Hay veces que tenemos a nuestro alrededor gente batalladora y luchadora que hace muchas cosas interesantes a las que no prestamos la suficiente atención ya sea porque estamos imbuidos en nuestras tareas más o menos rutinarias o bien por incompatibilidades de horarios, pero ellos ahí están y ese es el caso de La Vorágine, algo más que una librería en Santander y en donde la cultura tiene otro cariz.

Incluso en los momentos más duros de la pandemia, en aquellos que casi nadie se atrevía a apostar por la cultura, fueron unos de los que más iniciativas llevaron a cabo para que ésta estuviera presente en la vida de los interesados en ella, con presentaciones de libros, charlas, proyecciones de documentales, música en su propio local…

Para este primer fin de semana de septiembre habían organizado una serie de actos más que interesantes bajo el título de “Cultura al aire libro” durante la tarde del sábado y el mediodía del domingo en el Dique de Gamazo, un lugar ubicado junto al Palacio de Festivales y a donde no había acudido a ver ninguna actividad.

Aunque la oferta incluía actuaciones musicales como las de Javi Lost, Mujeres que cantan a mujeres, Lil o Los Castos y charlas con temas tan interesantes como “Crear en incertidumbre” o “Música y revuelta”, yo me centré en la actuación de la gente de Tudanca que eran los encargados de cerrar los actos del sábado.

Tenía muchas ganas de ver a esta banda que surgió de los extintos Cambalúa, una de los grupos más queridos del folk cántabro y que tantos buenos ratos nos hicieron pasar. Tudanca se funda en el otoño del 2019, como nos dijeron en una entrevista que les hicimos en pleno confinamiento, estando en la actualidad integrada por Paico González, guitarra y voz e  Iván Gómez González  flautas y gaitas, ambos provenientes de la mencionada formación, Pitu Corona al acordeón , a los que se han unido, ya en este 2021, Joansa Maravilla, bateria y percusiones y Txatxe Salceda al bajo.

Y por allí que aterrice, en una noche muy agradable, de esas que da gusto estar en la calle y sobre todo en un paraje tan especial como en el que nos encontrábamos, acercándose una buena cantidad de gente a disftuar de esta velada, con este quinteto que cuenta ya con unos cuantos videos subidos a Internet y que esperemos en un fututo no muy lejano queden plasmados en algún tipo de disco.

Y no hubo que esperar mucho para que, solo unos minutos después de la hora fijada y con la presentación de la banda por parte de la organización, recordatorio del video grabado en su local incluido, tuviéramos sobre las tablas al grupo, con ese sonido de campanos de fondo que sirvió de introducción,  saludándonos nada más aparecer y pasar a contarnos esa historia de “La de los molinos”, que comienza de manera lento pero que es muy pegadiza, con mucha rabia intrínseca y esa letra tan revindicativa que tiene, gustando mucho a la gente que en buen número allí nos congregábamos.

Igual que el anterior, uno de los temas que ya conocíamos de la banda es la genial “Genti del norti”, un verdadero himno, más animado que su predecesora y que nos incita a bailar con ese ritmo contagioso que tiene, siendo de mis favoritas de la banda, para, tras avisar que la Tudanca había llegado a Santander y con muchos niños bailando en primera fila, continuar con otra también de los inicios de este proyecto como es “Va subiendo la marea”, una de sus canciones más conocidas, muy bailable y creciendo en intensidad a medida que va avanzando el corte.

Para la siguiente pieza, “Cuéntame”, quisieron acordarse de sus parejas y madres que cuidan de sus hijos mientras ellos están actuando, siendo muy movida y festiva y haciendo participar a la gente que estaba con ganas de colaborar con el grupo, para confesarnos después que son una banda joven y algunos temas son de muy reciente creación como “Acompáñame”, que fue anunciada, de manera irónica, como una balada pero que en realidad es un corte muy bailable y pegadizo.

Es lógico que en los inicios de un proyecto se recurra a temas de otros artistas para, por un lado aumentar el repertorio, y por otro captar la atención de los seguidores más nuevos, y ellos le han dado la vuelta al mítico “Haz turismo” de los pucelanos Celtas Cortos, dotándole de un toque muy personal, sonando más lenta pero acelerándose al final y con esa proclama de “fuera toda clase de imperialismo” que resonó en la noche santanderina.

Nos reconocieron que mezclan diferentes estilos y culturas para hacer sus propios temas como en ese “Cumbia” (puede que el título, como el de algún otro corte, no fuera ese), muy animado y bailable, y es queda daba pena estar sentado y no disfrutarla como se debería, con ese mensaje que contiene la pieza, para acercarnos “La Vijanera”, que se celebra la mañana del primer domingo de enero en Silió, a una noche de septiembre en Santander, presentada como una canción de amor con una pandereta a ritmo de ska, también muy propicia para bailar y que, seguro, será un éxito cuando se pueda bailar con normalidad.

Nos preguntaron que tal lo estábamos pasando, con positiva respuesta, pasando ahora a interpretar “Lo que nos une”, recordándonos que fue una de las que grabaron en el confinamiento cada uno desde su casa, con mucho mensaje y animándose a medida que iba creciendo la canción, con los músicos muy motivados, antes de anunciarnos que iban a ir acabando con “Algo tengo que cambiar”, muy movida y animada, atrapándonos con su sonido y su ritmo, con una letra muy reivindicativa y crítica, mientras la gente acompañaba con palmas y dejándonos un duelo entre flauta y acordeón que quedó muy bien.

Aunque hicieron amago de irse, aún habría tiempo de alguna más, comenzando con esa que dijeron que era suya aunque en realidad se trataba de la popular “Bella ciao”, con Paico cantando a capela al inicio en primera fila, muy celebrada y acelerando el final para ser unida con la mítica “Mi tierra” de los Cambalúa, que fue muy cantada por los allí presentes, antes de anunciarnos que llegaba la última porque había que concluir ya, sonando de nuevo la genial “Genti del norti” y en la que pidieron colaboración en el estribillo y nos recordaron que tenían camisetas a la venta por si queríamos apoyar al proyecto.

Y así tras poco más de una hora sobre las tablas y con la organización recordando el programa para el día siguiente, concluía la actuación de unos Tudanca que demostraron saber ganarse a la gente desde el primer minuto, al margen de que conociésemos o no sus canciones y es que demostraron tener muchas tablas, dando un concierto muy entretenido y animado.

Además, cuentan con muy buenos temas, en donde la reivindicación y la diversión no están reñidas en sus letras y sus músicos demuestran su gran calidad, con composiciones que, además de enganchar al oyente, muestran la clase que poseen, con muchos detalles que así lo representan a poco que se preste atención.

Ojala nuestros caminos se vuelvan a juntar muy pronto y podamos seguir disfrutando de conciertos tan especiales como el que vivimos esta noche, donde, por fin, pude ver en directo y en todo su esplendor a unos Tudanca que, sin duda alguna, nos harán pasar muy buenas tardes  y noches en los praos cuando se pueda bailar con libertad.

¡Por muchos más!

www.facebook.com/tudancafolk
www.youtube.com/channel/UCDrFX1WIadlNmKaQLDE9a5A

Mientras la gente de la organización recogía todo para dejar aquello despejado, me fui del Dique de Gamazo, agradecido a La Vorágine por estas jornadas que supieron sacar adelante en estos tiempos tan difíciles y muy contento por haber podido ver, por vez primera, a unos Tudanca que nos hicieron bailar y pensar en nuestros asientos con su música y sus letras.