas de rabia. Las voces de Jorge y Sixto descargaron toda su energía en un festival que calificaron “de 10” por su organización y buena acogida.

Una oportunidad para conocer a un grupo que creemos seguirá subiendo a los escenarios de muchos festivales y haciendo vibrar al público.

Ya eran casi las 22:00 de la noche en el Multifuncional de Bayas de la localidad mirandesa y los nervios y la emoción se palpaban en el ambiente. Uno de los platos fuertes de este festival, los burgaleses La M.O.D.A iban a tocar en pocos minutos.

Luces apagadas y de fondo, iluminadas en el escenario, las líneas que aparecen en la portada de su último álbum “Ninguna Ola”. El concierto comenzaba con la canción “Won´t back down” cantada por Jhony Cash. Un grito explícito de resistencia que todos los presentes acogimos, Nadie iba a retroceder.

La banda hizo su entrada con su canción “Mil Demonios” para saludar a un público que estaba listo para cantar y vibrar con ellos en lo que serían casi dos horas de concierto.

El septeto burgalés ataviado con sus clásicas camisetas blancas de tirantes, comenzó tocando “Miles Davis”, las notas sureñas del banjo nos hicieron cantar y palmear al ritmo de la música y solo era el principio.

Este conjunto de músicos ha logrado en los últimos 10 años convertirse en un referente en la escena nacional. En la actualidad cuentan con más de 500.000 oyentes mensuales en aplicaciones musicales como Spotify, una gira en este 2021 en la que visitarán más de 30 escenarios, todo un logro tal y como están las cosas para la cultura. Sus notas folk, blues y Rock & Roll no dejan indiferente a nadie y son cada vez más los que se unen a seguir la pista a esta increíble banda.

Durante dos horas, el público disfrutó de canciones de sus álbumes anteriores como “Una canción para no decir te quiero”, “Catedrales” o “PRMVR” y también nuevos temas como “93 compases”, “La vuelta” o “Colectivo Nostalgia”. Tiempo suficiente para que pudiéramos disfrutar del increíble repertorio de instrumentos que estos artistas son capaces de tocar, casi una veintena, que, junto con sus voces, especialmente la de David Ruiz, convirtieron la velada en una excitante experiencia sensorial.

Letras que se coreaban desde el público llenas de mensajes de lucha, resistencia, libertad y justicia. Metáforas cargadas de mensajes positivos y resilientes que todas las asistentes cantamos en casa y que el pasado sábado 4 de septiembre pudimos cantar con La Maravillosa Orquesta del Alcohol.

Para terminar su actuación, el grupo musical se despidió de Miranda con “Héroes del sábado”, canción que muchos asistentes llevaban tatuada en sus camisetas, y que no pudo contener al público en sus asientos. Tras unas palabras de David que consiguieron contener un poco más a aquellos más excitados, volvieron a regalarnos por segunda vez el tema tan aclamado.

Una noche mágica en la que La M.O.D.A. recordó sus inicios en el panorama musical pues este festival “contaba con ellos cuando casi nadie los conocía”.